Dos connotados enemigos de la Revolución Bolivariana, el terrorista enmascarado de periodista Carlos Montaner, y el expresidente español Felipe González, vinculado a crímenes y corrupción en su país en la década de los años 80, expresaron en los últimos días notorias preocupaciones por la «influencia» de la «Venezuela Chavista» en la nación ibérica. Casi al […]
Dos connotados enemigos de la Revolución Bolivariana, el terrorista enmascarado de periodista Carlos Montaner, y el expresidente español Felipe González, vinculado a crímenes y corrupción en su país en la década de los años 80, expresaron en los últimos días notorias preocupaciones por la «influencia» de la «Venezuela Chavista» en la nación ibérica.
Casi al unísono ambos personajes, que conspiran a diario contra la Patria de Hugo Chávez y vociferan al mismo tiempo que el gobierno del mandatario Nicolás Maduro se derrumbará, manifestaron turbaciones por la «ascendencia» del proceso revolucionario venezolano en España, envuelta actualmente en una crisis económica, política, social y monárquica, posiblemente la más grave de su historia.
Montaner, conocido empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Estados Unidos, admitió en uno de sus artículos panfletarios su inquietud por el movimiento progresista «Podemos», que logró 5 escaños en el Órgano Legislativo de la Unión Europea (UE), al conseguir en las recientes elecciones parlamentarias del Grupo de los 28, el voto de más de un millón 250 mil españoles.
El terrorista de origen cubano califico a «Podemos», nacido hace solo pocos meses, de grupo «marxista-chavista», y no escatimó con su pluma mediocre en pretender desacreditarlo, hasta señalar que agravaría la crisis y fomentaría la violencia en el Estado europeo.
Parecidas declaraciones hizo González, quien durante los 14 años que gobernó España (de 1982 a 1996) estuvo involucrado en la guerra sucia de los denominados Grupos Armados de Liberación (GAL), que protagonizaron crímenes y secuestros selectivos en el País Vasco, y en escándalos de corrupción sobre utilización de fondos reservados para gratificar y dar comisiones a altos cargos del Ministerio de Interior, entre otros hechos.
El exinquilino de La Moncloa dedicó luego su vida a complotarse contra los procesos de cambio en Latinoamérica, y ha sido incluso «asesor» del opositor violento venezolano Henrique Capriles, a quien evidentemente no le ha dado buenos consejos.
Las preocupaciones de Montaner y González sobre la «influencia» de la Revolución Bolivariana en España son reveladoras de que, pese a la guerra de todo tipo que se desata hoy contra ella desde Washington y Europa, es un ejemplo a seguir en otros países, como lo ha sido el de Cuba a lo largo de más de 50 años.
Por supuesto que es de esperar que en lo adelante acusen al ejecutivo de Maduro de «exportar» el modelo Socialista creado por Chávez hacia el llamado Viejo Continente, como también decían de Fidel Castro y Cuba en América Latina, con el propósito de justificar eventuales sanciones a Venezuela, similares al bloqueo que le impone Estados Unidos a la mayor de las Antillas desde hace casi seis décadas.
En realidad, Montaner y González, al igual que otros como la congresista ultraderechista cubanoamericana Ileana Ros-Lethtinen o el Premio Nobel de Literatura hispano-peruano Mario Vargas Lllosa, lo que temen es al viraje que se está escenificando en el mundo, y que mucho tiene que ver con los vientos de unidad, transformación, y verdadera independencia que soplan con tremenda fuerza en la Patria Grande.
No por gusto esos «caballeritos y damitas» organizan «Seminarios Internacionales» o «conferencias» en Universidades de diferentes capitales, como en Lima, Perú, con títulos aparatosos como ¿Hacia dónde va Venezuela?, cuyos únicos objetivos son conspirar contra la Revolución Bolivariana y los procesos de cambio que tienen lugar desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
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