La Korrika es el mayor evento de Euskal Herria. En la última edición de esta carrera de más de 2.500 kilómetros ha participado un tercio de la población vasca. Aupados entre la multitud, 36 migrantes cruzaron el paso fronterizo de Irun-Hendaia.
La imagen del fotógrafo Gari Garaialde dio vueltas en Twitter. El mensaje era un poco críptico, pero entendible para quien conoce qué es la Korrika y qué supone para los migrantes el paso fronterizo de Irun, entre los Estados español y francés. Catorce organizaciones habían comprado precisamente ese kilómetro, para cambiar de Estado corriendo a favor de la normalización del euskera. Entre esa masa de gente, 36 migrantes corrían portando el chaleco de la Korrika. Como uno más, sin que nadie les pidiera los papeles, les internara en un centro y les devolviera al país del que habían huido. Fue el momento más emocionante de los 2.500 kilómetros que en esta edición ha recorrido la Korrika. Los 36 consiguieron cruzar la muga (la frontera).
Desde los sindicatos LAB, Steilas y Solidaire y colectivos como Ongi Etorri Errefuxiatuak, Harrera Sarea y Basoa, las catorce organizaciones ofrecieron ayer una rueda de prensa para explicar la acción y denunciar la “política migratoria racista de la Fortaleza Europa”, “la última ley de inmigración implementada por el Gobierno francés con el apoyo de la extrema derecha que elimina las categorías protegidas contra las expulsiones y amplía sin precedentes la doble incriminación”, así como exigir la apertura “definitiva” de las fronteras y, “en particular”, de todos los puentes, como el que comunica Irun y Hendaia, “para garantizar la libre circulación para todos”.
Explicaron también cuántas personas sin un pasaporte que se lo permite cruzaron el puente Santiago el 14 de marzo aupados por la multitud que corría la Korrika, un total de 36 migrantes, en su mayoría subsaharianos. Y recordaron que, hasta ahora, nueve personas han perdido la vida tratando de cruzar la frontera por el río Bidasoa, por los raíles de las vías del tren o por el arcén de la autopista.
La Korrika es el evento más multitudinario en Euskal Herria. Se celebra cada dos años desde 1980 y se calcula que, en esta edición, que terminó el domingo, ha participado, de uno u otro modo, un tercio de la población vasca, explica su coordinadora, Ane Elordi. Ha sido la más multitudinaria. Hay quien corrió portando el testigo que protege el mensaje final de la Korrika, hay quien acompañaba corriendo, hay quien bajó a verla pasar y aplaudir —el streaming de la Korrika ha tenido 1,7 millones de visionados—. La App de la Korrika marcaba su paso casi a la perfección, lo que facilitó encontrarla.
Hubo un total de 2.792 cambios de testigos, se corrieron más de 2.500 kilómetros y se vendieron casi todos. Es decir, desde escuelas a empresas, desde particulares a organizaciones, pagaron un mínimo de 425 euros por correr durante un kilómetro portando el testigo. Lo recaudado es para la organización, los euskaltegis AEK, que alfabetizan a la población adulta.
Elordi se muestra satisfecha, aparte de cansada después de once días de recorrer Euskal Herria coordinando el evento. Añade que solo quedaron sin vender una decena de kilómetros: los más difíciles. Entre Araba y Nafarroa y en Enkarterri, cuando la Korrika subía puertos de montaña de noche. Y es que la Korrika no para una sola hora. En la pasada edición se viralizó la imagen del grupo corriendo entre la nieve de noche en Nafarroa. “Este año nos ha hecho buen tiempo, excepto un par de lluvias”, agradece Elordi.
Para ella, todos los kilómetros han sido buenos —“una explosión de emociones”, como define el evento—, pero con especial cariño recuerda el que corrió con su familia, en los que participaron los más pequeños y los más mayores —y la Korrika aminoró el paso para adaptarse a todas las edades— y el que cruzó la muga de Irun y Hendaia.
AEK recibe subvenciones de diferentes gobiernos de Iparralde, la CAV y Nafarroa, pero las ayudas no alcanzan para completar los salarios de los 600 profesores y la estructura de alrededor de cien euskaltegis. La Korrika pasa siempre por los municipios donde hay un euskaltegi y cada año cambia un poco su recorrido, para ir rotando donde se celebra el inicio y la meta.
También cambia el mensaje que protege el testigo. Un representante de AEK de cada provincia y Elordi eligen a la persona que lo escribirá. Este año, la escritora y traductora Garazi Arrula. “Korrika es un pueblo con hambre”, y también “orgulloso”. Donde el euskera es un “asunto lingüístico que es político y urgente”, que debe abordarse de “manera colectiva” y “sin vergüenza”. Tipi tapa, Korrika!
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/euskal-herria/korrika-correr-favor-del-euskera-cruzando-fronteras