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Crisis: salarios contra ganancias

Fuentes: Golias Hebdo

Solo hay una solución: poner fin al retroceso salarial. Modificar la distribución de las riquezas: menos dividendos, más salarios e inversiones sociales. El margen de maniobra es considerable, ya que los dividendos distribuidos por las sociedades no financieras representan, hoy,  el 12% de su masa salarial, contra el 4%, en 1982. La liquidez de hoy […]

Solo hay una solución: poner fin al retroceso salarial. Modificar la distribución de las riquezas: menos dividendos, más salarios e inversiones sociales. El margen de maniobra es considerable, ya que los dividendos distribuidos por las sociedades no financieras representan, hoy,  el 12% de su masa salarial, contra el 4%, en 1982.

La liquidez de hoy crea las burbujas de mañana y la recesión de pasado mañana. En caso de que se quiera romper este engranaje infernal, no hay más que una solución: cerrar los grifos que alimentan al sector financiero. El principal es el retroceso salarial. Esta está en el fundamento de la crisis, como explica Michel Aglieta:

«La evolución del salario real y de la productividad fueron desconectados provocando una modificación del reparto de las ganancias. Como mantener en esas condiciones el crecimiento en los países ricos? Fue preciso separar los gastos de la renta estimulando el consumo por la vía del crédito.»
Esa tendencia de baja de los salarios fue reforzada por la mundialización, como subraya Frédéric Lordon, en su último libro (1):

«También la competencia «rastrera» entre países de estándares sociales y ambientales totalmente dispares provoca ajustes salariales hacia abajo, cuyos términos son ahora muy bien conocidos: intensificación del trabajo, planes sociales en serie y, sobre todo, presión constante sobre los salarios».

Este análisis es compartido hoy, inclusive, por los organismos internacionales como el FMI, la OCDE o la Comisión Europea (2). Son raros aquellos que rebaten tal entendimiento. Pero es el caso de un editorialista de Echos que osa afirmar: «No, los asalariados no son sacrificados!»

En  Francia, la parte relativa a los salarios está casi estabilizada, después de varios años, pero a un nivel históricamente muy bajo, inferior a los años 1960. El periodista busca justificar esta situación invocando el nivel de inversiones: «Las empresas renuevan sus máquinas mas frecuentemente que antes (…) ellas tienen mas capital para amortizar». Este argumento es completamente equivocado. Esa es la cuestión.

La realidad obvia, en verdad, es diferente: la participación de los salarios diminuyó y la de los dividendos aumentó. Pero las empresas, no por eso, pasaron a invertir. Comparando el período 2000-2006 a las dos décadas precedentes, un documento de la ONU muestra que en un gran número de países, incluida  Francia, la tasa de inversiones cayó, respecto del aumento de las ganancias.

La  conclusión viene por sí sola.  Es preciso modificar la participación de las riquezas: menos dividendos, más salarios e inversiones sociales. El margen de maniobra es considerable, ya que los dividendos distribuidos por las sociedades no financieras representan, hoy, el 12% de su masa salarial, contra el 4%, en 1982.

Y sería intolerable que, en los próximos meses, las empresas despidan,  alarguen la duración de la jornada de trabajo y bloqueen los salarios, todo eso para poder continuar inundando a sus accionistas. Aún dejando de lado el beneficio social de una tal redistribución, la economía, no se conducirá peor. Eso no impedirá invertir a las  empresas. Su sacrosanta competitividad no será socavada, porque el aumento de los salarios será compensado por la baja de los dividendos. Y las finanzas serán, así, descargadas en la dirección de la economía real.

Pero este es un esquema un poco abstracto, porque implica una reducción drástica de privilegios de la pequeña esfera social que aprovechó bien el neoliberalismo. Los rentistas no se someterán de buen grado a la «eutanasia» que recomendaba Keynes, al día siguiente de la crisis del 29. La cuestión, en el fondo, no es solamente la distribución de las ganancias, sino también la distribución del poder de decisión.

Traducción: Insurrectasypunto

(1) Frédéric Lordon, Jusqu’à quand ? Pour en finir avec les crises financières, Raisons d’agir 2008. Lectura imprescindible!

(2) Ver las referencias en: http://tinyurl.com/parsal