Sería imposible entender el proceso de transformación que comienza a operar en el ámbito socioproductivo, sin detenernos a observar las extraordinarias y recientes experiencias de empresas recuperadas por los trabajadores. Sobre esto, pero también sobre temas como cogestión y Empresas de Producción Social, nos habló Alberto Lovera, Coordinador General de Oficinas Regionales del Ministerio de […]
Sería imposible entender el proceso de transformación que comienza a operar en el ámbito socioproductivo, sin detenernos a observar las extraordinarias y recientes experiencias de empresas recuperadas por los trabajadores. Sobre esto, pero también sobre temas como cogestión y Empresas de Producción Social, nos habló Alberto Lovera, Coordinador General de Oficinas Regionales del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio (Milco), e hijo del legendario profesor universitario y militante comunista de igual nombre.
¿En qué consiste la política del gobierno nacional en materia de cogestión?
La política del gobierno venezolano en materia industrial, como estrategia global, se encuentra plasmada en el Acuerdo Marco de Corresponsabilidad para la Transformación Industrial, donde se establece la conformación de un órgano ejecutor constituido por 5 ministerios: el Milco, el Ministerio del Trabajo (Mintra), el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), el Ministerio para la Economía Popular (Minep) y el Ministerio de Finanzas.
Ahora, la cogestión en nuestro país se ha conformado como un elemento estratégico de este Acuerdo Marco. Cuando hablamos de cogestión no nos referimos únicamente a la participación accionaria de los trabajadores en el capital de la empresa, sino a la participación corresponsable de los trabajadores en toda la gestión de la empresa, lo cual se materializa a través de la adquisición de acciones; acciones que no van a pertenecer a trabajadores particulares, sino a una cooperativa.
No obstante, es necesario señalar la existencia de las Empresas de Producción Social, a las que yo prefiero llamar «empresas con responsabilidad social». Si bien en estas empresas los trabajadores no tienen participación accionaria, existe un compromiso con la comunidad para el desarrollo conjunto de proyectos comunitarios. La empresa se involucra con la comunidad, y por eso yo prefiero denominarlas «empresas con responsabilidad social».
Actualmente, son más las empresas que trabajan bajo la figura de producción social o responsabilidad social, que las empresas cogestionadas. De las 268 empresas adheridas al Acuerdo Marco, unas 200 se inscriben bajo la primera modalidad. Las restantes son empresas cogestionadas.
En ambos casos, el punto focal de la estrategia del Estado ha sido la figura de los créditos, que son otorgados con intereses por debajo de la tasa del mercado, inclusive de la banca o del sistema financiero público, con plazos de 15 años y con uno o dos años de gracia. ¿Por qué digo que el elemento crediticio es un punto focal? Porque las empresas que se han adherido al Acuerdo Marco, en un 95%, tienen problemas de financiamiento, bien sea para el relanzamiento del proceso productivo, la reapertura de la empresa o la ampliación de alguna línea de producción.
Específicamente, ¿cuál es el papel del Milco en relación con el Acuerdo Marco de Corresponsabilidad para la Transformación Industrial?
Yo diría que es un rol protagónico, y ahora que la ministra María Cristina Iglesias dirige el Milco, y el Acuerdo Marco de Corresponsabilidad para la Transformación Industrial va a ser tutelado por ella, el papel del Ministerio va a ser aún más protagónico. De hecho, las experiencias acumuladas por el gobierno con respecto al sector industrial tienen mucha relación con la actuación del Milco, lo que nos permite tener cierta capacidad de respuesta. Sin embargo, por lo novel de este proceso nos encontramos ante una situación de constante aprendizaje, y muchas veces pueden presentarse situaciones ante las cuales no tenemos una respuesta preconcebida.
¿Por qué una empresa es recuperada por los trabajadores?
La categoría «empresa recuperada» ha sido aplicada por el Estado a aquellas empresas que por situaciones ajenas a la voluntad de los trabajadores han cerrado, y en ese cierre o en esa quiebra declarada por parte de los empresarios, los trabajadores han quedado en un limbo jurídico, social y político. Ahora bien, para clarificar el término «empresa recuperada», el caso más emblemático que tenemos hoy es el de la Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal). Sin embargo, hay otros como el de la Industria Venezolana Endógena Textil (Invetex), y la Industria Venezolana de Válvulas (Inveval).
En el caso de Invepal, antes Venepal (CA Venezolana de Pulpa y Papel), los empresarios quebraron la empresa después de obtener una plusvalía millonaria durante años, dejaron a los trabajadores completamente indefensos, sin ninguna garantía de pago de sus pasivos laborales, y se retiraron. Ante esta situación, el Estado, a través de un decreto de la Asamblea Nacional, procede con la expropiación de la empresa para adjudicársela a los trabajadores. Sin embargo, éste es un proceso que tiene más de autogestión que de cogestión, porque son los trabajadores los que, en principio, asumen la gestión de la empresa para su recuperación, con el apoyo del Estado, claro está, contrariamente a lo que tienden a ser los procesos cogestionarios, donde el empresario participa en el proceso desde el principio.
En Inveval el proceso ha sido similar al de Invepal, pero en Invetex sí ha sido un tanto diferente, ya que el empresario aún conserva una participación accionaria, y la empresa es constituida a partir de una alianza estratégica entre el Estado y el empresario.
Es importante señalar que en el proceso de recuperación de empresas lo más importante es que los trabajadores se organicen, y planteen la situación ante el Mintra, como parte del órgano ejecutor del Acuerdo Marco, para que el Estado evalúe la vía jurídica idónea que permitiría, en principio, la reactivación de la empresa. Para nosotros el centro es el trabajador, lo social, y que la producción de la empresa se revierta en beneficio del trabajador y del colectivo próximo a la empresa.
¿Cuál sería la principal distinción entre una empresa recuperada y una empresa privada?
Hay diferencias radicales entre ambas formas de organización. La empresa privada se caracteriza por el modelo de explotación del hombre por el hombre, los medios de producción son de propiedad privada y la plusvalía que se genera es apropiada completamente por el empresario. Como bien lo decía Carlos Marx, el capitalista, en este caso representado por el dueño de la empresa, expone a los trabajadores a una situación de explotación para que se pueda generar esa plusvalía; es decir, allí lo importante es el capital por encima del hombre.
Por el contrario, en el caso de las empresas recuperadas, cogestionadas o con responsabilidad social, lo principal es el hombre y no el capital, lo social prevalece sobre el capital. Esta concepción no descuida lo financiero, pero lo central es el hombre, contrariamente al caso de la empresa privada, donde lo importante es el capital y su reproducción a costa de lo que sea.
¿Cómo se organiza el trabajo en una empresa recuperada por los trabajadores?
En las empresas cogestionadas la forma de organización de los trabajadores es la cooperativa, que está asociada a la idea de corresponsabilidad. La responsabilidad del funcionamiento, de los éxitos y los fracasos es compartida entre los trabajadores y los empresarios. En consecuencia, lo central es la organización a través de la cooperativa.
En las empresas con responsabilidad social algunos de los trabajadores están sindicalizados y puede ser ésta la forma de organización que allí prevalezca. Contrariamente, en la empresa tradicional no hay organización. De hecho, en la mayoría de las empresas privadas la organización de los trabajadores en sindicatos es execrada por los dueños del capital, lo que por supuesto tiene repercusiones negativas entre los trabajadores, porque esta situación hace posible la violación de sus derechos con una mayor frecuencia.
¿Cómo se incorporan estas empresas recuperadas al mercado?
De estas empresas hay algunas que ya están operando. Lo que se busca es incrementar sus niveles de inserción en el mercado para que haya mayor productividad. No obstante, te confieso que no ha sido fácil lograrlo, incluso en las redes de comercialización del Estado. Es una situación que estamos analizando. Ahora, en el caso de las empresas que están paralizadas, lo primero es empezar a producir. Nosotros hacemos unos estudios, con el apoyo de un grupo de ingenieros que conocen del área, para definir cómo canalizar la producción en la fase inicial de reactivación de la empresa, porque esa producción debe satisfacer las necesidades de unos sectores demandantes.
De acuerdo a la relación que usted ha establecido con los trabajadores de empresas cogestionadas, ¿cuáles son las principales inquietudes que le han expresado?
Hay varias inquietudes. En primer lugar, se preguntan si van a seguir teniendo su salario y sus derechos como trabajadores. Por lo que es necesario aclarar que estos se encuentran garantizados por la Constitución, por la Ley del Trabajo y por el Estado. Algo que siempre hemos tenido presente, es que el trabajador tiene sus derechos consagrados en la ley, y el gobierno jamás va a atentar contra los derechos que han adquirido los trabajadores durante años de lucha.
En segundo lugar, la inquietud de los trabajadores se ha centrado en la comprensión del proceso cogestionario, ya que muchas veces no entienden lo que significa, por lo que se ha nombrado un equipo multidisciplinario para el abordaje de esos casos.
En su opinión, ¿cómo se relacionan empresas recuperadas y desarrollo endógeno?
La relación es una, yo diría que es parte de lo mismo, el desarrollo endógeno es uno solo. Ahora, esta relación hay que fortalecerla para que crezca y tenga a corto plazo los frutos que todos esperamos.
El desarrollo endógeno, como lo entendemos nosotros, es un desarrollo desde dentro, sustentado en lo social como elemento primario del proceso productivo industrial. Las empresas cogestionadas, recuperadas o con responsabilidad social son elementos estratégicos para alcanzar el desarrollo endógeno como una totalidad conformada no solo por la empresa y la industria, sino por industria, empresa y seres humanos. El desarrollo endógeno también tiene que estar vinculado a los índices de desarrollo humano, y lo que esperamos todos es que estos índices en Venezuela, en tres o cuatro años, estén entre los mejores. La idea es esa, que lo humano alcance el mayor nivel de desarrollo posible, es decir, «la mayor suma de felicidad posible», como lo decía nuestro Libertador y ahora lo dice el presidente Chávez: que haya la mayor suma de felicidad para el colectivo, para los trabajadores, los empresarios y los ciudadanos comunes.
A modo de balance, ¿cómo evalúa la situación del proceso cogestionario en Venezuela?
Sería un balance positivo. Ésta es una experiencia de referencia mundial, porque la cogestión no había sido concebida nunca antes como la concebimos nosotros. Han existido procesos de cogestión en Alemania, España, Italia, pero la cogestión se limitaba a la tenencia de acciones por parte de los trabajadores, y al reparto de utilidades de forma proporcional según las acciones de cada trabajador. En estos casos, la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa se ha caracterizado por ser muy limitada, y completamente nula en algunas oportunidades. El proceso de cogestión bolivariano y revolucionario es completamente distinto a los otros, y de allí la necesidad de que funcione como tiene que funcionar.
Hemos tenido diversos obstáculos. Sin embargo, yo diría que los principales obstáculos están en la historia y en lo revolucionario de este proceso, ya que se trata de un proceso de cambios profundos. Quizás, como somos humanos y nuestros tiempos son cortos, a veces nos parece que los procesos sociales, que tienen una temporalidad más prolongada, no están funcionando como desearíamos.
Uno de los principales obstáculos es la estructura de pensamiento, tanto de los trabajadores como de los empresarios. Si no te revolucionas tú mismo por dentro, como bien dice el presidente Chávez, es un poco difícil que logres revolucionar tu exterior, y por supuesto esto dificulta algunos procesos. Yo diría que ese es el principal obstáculo.
Esta entrevista fue publicada en el segundo número de la revista Desdedentro, revista de economía popular producida por el Ministerio para la Economía Popular Venezolana.