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Cronopiando

Cronopios

Fuentes: Rebelión

Si pudiéramos contravenir todas las urgencias y detenernos delante de un espejo, no para maquillarnos la sonrisa o colgarnos auroras de neón de las pestañas, sino por el placer de descubrirnos, a pesar de cumplidos y apariencias. Si pudiéramos desandar todos los temores y celebrar la pupila hasta el asombro, no para desdecirnos la conciencia […]

Si pudiéramos contravenir todas las urgencias y detenernos delante de un espejo, no para maquillarnos la sonrisa o colgarnos auroras de neón de las pestañas, sino por el placer de descubrirnos, a pesar de cumplidos y apariencias.

Si pudiéramos desandar todos los temores y celebrar la pupila hasta el asombro, no para desdecirnos la conciencia o maldecir el origen del pecado que somos, sino por la bondad de la virtud que fuimos, a pesar de censuras y reproches.

Si pudiéramos desarmar todos los silencios y volver transparente la confianza, no para consolarnos la memoria o hacer más soportables las palabras, sino por la gloria de encontrarnos y sin la vergüenza de perdernos, a pesar de bochornos y recelos.

Pero vuelve el reloj a trajinar olvidos y la costumbre a sepultar nostalgias, para que a puntuales desalientos acabemos, de espaldas a los sueños, desarmando confianzas, desandando asombros, contraviniendo espejos, nosotros… los cronopios.