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Crisis política en Brasil

Fuentes: Rebelión [Imagen: Bolsonaro y Trump intercambian camisetas de fútbol con los nombres de cada uno en la Casa Blanca el 19 de marzo de 2019. Créditos: Chris Kleponis/Pool/CNP/Zuma alambre/Alamy Live News, tomada de Open Democracy]

En este artículo el autor reflexiona sobre la crisis política abierta en las relaciones entre Brasil y EEUU a raíz de la detención domiciliaria de Jair Bolsonaro.

El 4 de agosto el Superior Tribunal Federal (STF) de Brasil determinó prisión domiciliaria para el expresidente (2019-2023) de extrema derecha Jair Bolsonaro por violar las medidas restrictivas ordenadas por el STF como grabar un video para sus seguidores en una manifestación pública en San Pablo. En semanas recientes el STF le asignó un localizador GPS en su pierna.

En meses recientes Bolsonaro está bajo investigación y ha sido acusado formalmente de estar supuestamente detrás de los intentos de golpe de Estado en la plaza de los tres poderes en la capital Brasilia. Donde el 8 de enero de 2023 alrededor de 1400 bolsonaristas de extrema derecha invadieron y vandalizaron los edificios gubernamentales. Algo parecido a los destrozos ocurridos en Washington el 6 de enero de 2021 por parte de los neofascistas seguidores del presidente Trump.

Bolsonaro también está siendo investigado por tener presuntamente conocimientos de la planificación del intento de asesinato al presidente Luiz Ignácio Lula da Silva, el vicepresidente Geraldo Alckmin y al ministro del STF Alexandre de Moraes. En todas estas investigaciones y acusaciones están incluido 34 entre altos mandos militares y políticos cercanos a Bolsonaro, algunos de ellos ya están en prisión. También más de 300 manifestantes están encarcelados por el intento del golpe de Estado del 8 de enero de 2023. 

Los hijos de Bolsonaro, el diputado federal Eduardo Bolsonaro desde EEUU y el senador Flavio Bolsonaro en Brasil en venganza han montado una difamatoria campaña declarando que en Brasil hay una dictadura y se persigue la oposición, cosa que es totalmente falso. En Brasil hay instituciones sólidas, hay libertad de prensa, libertad de expresión, de libre asociación, la mejor prueba de esto último es que el domingo 3 de agosto hubo miles de bolsonaristas en manifestaciones en diversas ciudades apoyando a Bolsonaro y criticando el STF, sin ningún tipo de represión e intervención militar. Se respetan los derechos humanos, civiles y tiene elecciones libres.

El diputado Eduardo Bolsonaro ha conspirado con Trump para imponer aranceles a Brasil de 50% a muchos productos importados a EEUU que comenzaron el 1ro. de agosto. Lo cual bajo las leyes brasileñas se considera una traición a la patria. El presidente Donald Trump por su parte ha declarado su abierto a poyo al expresidente diciendo que el arresto domiciliario es “Una amenaza a la democracia” y acusado en semanas recientes al STF de violar los derechos humanos. EEUU además impuso la ley Magnitsky al ministro Alexander de Moraes del STF que son sanciones económicas a corruptos y violadores de los derechos humanos. Y el secretario de Estado estadounidense Marcos Rubio, señaló que se trata de “Caza de brujas”. Lula por su parte ha reaccionado diciendo, entre otras, que “Brasil es independiente y soberano, yo soy presidente de Brasil y Trump de EEUU”, es decir, ningún gobierno extranjero se puede meter en los asuntos internos.

Por otro lado, Bolsonaro, desde sus pasadas campaña y bajo su presidencia hizo expresiones racistas, homofóbicas, misóginas y favorece la tortura. Durante la pandemia realizó gestos físicos en público burlándose de las personas a punto de asfixiarse. En sus viajes al exterior expresó halagos hacia los exdictadores Augusto Pinochet de Chile y Alfredo Stroessner de Paraguay.  Durante su presidencia no hizo nada significativo para la economía, educación y salud. El excapitán es el preferido de la élite brasileña, de sectores fundamentalistas evangélicos, neopentecostales y católicos integristas ultraconservadores. 

Roberto Torres Collazo es puertorriqueño, activista y residente en Sao Paulo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.