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Crisis, azote del capitalismo

Fuentes: Rebelión

Los gobiernos muestran el carácter de clase de los Estados capitalistas

La crisis del capitalismo se vuelve a cebar con la clase obrera y las capas populares. El carácter general y estructural de la crisis

hace que no haya rincón del planeta donde no se exteriorice las consecuencias de la misma. El ansia del gran capital por acumular más beneficios lleva al planeta a una situación insostenible. Se produce de forma masiva aquello que reporta beneficios rápidos, se estanca el crecimiento económico, se destruyen las fuerzas productivas y no se planifica para producir aquello que el planeta puede soportar y lo que es prioritario para el ser humano. 

Se mueven capitales para sectores especulativos, se deslocaliza y abandonan sectores productivos donde la rentabilidad no es la deseada hacia otros sectores y zonas del planeta, aumenta el paro, disminuye la capacidad de compra de las poblaciones, se desencadena la sobreproducción de mercancías y capitales que no encuentran salida. El capital genera su propia crisis por su lógica de acumulación y apropiación de ganancias a costa del trabajo asalariado. Como decía Marx, el capitalismo lleva la crisis en sus entrañas convirtiéndolo en un sistema caduco.   

El neoliberalismo, agenda de la política económica de los gobiernos europeos

El capitalismo en la etapa neoliberal nos ha dibujado un escaparate donde cualquiera puede acceder a lo que desee, simplemente tienes que ponerte en manos de la banca y tu sueño se cumplirá. Como consecuencia hoy en el «mundo desarrollado», millones de familias tienen sus vidas hipotecadas. La crisis de sobreproducción de mercancías y sobreacumulación de capitales, provocada por el crack del capital ficticio (capital a crédito), se ha encargado de destapar el espejismo en el que se vivía.  

La banca se queda sin liquidez y los gobiernos les inyectan miles de millones, que salen de los impuestos con que los trabajadores debemos sostener nuestras conquistas, los sistemas de pensiones, la sanidad pública la enseñanza, etc. La naturaleza del capitalismo obliga a los gobiernos que se someten a sus dictados salvar a los bancos y abandonar a la clase obrera al empobrecimiento relativo y absoluto. Y eso a pesar de que España todavía necesita 85.000 mill.€ para alcanzar la media de la UE en gasto social. Pero, claro, eso no es prioritario para los Estados capitalistas.  

El neoliberalismo ha demostrado el cinismo de los capitalistas quienes sostienen que el Estado no debe intervenir en la economía, y que los mercados se regulan solos. Con la crisis los capitalistas y sus mercenarios no ocultan el carácter de clase de su política económica al pedir que los gobiernos intervengan para salvar con subvenciones millonarias el desplome de los bancos y el mercado, a la misma vez que se insiste en emprender una nueva ola salvaje de recortes sociales. Los gobiernos hacen apología de mayores sacrificios al mismo tiempo que se dan a conocer los beneficios de la banca, grandes empresas y las fortunas de los ricos que siguen creciendo.  

Los gobiernos de la UE se arrodillan a los dictados del capital financiero y sus organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo. El problema principal para estos organismos no es el aumento del paro, el descenso del crecimiento económico e industrial y el recorte de los gastos sociales, sino el déficit público, y la rentabilidad de la tasa de beneficios del capital, la plusvalía arrancada a los trabajadores. Por esa razón del destino capitalista, Grecia, Rumanía, España y Portugal, deben violar su soberanía nacional y someterse a los dictados neoliberales.  

Si alguien pensaba que el neoliberalismo había muerto, se equivocaba. El patrón de las medidas a aplicar son las mismas recetas para salir de la crisis desde los años 80, privatizar lo público y recortar el gasto social, las pensiones y salarios, más impuestos indirectos (IVA), abaratamiento del despido, alargar la edad de jubilación, etc.  

Atraco al bolsillo de los trabajadores y pensionistas, más beneficios para los ricos 

Grecia recibirá dinero público de la UE , de todos los ciudadanos, y préstamos multimillonarios del FMI, que asfixiaran aún más al pueblo, al exigir el pago de los préstamos a costa del sacrificio de la clase obrera griega: aumento de la edad de jubilación, congelación salarial hasta el 2014 y supresión de las pagas extras tanto en el sector público como en el privado, abaratamiento del despido, eliminación de las pagas extras de pensionistas, subida de un 10% de los impuestos indirectos (gasolinas, tabaco…), aumento del IVA 4 puntos hasta el 23%, privatización de sectores como energía y transportes, etc. En Rumanía, el FMI impone a partir de junio, el recorte del 15% de las pensiones, rebaja del 25% de los salarios de los empleados públicos, y sube el IVA al 24%. Italia, Francia y Reino Unido, se suman al recetario neoliberal, retraso de la jubilación de las mujeres hasta los 65 años y congelación de salarios de empleados públicos hasta el 2013 en Italia, retrasar la edad de jubilación o aumentar el periodo mínimo de cotización en Francia, congelación de las cotizaciones sociales de la patronal (para que paguen menos) en el Reino Unido.  

En España nos encontramos con recetas parecidas, más en la senda de Grecia y Portugal, de entrada el recorte del 5% del salario de trabajadores del sector público a partir de junio y congelación en el 2.011. Congelación para el 2.011 de las pensiones. Eliminación del régimen transitorio para la jubilación parcial, reducción de más de 6.000 mill.€ en inversión pública (2.010-11), eliminación de la ayuda de 2.500 € por nacimiento, subida en 2 puntos del IVA hasta el 18%, etc. Quedando pendientes el abaratamiento del despido previsto en la reforma laboral del gobierno (abaratamiento del despido y reducción de las cuotas patronales) y el alargamiento de la edad de jubilación a 67 años, como nuevas agresiones hacia la clase obrera. 

Tampoco podemos olvidar la agresión sin precedentes desde la II ª Guerra Mundial hacia los derechos sindicales y la negociación colectiva. En Grecia se elimina la negociación de convenios al primar las negociaciones individuales, mientras que en España se rompe el acuerdo tri-anual (2.010-12) de crecimiento moderado del salario para trabajadores del sector público, roto por el propio gobierno, lo que sin duda es un precedente negativo que la CEOE puede aprovechar para llevarlo al sector privado.  

Toda esta batería de medidas neoliberales que impone el capitalismo van dirigidas a la recuperación de la tasa de beneficios del capital haciéndonos pagar a los trabajadores el coste de la crisis, agravándola aún más, ya que el gobierno español con las últimas medidas recortará 12.000 mill. € en pensiones, salarios e inversión en obra pública, recortes que frenarán el crecimiento económico, reducirán el consumo y destruirá más empleo productivo. Con la excusa de reducir el déficit estas medidas suponen pan para hoy y hambre para mañana al provocar una nueva caída de la actividad, y son ya 4,7 millones de parados, y todavía estamos en la fase depresiva de la crisis.  

Ni una sola medida que toque las rentas altas y financieras y ni una sola medida que genere empleo y crecimiento económico. A pesar de los cantos de sirena sobre la hipotética subida de impuestos a las rentas altas, la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda ha denunciado que los planes del gobierno deja fuera a la fiscalidad de las Sociedades de Inversión de Capital Variable (impuesto de sociedades) que son el instrumento preferido por las grandes fortunas para defraudar impuestos.  

Paliar el déficit público es el objetivo prioritario, reducir el paro pasa a ser un objetivo secundario. No obstante, el déficit público del Estado ha sido provocado por las políticas neoliberales de los gobiernos PP y PSOE al permitir el fraude fiscal, la estafa inmobiliaria, reducir la presión fiscal sobre los beneficios y los 90.000 mill. de € que el gobierno ha regalado a los bancos aumentando la deuda del Estado.  

España es junto a EE.UU. el país de la OCDE con la imposición fiscal más baja, porque las rentas altas y millonarias permanecen intocables , lo que provoca el descenso del gasto público social. Ello es debido a las reformas fiscales regresivas que convierten a España en uno de los Estados más desiguales en rentas y menos redistributivos de la UE, junto a Grecia y Portugal.

Ahí van unos datos para dar luz: las rentas salariales representan el 80% de la recaudación de IRPF, los trabajadores declaramos 6.000€ más de media de lo que declaran los empresarios, se reducen los impuestos directos y su progresividad, se puede decir que cuanto más rico es el contribuyente menos aportaciones realiza, mientras que también aumentan los impuestos indirectos que ya suponen más de la mitad de la recaudación del Estado, impuestos que no miden la capacidad adquisitiva de las rentas, además de gravar injustamente los productos básicos de la población trabajadora. En la otra cara de la moneda España es uno de los 10 países del mundo con más millonarios, según ATTAC sólo 1400 personas controlan un capital equivalente al 80% del PIB español, y alrededor de 265.000 personas atesoran 443.000 millones de € ( casi el doble de lo que cobran al año los 19,5 millones de trabajadores en activo, pensionistas y trabajadores con derecho a prestación por desempleo, con un salario inferior a los 1.000 €/mes).

El patrón neoliberal de las medidas es el mismo en todos los países, el déficit griego también ha sido provocado por las enormes rebajas fiscales dadas a las empresas, las ayudas estatales al capital financiero, los gastos armamentistas de la OTAN , y los Juegos Olímpicos. El plan de «rescate» griego no ataca a los beneficios y rentas financieras sino que los estimula y protege.  

Por tanto, el carácter de clase del Estado y de estas recetas queda demostrado cuando los gobiernos se niegan a aplicar medidas que graven al capital, para incrementar los ingresos públicos, combatiendo el fraude y la evasión fiscal. Es inadmisible que la reducción del déficit la paguen los salarios mientras los bancos siguen actuando en paraísos fiscales, blanqueando capitales y ganando miles de millones con el apoyo legal del Estado. Sólo la erradicación del fraude fiscal de la economía sumergida proveniente entre otras actividades de la especulación inmobiliaria, impuesto de sociedades y los grandes patrimonios), supondría recaudar 4 veces más, 100.000 mill. € para las arcas públicas. Por otra parte resulta inadmisible que los gastos improductivos permanezcan intocables como las subvenciones públicas a la iglesia que suponen 6.000 mill. de € cada año en un Estado laico, los de la casa real que encima se incrementan un 2,7% en los PGE del 2.010, y los gastos militares suponen ya más de 18.000 mill. € anuales.  

HUELGA GENERAL Y RESISTENCIA  

Ante esta ofensiva del gran capital, la alternativa pasa por la resistencia y movilización de la clase obrera. Los obreros griegos nos señalan el camino, 5 huelgas contra los recortes, donde los comunistas griegos (KKE) y el sindicato de clase PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) están a la cabeza de las movilizaciones, respaldadas por todos los sectores de la población (mujeres, estudiantes, campesinos, marineros, pequeños comerciantes, autónomos, etc). El seguimiento de las huelgas ha sido total y las manifestaciones históricas y multitudinarias. En Rumanía movilización general el 21 de mayo para pedir la huelga general que los sindicatos ya planifican convocar en junio. En Portugal los camaradas del PCP y la Intersindical (CGTP) se preparan para responder la agresión de un gobierno respaldado por la socialdemocracia neoliberal y la derecha.  

En España se hace necesario ir hacia un proceso de movilización general, la huelga de los trabajadores del sector público debe ser un paso hacia la convocatoria de una gran huelga general que frene la ofensiva neoliberal del gobierno de hacernos pagar la crisis, una huelga convocada por los sindicatos de clase y respaldada por todos sectores, movimientos sociales y la izquierda contra el decretazo, contra el paro, y por una política económica que cree empleo y reparta la riqueza social.  

POR UNA POLÍTICA DE IZQUIERDAS ANTI-NEOLIBERAL CONTRA LA CRISIS  

Una política de izquierdas debería de hacer pagar la crisis a sus culpables y beneficiarios , acabar con el fraude de grandes empresarios y especuladores, recuperar el impuesto de patrimonio y sucesiones, suprimir el gasto público improductivo (ayudas a la iglesia, gastos militares etc), con estas medidas se crearía empleo, crecería la economía productiva, aumentaría el gasto público y social y de paso se eliminaría el déficit público:  

· Reforma fiscal progresiva en la que pague el que más tiene tanto en los impuestos directos como indirectos.

· Nacionalización de los sectores estratégicos (banca, energía, transportes, etc).

· Creación de una industria pública que priorice el crecimiento económico sostenible y el reparto del empleo.

· Crecimiento del sector público de enseñanza y salud. Mejora de la protección social y las pensiones.

· Reducción de los gastos militares y supresión de las subvenciones de la iglesia.

· Reducción de la edad de jubilación y la jornada laboral para repartir el empleo.

· Causalidad en la contratación y reducción del empleo temporal.

· Luchar por un Estado republicano y democrático.  

NUESTRA ALTERNATIVA: EL SOCIALISMO

Esperar que la situación cambie por sí sola es un error, ya que el capital no va a renunciar a sus intereses. Sólo jugando nuestro papel como clase obrera unida y organizada, con una izquierda que apoye y dirija la lucha de los trabajadores, se podrá frenar la ofensiva neoliberal del capital, poniendo las bases para marcarnos metas más ambiciosas en la lucha por la superación del capitalismo y la construcción del socialismo. Es incuestionable que capitalismo no tiene futuro y deberá superarse con la lucha de clases, por un sistema que se sustente en el crecimiento sostenible de las necesidades sociales y productivas de la humanidad, con trabajo para todo el mundo, sin los límites de una economía basada en la explotación cuya consecuencia son las crisis, las guerras imperialistas, el hambre, el paro, la destrucción de las fuerzas productivas y el planeta. Como plantea Marx la crisis del capitalismo es estructural y general, y por eso este sistema no se reforma, sino que se destruye.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.