La economía china creció 9.9 por ciento en 2005, lo que le permitirá convertirse en la cuarta potencia económica mundial, por delante de Gran Bretaña y Francia, informó este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). Con esa noticia comenzó en Davos, Suiza, el Foro Económico Mundial, donde el gobierno chino intentó tranquilizar a los […]
La economía china creció 9.9 por ciento en 2005, lo que le permitirá convertirse en la cuarta potencia económica mundial, por delante de Gran Bretaña y Francia, informó este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Con esa noticia comenzó en Davos, Suiza, el Foro Económico Mundial, donde el gobierno chino intentó tranquilizar a los participantes al hablar sobre su deseo de integrarse sin sobresaltos en la economía mundial.
Estados Unidos, por su parte, está revisando su política comercial con China, ante el creciente déficit de intercambios que mantiene con ese país, y publicará los resultados en las próximas semanas.
La ONE precisó que en 2004 el crecimiento de la economía china fue de 10.1 por ciento, tras la revisión del modo de cálculo del PIB, corregido el mes pasado.
Estos resultados colocarán a China como la cuarta potencia mundial, por delante de Gran Bretaña y Francia, que ocupan actualmente la cuarta y quinta posición. A la cabeza de las mayores economías se encuentran Estados Unidos, Japón y Alemania.
El gobierno chino también confirmó un excedente comercial récord en 2005 de 101 mil 900 millones de dólares, es decir, un alza de 69 mil 900 millones de dólares con respecto a 2004.
El vigoroso crecimiento económico de China será tema de discusión en Davos, en los Alpes suizos, de más de 2 mil 300 invitados, empresarios y celebridades reunidos en el Foro Económico Mundial.
Dos estudios que fueron revelados en Davos ilustran el creciente interés de las empresas en los mercados emergentes, principalmente asiáticos, y se deja en claro que China ocupa el primer lugar de las preferencias.
Sin embargo, un desbocado crecimiento chino amenaza con provocar desequilibrios a escala mundial. Ante ese temor, Cheng Siwei, vicepresidente de la Asamblea Nacional Popular de China, intentó tranquilizar a los participantes al prometer que la moneda de su país, el yuan, »será totalmente convertible… en el futuro», lo que desató una carcajada general.
Hasta ahora los chinos, por miedo al futuro, han preferido guardar, reconoció el dirigente, y añadió: »Tenemos que mejorar nuestro sistema de seguridad social» para reducir el ahorro preventivo y »desarrollar el concepto del crédito», a fin de incentivar el consumo de los hogares.
Según los analistas, el crecimiento chino se ha apoyado totalmente en las exportaciones, es decir, en el consumo de sus socios extranjeros como Estados Unidos y Europa, y en las inversiones.