Traducido para Rebelión por Germán Leyens
El 6 de diciembre el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, prometió cuatro años más de muerte y destrucción en Irak. Suponiendo que la guerra siga costando al contribuyente estadounidense 6.000 millones de dólares por mes – sin incluir los costos de reconstrucción, los gordos contratos sin licitación pública para los mayores donantes a la administración Bush y costos de reemplazo del equipo militar que está siendo volado por los aires y gastado – vienen a ser 288.000 millones de dólares. Súmense ese monto a los 149.000 millones que la guerra ha costado hasta ahora y se llega a un total de 437.000 millones de dólares.
En cuanto al coste humano, desde el 20 de marzo de 2003 al 7 de diciembre de 2004 (aproximadamente 21 meses) el Pentágono dice que han muerto 1.280 soldados de EE.UU. y que 9.765 han sido heridos en Irak. La cifra de heridos del Pentágono discrepa del informe del hospital militar de EE.UU. en Landstuhl, Alemania, de que hasta la semana de Acción de Gracias el hospital ha tratado a casi 21.000 estadounidenses heridos en Irak. Según el hospital, más de la mitad tenían heridas demasiado graves como para volver a sus unidades.
Si se supone que no haya una escalada de la insurgencia, una continuación de cuatro años más de guerra resultaría en otros 2.925 soldados de EE.UU. muertos para llegar a un total de 4.205. Utilizando las cifras de heridos del Pentágono, habría 22.320 soldados heridos más, o sea un total de 32.085. Utilizando la cifra del hospital militar de EE.UU. habría otros 48.000 soldados heridos, o sea un total de 69.000.
Si se supone que EE.UU. sea capaz de mantener 138.000 soldados en Irak durante el segundo período de Bush, los muertos y heridos (cifra del Pentágono) llegarían a un 26 por ciento de la fuerza de EE.UU. en Irak. Utilizando la cifra del hospital militar, los muertos y heridos de EE.UU. llegarían a un 53 por ciento de todo nuestro ejército en Irak.
El actual sistema de personal militar no puede asegurar reemplazos para esas pérdidas. Las actuales fuerzas son mantenidas mediante la movilización de unidades de la reserva y de la guardia nacional y alargando los períodos de servicio más allá del período contratado, una práctica que soldados estadounidenses están disputando ante los tribunales. Decenas de miles de carreras, matrimonios y finanzas familiares están siendo desestabilizados y destruidos por el envío de unidades de la reserva y de la guardia nacional a la guerra en Irak.
¿Qué logra Bush a cambio de costes tan horrendos?
Bush ha destruido nuestras alianzas y la buena voluntad de un medio siglo de política extranjera de EE.UU.
Bush ha creado una insurgencia donde no existía ninguna.
Bush ha destruido el prestigio de EE.UU. en Medio Oriente y reducido el apoyo a EE.UU. entre la gente de Medio Oriente a cifras de un solo dígito.
Bush ha convertido a Osama bin Laden en un héroe y reclutado a decenas de miles de terroristas a sus filas, mientras separa simultáneamente a los medioorientales de los gobernantes títeres laicos que les hemos impuesto.
Bush es responsable por lo menos de entre 14.619 y 16.804 civiles iraquíes muertos durante los 21 meses desde la invasión. Basadas en información de hospitales, morgues y medios, estas cifras subestiman las muertes de civiles: Cumpliendo con el requerimiento de un funeral rápido del Islam, muchos iraquíes fueron enterrados en campos de juego y en jardines durante los prolongados ataques de EE.UU. contra áreas urbanas. Un informe reciente de la revista médica británica The Lancet estima que 100.000 iraquíes fueron matados desde el 20 de marzo de 2003. Esta cifra no incluye el gran número de muertes iraquíes resultantes del embargo y de los bombardeos de EE.UU. durante más de una década antes de la invasión estadounidense.
Haciendo una proyección de las muertes de civiles iraquíes de las que se habla, durante cuatro años más, llegamos a una cifra de 51.621 civiles muertos como «daño colateral». Si hacemos una proyección de la cifra de The Lancet se llega a una cifra de 328.571 civiles muertos a fines del segundo período de Bush.
Y además están los civiles heridos, de los que parece no haber cifras. Si suponemos que vale la misma relación entre muertos y heridos que para los soldados de EE.UU., la cifra de muertos resulta en una cantidad de heridos civiles de 392.320. El cálculo de The Lancet produce una cifra de heridos de 2.497.139.
La relación de 7,6 soldados de EE.UU. heridos por cada soldado muerto es probablemente demasiado baja para calcular los heridos civiles iraquíes. Las fuerzas de EE.UU. viajan en vehículos blindados, están protegidos por cascos y blindaje corporal y no son los que reciben los obuses de artillería y las masivas bombas que matan todo en un radio de un cuarto de kilómetro. La relación podría fácilmente llegar a 10 o 15 civiles iraquíes heridos por cada muerto.
¿Sabían los estadounidenses que reeligieron a Bush que el presidente que no reconoce ningún error está empeñado en un camino que desperdiciará medio billón de dólares sin otro propósito que matar y herir entre 36.290 y 73.205 soldados de EE.UU., con un «daño colateral» a civiles iraquíes entre 443.941 y 2.825.710 muertos y heridos?
Si Sadam Husein es un «asesino masivo», ¿en qué se convierte el presidente Bush y los que lo reeligieron?
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Paul Craig Roberts fue Secretario Adjunto del Tesoro en la administración Reagan. Fue Editor Asociado de la página editorial del Wall Street Journal y Editor Colaborador de National Review.
http://www.counterpunch.org/roberts12082004.html