A mediados del 2009 el mundo parecía estallar. Y no fue así. Una vez más se necesitó de la disciplina social para el reacomodo de los caciques del dinero
«El capitalismo transnacional está en crisis, sí, pero goza de buena salud. Muta y se transforma para concentrarse cada vez más. La cuenta queda a cargo de los trabajadores y consumidores de todo el mundo, pero en forma especial de los países para los cuales se inventó el eufemismo mercados emergentes». En esos términos se refería nuestra Agencia a la conmoción global que el año pasado estalló en Estados Unidos y monopolizó las primeras planas y las pantallas de toda la corporación mediática.
Por ejemplo, en el artículo «Hegemonía, capitalismo siglo XXI y lúmpen Estado» (18 -12 – 08) sosteníamos que el capitalismo goza de buena salud y citábamos a Carlos Marx: «El capital da vida a todas las potencias de la ciencia y de la naturaleza (…)».
Por su parte y al respecto, cuando aun Wall Street no había convulsionado, el economista y politólogo francés Yann Moulier Boutang afirmaba lo siguiente: «Los diferentes índices bursátiles (Nasdaq, Dow Jones) pueden subir o bajar un poco, mucho, apasionados hasta la locura o todo lo contrario, pero las transformaciones del capitalismo histórico van por buen camino. Lo testimonia la impresionante lista de los enfrentamientos recientes en el dominio de extensión de las patentes (el genoma humano, la vida natural, la vida modificada, los medicamentos para las triterapias) sobre los derechos de la propiedad intelectual (derechos de autor versus ‘copyright’), sobre el derecho de copiar los ‘softwares’, las bases de datos, las informaciones de carácter ‘privado’ o no, sobre el derecho de leer gratuitamente en las bibliotecas (…). Asistimos a una mutación profunda del capitalismo, que resumimos con el término de capitalismo cognitivo».
Más adelante, el mismo autor explicaba: «El capitalismo inmaterial, sin peso (‘weightless economy’), la ‘sociedad de la información’, la ‘net-economy’, la ‘nueva economía’, la ‘knowledge-based economy’, la revolución tecnológica de los NTIC, son otras tantas formas de nombrar estas transformaciones, y de atrapar, de manera parcial, algunos de sus aspectos. Nuestra tesis principal es que la propia naturaleza del valor, su forma, el lugar y las modalidades de su extracción son remodeladas de arriba abajo. Se trata, para nosotros, de situar la transformación por encima de un cambio de régimen de crecimiento o de un paradigma técnico o régimen sociotécnico; de situarla en algún lugar entre un cambio de régimen de la acumulación capitalista y un cambio de las relaciones de producción propiamente dichas; es decir, el esbozo de una transición en el interior del capitalismo, transición que comporta mutaciones tan radicales como las que han señalado el paso del capitalismo mercantil esclavista y absolutista al capitalismo industrial asalariado y ‘democrático’ (…)».
¿Sobre qué hablamos, entonces, cuando nos referimos a la nueva etapa del sistema capitalista, la que en última instancia explica la verdadera naturaleza de la llamada crisis financiera global que se registró con fuerza sobre todo a partir del segundo semestre de 2008?
Nos referimos a la fabulosa transferencia de activos financieros de una facción a otra del entramado corporativista transnacional, fenómeno estudiado y conceptualizado como Imperio Global Privatizado o IGP, según los libros «Bush & Ben Laden S.A», Ego Ducrot, Víctor; y Recolonización o Independencia, Calloni, Stella y Ego Ducrot, Víctor; Norma, Buenos Aires, 2001 y 2004 respectivamente.
Por consiguiente, planteamos la siguiente hipótesis: la llamada crisis global debe ser entendida como el necesario salto de acumulación que requiere el capitalismo global y en particular su facción dominante, la que se asienta sobre el aparato estatal – militar y corporativo de Estados Unidos, para darle impulso a una nueva etapa ya convertida en acción.
Cuando la tensión periodística que tanto disciplinó a los Estados en medio del marasmo provocado por el aparato financiero transnacional estadounidense se aquieto, y desde múltiples ángulos surgen voces contradictorias en torno a la actualidad de la denominada crisis global, APM propone algunas variantes informativas y de análisis. Ese el tema tratado esta semana en el cuerpo central de nuestra edición digital.