La decisión de la agencia Moody’s de mantener la perspectiva negativa sobre la banca española, asegurando además que deberá hacer frente a pérdidas de hasta 176.000 millones de euros, junto a la recomendación de la OCDE de hacer más pruebas de resistencia al conjunto de los bancos de la UE, y recientes informaciones en diarios referenciales, han acrecentado las dudas sobre el sistema financiero español. El Banco de España tuvo que ejercer ayer de apagafuegos.
A pesar de los esfuerzos realizados desde el Gobierno de Zapatero por poner en valor la capacidad del sistema financiero español, las dudas sobre su solvencia son cada vez mayores, hasta el punto de que el Banco de España tuvo que anunciar ayer públicamente que exigirá a la banca que detalle sus necesidades de financiación en los mercados para generar más transparencia. Y es que ayer, en apenas unas horas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la agencia de ráting Moody’s hicieron, cada una por su parte, que la confianza de los mercados sobre la banca española se tambaleara peligrosamente.
La agencia de calificación mantuvo negativa su perspectiva sobre la banca española debido a las dificultades de acceso a financiación y a las presiones que persisten sobre la capitalización y la rentabilidad de estas entidades. Según el informe «Banking System Outlook for Spain», las razones de esta decisión descansan en la mala situación de la economía, el constante deterioro de la calidad de los activos y los planes de austeridad fiscal del Gobierno español.
Por su parte, la OCDE, en un informe mucho más general pero que no ayudó en nada a la banca española, valoró que el estado de salud del sector bancario continúa siendo el principal riesgo para la recuperación de la zona euro, y recomendó la realización de test de solvencia periódicos a las principales entidades para valorar el potencial de depreciación de sus activos.
A todo ello, hay que sumar el artículo publicado en su edición del 9 de diciembre en un diario tan referencial para el sector como es «The Wall Street Journal», que hacía un análisis conjunto de la situación de los sistemas financieros portugués y español y, respecto a éste, afirmaba que los bancos afrontan el vencimiento de unos 88.000 millones de euros el próximo año, de los que la mayoría corresponderían al primer semestre.
Estos datos, sin embargo, podrían quedarse cortos a juicio de Moody’s, que estima que los bancos españoles tendrán que hacer frente a «pérdidas económicas» de hasta 176.000 millones de euros debido a dotaciones y reservas, una cifra de la cual las entidades «sólo han reconocido la mitad», que serían los citados 88.000 millones.
El diario neoyorquino decía en cuaquier caso que los bancos españoles y portugueses afrontan una «crisis de financiación que están encontrando difícil de combatir» y destacaba que «como había pocos inversionistas dispuestos a prestarles dinero, los bancos se dirigieron al BCE -Banco Central Europeo- en busca de financiación de emergencia a principios de año». Y concluía que «los fuertes aumentos de financiación en el BCE de un país son un indicativo de que el sistema financiero local está más presionado».
Todos estos mensajes llevaron al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a anunciar nuevas medidas en busca de transparencia y credibilidad. En su intervención durante la Convención Anual Financiera 2010, recogida por la agencia Efe, Fernández Ordoñez apuntó que la banca española deberá publicar información trimestralmente sobre la exposición del sector de promoción y construcción con los porcentajes de crédito de dudoso cobro y las garantías para afrontar su posible deterioro.
Percepción y realidad
«Hay que hacer todo esto porque cuando la percepción de la realidad es mucho peor que la realidad misma, la mejor reacción posible es explicarla con todo detalle», argumentó.
El gobernador se lamentó porque, si bien, a su juicio «nada ha cambiado sustancialmente» desde que se hicieron las pruebas de resistencia en julio, sin embargo, «los mercados han parecido olvidarlo» por la crisis irlandesa, ante lo cual volvió a recomendar «transparencia».
Transparencia parece ser también lo que busca la OCDE al pedir nuevos exámenes a la banca europea. A juicio de la entidad que preside el mexicano Angel Gurría, los bancos han reforzado su posición y mejorado la calidad de sus fondos propios desde el estallido de la crisis, pero «probablemente no hayan eliminado todos los activos dudosos de sus balances y continuarán registrando pérdidas debido a los efectos atrasados de la recesión». «Las depreciaciones potenciales de activos continúan siendo elevadas, por lo que un nuevo refuerzo de la base de fondos propios se revelará sin duda necesario para garantizar una oferta de crédito apropiada», añade el informe.
Los países periféricos
Según la OCDE, las entidades de los países periféricos de la zona euro se ven más afectados por estas dificultades para financiarse en el mercado interbancario debido a su exposición a la deuda soberana de sus propios gobiernos. A este respecto, considera que los exámenes de solvencia publicados hace cinco meses «contribuyeron a reducir la incertidumbre», por lo que recomienda la elaboración periódica de este tipo de pruebas.
Sobre uno de estos «países periféricos», el Estado español, la agencia de calificación Moody’s, considera que los bancos tendrán que afrontar un déficit de capital de alrededor de 17.000 millones de euros. En un informe, su analista senior Alberto Postigo explica que «no es previsible que los ingresos de los bancos logren compensar sus necesidades de capital en todos los casos, lo cual obligará a muchas entidades a solicitar capital a través de fuentes externas».
De este modo, prosigue el analista, los bancos tendrán que acudir al Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB), cuyos 99.000 millones de euros «permitirían a las entidades reforzar sus ratios de capital por encima de los niveles utilizados en las pruebas de resistencia de la propia agencia». Respecto a la deuda senior a largo plazo, su calificación podría verse afectada negativamente por el empeoramiento de la solvencia del Estado español.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) considera que los países de la eurozona deben fijar un «mecanismo creíble» que permita la retirada de los apoyos financieros en el caso de que un país que haya requerido asistencia no cumpliera con las condiciones impuestas para recibir dicha ayuda.
«Debe existir una opción creíble de retirar los apoyos si no se cumplen las condiciones» sostiene en su último informe el llamado club de los países ricos. A este respecto, la institución con sede en París, que está celebrando su 50 aniversario, advierte de que la ausencia de dicho mecanismo contribuye al aumento de la incertidumbre sobre qué ocurriría si un país no fuera capaz de cumplir con sus obligaciones financieras.
Asimismo, el informe de la OCDE, presentado ayer por su economista jefe, Pier Carlo Padoan, y difundido por Europa Press, reclama que este mecanismo de asistencia a países en dificultades tenga carácter permanente e imponga «condiciones estrictas», y sugiere la posibilidad de permitir su intervención directa en mercados secundarios de deuda.
También considera que la zona euro ha iniciado una recuperación «moderada» tras afrontar su primer examen de resistencia durante la crisis, aunque advierte de la persistencia de riesgos por lo que demanda a los estados miembros que apliquen reformas sustanciales para restaurar la estabilidad a la región.
De este modo, la OCDE recomienda mejorar la disciplina fiscal mediante la reforma de la normativa presupuestaria de la zona euro y la creación de consejos fiscales estatales, así como una mejora de la regulación financiera y la puesta en práctica de reformas integrales de los mercados laborales y de productos para impulsar el crecimiento y la competitividad.
http://www.gara.net/paperezkoa/20101214/237693/es/Crecen-dudas-respecto-solvencia-banca-espanola/