Además de elecciones directas, la democracia participativa es uno de los principales ejes del Plan
El sistema de democracia representativa vivido en Brasil, en que el pueblo participa de la vida política del país apenas cada cuatro años para elegir los candidatos a los poderes ejecutivo y legislativo, es tenida como una de las grandes trabas para la democratización del Estado brasileño.
Sumado a esto, todavía existe la enorme influencia de grandes empresas privadas en los procesos electorales, que contribuyeron con USD$ 1.500 millones en donaciones solamente en las elecciones de 2014. Esos serían apenas algunos de los factores que contribuyen a la falta de credibilidad y el no reconocimiento de la población respecto a las instituciones del país, como muestra la encuesta realizada por la organización GfK Verein en 2016, al constatar que el brasilero es el pueblo que menos confía en sus políticos entre las grandes economías del mundo.
Para José Antonio Moroni, cientista político e integrante del colegiado de gestión del Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC), el derecho al voto es solamente la base de la democratización, mas de la forma como lo tenemos hoy, este «no puede ser la única expresión de soberanía popular».
Moroni además destaca que las élites políticas y económicas brasileras ni siquiera son capaces de respetar el mínimo establecido, ya que en 2014 destituyeron a la ex-presidenta electa democráticamente Dilma Rousseff, asumiendo el gobierno Michel Temer, responsable por implementar una agenda política contraria a los intereses del pueblo brasilero, como las reformas laboral y de las Pensiones.
«Nosotros percibimos que nuestras élites, tanto políticas como económicas, no tienen aprecio ninguno por el principio básico de la democracia, que es el respeto al voto», resalta Moroni.
En este sentido, el cientista político señala la necesidad de ampliar la participación de la población en las decisiones del Estado, para garantizar el fortalecimiento de una democracia directa, con la construcción de instrumentos como referendos revocatorios y convocatorias de plebiscitos. «Hoy no tenemos ningún mecanismo institucional de expresión de la soberanía popular para resolver esta crisis. No estamos llamados a resolverla, quien resolvería es el poder judicial y las élites, y ese es el mensaje que nos pasan en todo momento», dijo.
Primer paso
Todavía, para que tal avance pudiese ocurrir, Moroni destaca que el primer paso para la democratización del Estado es anticipar las elecciones directas, una de las medidas defendidas por los sectores progresistas de la sociedad para restablecer la democratización del Estado. En el Plan Popular de Emergencia, documento elaborado por los movimientos que componen el Frente Brasil Popular (FBP) -que está formado por más de 80 organizaciones-, cuatro medidas más retratan la necesidad de una mayor soberanía popular en el país.
La aprobación urgente de una Reforma Política, con adopción del voto en lista partidaria, el financiamiento público exclusivo de campañas electorales y la alternancia entre hombres y mujeres, con cuotas raciales y generacionales; es otro punto destacado. Además de eso, la revisión de la actual Ley de Impeachment y la democratización de los medios y del Poder Judicial, también están representados en el Plan.
Directas Ya
La anticipación de las elecciones presidenciales ya parece ser un consenso entre la población, ya que una encuesta reciente realizada por la Central Única de Trabajadores (CUT) y Vox Populi, el último día 5 de junio, reveló que la anticipación de las elecciones presidenciales en Brasil para 2017, bajo la consigna de «Directas Ya», es defendida por 9 en cada 10 brasileros. La casación del presidente golpista Michel Temer es el deseo de 85% de los entrevistados, mientras que apenas 3% aprueban su gobierno.
La encuesta contempló 118 municipios de Brasil, de todos los estados y del Distrito Federal, y refleja la popularización cada vez mayor de las «Directas Ya». No en vano, una serie de manifestaciones vienen siendo organizadas por todo Brasil para exigir la anticipación de las elecciones, principalmente después del día 17 de mayo, cuando audios filtrados por uno de los socios de la empresa JBS, Joesley Batista, revelaron el involucramiento de Temer en casos de corrupción investigados por la Operación Lava Jato.
Entre mayo y junio de este año, diversos actos culturales por las Directas Ya, con presentaciones de artistas conocidos, están siendo organizados en ciudades como Rio de Janeiro, São Paulo, Salvador, Porto Alegre y Recife. En Rio de Janeiro, la manifestación reunió 150 mil personas. En São Paulo, 100 mil personas acompañaron los shows.
En sus redes sociales, el actor Wagner Moura, uno de los artistas que participó de la divulgación de los actos, destacó la importancia del evento. «Por el derecho del brasilero de votar. Nuestra crisis es de legitimidad, no podemos dejar que nuestro Congreso, con más de 200 diputados investigados, elija nuestro próximo presidente», afirmó.
El Diputado Federal Iván Valente (Partido Socialismo y Libertad – Psol-SP), que compareció al acto de São Paulo, afirmó que, en su opinión, la adhesión a la consigna solo tiende a crecer. «Se va a extender a todo Brasil. Cuánto más el gobierno Temer [nos] sangre y la elite brasilera quiera una solución para continuar sus reformas anti-pueblo, más va a crecer el movimiento de las directas. Por lo tanto, Directas Ya es devolver la soberanía al pueblo brasilero», dijo.
En la misma línea, la profesora de la red pública estadual, que también compareció al acto cultural por las Directas Ya en São Paulo, Maria Eduarda Silva destacó que la participación social en la democracia es esencial para garantizar la mejoría de la crisis institucional que los brasileros viven.
«La democracia brasilera viene siendo sistemáticamente atacada desde el golpe, y yo creo en una democracia participativa. Creo que estos actos muestran la participación activa de la sociedad en la democracia. Nuestro Congreso no tiene legitimidad ninguna para hacer una elección indirecta, y la única forma de hacer que la voluntad del pueblo sea respetada es estando en la calle», ponderó.
En este sentido que Moroni apunta que el mayor desafío para la bandera de la democratización del Estado es transformar el compromiso en la campaña de las Directas Ya en una movilización física. «Como transformar esa mayoría favorable a las elecciones directas en movilizaciones de calle, otras formas de lucha, para que podamos disputar un proyecto político en el campo popular? Esto no está dado, mas hay un gran potencial de lucha sobre esta demanda», considera.
Traducción: Pilar Troya