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Convertir el agua en … socialismo

Fuentes: El Correo del Orinoco

Todas las noticias ratifican que no hay tormenta ni terremoto capaz de derrotar al espíritu solidario y revolucionario de los venezolanos. Cuando las aguas comienzan a bajar aparece la fortaleza moral de quienes, además de resistir, son capaces de reconstruirse para mejorar su Venezuela. Quede claro para todos. La buena nueva es que en Venezuela […]

Todas las noticias ratifican que no hay tormenta ni terremoto capaz de derrotar al espíritu solidario y revolucionario de los venezolanos. Cuando las aguas comienzan a bajar aparece la fortaleza moral de quienes, además de resistir, son capaces de reconstruirse para mejorar su Venezuela. Quede claro para todos. La buena nueva es que en Venezuela crece un pueblo revolucionario que ha sabido dar al mundo ejemplos de resistencia con dignidad mientras reconstruye lo que dañó la tormenta y fortalece su moral socialista. Ni más ni menos. Hoy, incluso desde los albergues, el pueblo revolucionario demuestra que es capaz no sólo de derrotar golpes de estado, también derrota a las tormentas.

Ese pueblo revolucionario venezolano, tiene muy claro que uno de los responsables de las desgracias producidas por las tormentas es el «cambio climático» generado por el capitalismo que destruye, sistemáticamente, los ecosistemas. Sabe muy bien ese pueblo que si no se ataca la raíz del capitalismo la problemática climática jamás podrá resolverse. Mientras exista el sistema capitalista no hay solución para la crisis ecológica que tiene ya repercusiones costosísimas a nivel mundial. «O muere el capitalismo o muere el planeta», afirma Evo Morales en Cancún, en coincidencia con el pensamiento de Hugo Chávez.

Las calamidades meteorológicas no son nuevas pero hoy han adquirido una dimensión más compleja por su alcance e intensidad. Las consecuencias, en no pocos casos, son irreversibles. En urgente tomar con seriedad los daños a los ecosistemas producidos por el capitalismo y por el fardo enfermizo del burocratismo. Es urgente avanzar hacia una sociedad socialista, planificada democráticamente, capaz de tomar medidas inmediatas para la defensa de la naturaleza.

LA OFENSIVA MEDIÁTICA NO CESA

No vamos a engañarnos. Mientras arrecian las tormentas, los oligarcas continúan sus ofensivas mediáticas y aprovechan hasta la «última gota» de lluvia para mentir, calumniar y descarrilar la voluntad democrática del pueblo revolucionario. Para nosotros el tiempo para construir la Revolución Socialista no puede desperdiciarse. Hay tareas urgentes y eso incluye no distraernos de lo que hacen los canallas.

No somos ingenuos, sabemos que detrás de la ofensiva mediática golpista se cocinan canalladas mafiosas con tufo necrófilo y magnicida. Para nosotros no hay horarios ni edades cuando se trata de activarnos en las tareas de denuncia y repudio, en las tareas estratégicas necesarias para tomar posiciones y combatir al capitalismo. Hay que actuar con salidas concretas hacia otro proyecto de civilización con paradigmas de vida justa, solidaria y capaz de respetar a la naturaleza.

Esa lucha estratégica incluye hacer llegar siempre al pueblo venezolano, un abrazo fraternal que acompañe todo momento difícil. Nada impide admirar a la revolución bonita que con su ejemplo y su fortaleza es una inspiración poderosa para todo el mundo. Que sepa Venezuela revolucionaria la admiración y el cariño que sentimos por su ejemplo generoso y su grandeza incluso en momentos duros. Que sepa lo bien que nos hace saberlos organizados en lucha, incluso, contra los estragos de fenómenos naturales que cada día son más sospechosos. ¿Qué necesitamos para hacer visible en el mundo los avances y la fortaleza moral de la Venezuela revolucionaria incluso cuando resiste a los temporales? ¿Cómo ayudamos a la verdad?

REVOLUCIONAR LA CONCIENCIA

Nada tendrá sentido en la revolución si todo lo que se hace, y no es poco, no revoluciona la conciencia, no nos abre los ojos y no nos nutre para perfeccionarla. Más de un gobernante debiera aprender qué significa ser verdaderamente solidario con los pueblos. Seguimos las acciones solidarias del pueblo revolucionario de Venezuela y de su gobierno para aprender lo que en otros lugares es impensable, por ahora. En muchos países las lluvias dejan heridas pero en muy pocos, como en Venezuela, la calamidad se convierte en ejemplo de solidaridad con orgullo y dignidad ejemplares. Venezuela nos da su ejemplo incluso en horas difíciles

No importa la cantidad de mentiras que la derecha invente pretendiendo ensuciar la dignidad del pueblo revolucionario. La verdad está a la vista. En Venezuela sus revolucionarios transforman calamidades en oportunidad para avanzar hacia el socialismo. Es de importancia suprema enterarse cómo lo hacen. Ahí las operaciones de ayuda no son «dádivas», son conquistas revolucionarias. En México, por ejemplo, miles de personas siguen esperando se aparezca algún funcionario que ayude con algo por ¡las tormentas del año pasado!. Hay que ver cómo se comporta el presidente venezolano que no se toma respiro para ofrecerse a servir a su pueblo. Lo he visto, como lo ha visto el mundo.

ROMPER EL CERCO INFORMATIVO

Un día podremos romper todos los cercos informativos para darnos el derecho revolucionario a estar informados con la verdad socialista. Miles de medios alternativos y comunitarios jugaran un papel ejemplar en las horas más difíciles, y en las más felices, como las que ha cruzado Venezuela. Esa es, también, la ruta revolucionaria de la comunicación. Hemos visto en Venezuela revolucionaria una lluvia copiosa de gestos solidarios. Hemos visto la dignidad. Los oligarcas lo silencian. No vamos a detenernos a las puertas de la ideología de la clase dominante, vamos a penetrar a sus santuarios más tóxicos para derrotarlos.

Hay que unirnos a la denuncia mundial que señala al cinismo y la irresponsabilidad criminal del capitalismo, y sus representantes, a quienes nada importan las evidencias científicas en materia de aceleración del calentamiento global y sus consecuencias. De manera criminal los poderes burgueses prefieren poner bajo riesgo a toda la humanidad, la producción de alimentos, los recursos acuíferos, los campos de cultivo, el oxígeno, los océanos, los bosques… nada les importa la degradación de la vida mientras puedan lucrar usando irresponsablemente criterios de producción insustentables.

Enviemos al pueblo venezolano un abrazo continental con admiración por su fortaleza para resistir, como revolucionarios, las tormentas todas. Un buen abrazo grande, fraternal y siempre solidario con el pueblo revolucionario que resiste heroico las lluvias torrenciales y al mismo tiempo impulsemos una protesta continental contra el aparato mediático golpista que alienta ofensivas mediáticas aprovechándose de los fenómenos meteorológicos. También.

La Revolución venezolana crece y engendra seres humanos cuya fuerza moral se basa en no ser indiferente al dolor de otros seres humanos. Sólo pueblos con enorme sentido humanista y revolucionario, impulsan programas solidarios reales. Ese es el ejemplo de Venezuela para el mundo. Frente a las calamidades meteorológicas, la solidaridad revolucionaria venezolana no sólo es «ayuda», es construcción moral y fortaleza humana. No hay huracán, tormenta ni terremoto capaz de derrotarlos. El Bravo Pueblo se impulsa con hechos revolucionarios y su ejemplo moral es una fuerza que nos construye, a cada día, para las tareas transformadoras que a cada cual nos tocan, ocupemos el lugar que ocupemos, en este planeta.

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Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/avances/fernando-buen-abad-%E2%80%9Cconvertir-agua-en%E2%80%A6-socialismo%E2%80%9D/