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América Latina

Cuánto vale la cultura

Fuentes: IPS

Autoridades de América Latina y el Caribe se comprometieron a desarrollar indicadores comunes para saber cuánta riqueza produce la cultura, lo que dará armas para defenderla en las negociaciones comerciales y potenciar proyectos para su impulso. Con los indicadores «hablaremos de tú a tú con los economistas» y se demostrará que la cultura es de […]

Autoridades de América Latina y el Caribe se comprometieron a desarrollar indicadores comunes para saber cuánta riqueza produce la cultura, lo que dará armas para defenderla en las negociaciones comerciales y potenciar proyectos para su impulso.

Con los indicadores «hablaremos de tú a tú con los economistas» y se demostrará que la cultura es de vital importancia en el desarrollo y no puede ser marginada, dijo a IPS Federico Hernández, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte de El Salvador.

Hernández participó el lunes y el martes en la Segunda Reunión Interamericana de Ministros y Máximas Autoridades de Cultura, realizada en México, la que acordó dar vida al Observatorio Interamericano de Políticas Culturales, instancia regional encargada de los estudios sobre el valor económico de la cultura.

«El Observatorio ayudará a superar la posición marginal de la cultura en las políticas públicas, al aportar evidencias de su impacto político y social», explicó Sofía Leticia Morales, directora de la Unidad de Desarrollo Social, Educación y Cultura de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocante del encuentro.

El funcionamiento del Observatorio requiere 60.000 dólares que deben conseguirse. Otro de sus cometidos será proveer a los países envueltos en negociaciones comerciales de información para adoptar medidas coordinadas, y fortalecer vínculos entre investigación, políticas y prácticas culturales, dijo Morales.

En los próximos 12 meses, los asistentes a la cita de México constituirán una comisión responsable de buscar financiamiento para el Observatorio y de definir su estructura y funcionamiento.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya anunció que respaldará el plan a través de la Fundación Interamericana para la Cultura y el Desarrollo, que empezará a operar en 2005 con recursos de la propia institución, del sector privado y de los gobiernos.

Según el salvadoreño Hernández, el Observatorio, cuya creación se acordó en 2002 en la Primera Reunión Interamericana celebrada en Colombia, será un centro virtual en el que las autoridades culturales intercambiarán experiencias, recopilarán información especializada y desarrollarán indicadores.

México como anfitrión presentó un estudio pionero en la región, según el cual el país tiene en la industria cultural un motor de desarrollo y fuertes ventajas comparativas, pues genera 6,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) y emplea a 1,5 millones de personas en este país de más de 100 millones de habitantes.

La investigación (que varios países desean realizar) considera que la industria cultural tiene como «materia prima» las creaciones protegidas por derechos de autor.

El ministro de cultura de Brasil, el conocido músico Gilberto Gil, señaló que su país está trabajando en un estudio similar. Según datos preliminares, la cultura es responsable de 2,5 por ciento del PIB brasileño, dijo.

Hernández lleva a El Salvador una copia de la investigación mexicana para presentar a la cartera de Economía con el ánimo de realizar una similar.

«Los datos son necesarios para colocar en mejor posición a la cultura», muchas veces relegada, dijo.

José Weinstein, ministro de Cultura de Chile, indicó que su país compartirá en el Observatorio su experiencia en materia de tratados de libre comercio.

«En nuestros tratados de libre comercio que ya sumamos con Estados Unidos, Corea del Sur y la Unión Europea, firmamos cláusulas de excepción o de reserva cultural. De esa manera garantizamos que vamos a poder seguir realizando una labor de fomento desde el Estado a nuestras industrias culturales. Esto nos ofrece la posibilidad de mantener un desarrollo autónomo y una identidad cultural fuerte», explicó.

Aunque los gobiernos no consideran a la cultura como una mercancía, reconocen que parte de su futuro se juega en las negociaciones comerciales.

Uno de los capítulos clave en el proceso de liberalización comercial global es el referido a derechos de propiedad intelectual, patentes de invenciones y conocimiento tradicional. Estos temas están sujetos a debate en la Organización Mundial del Comercio y reaparecen continuamente en las negociaciones de acuerdos de libre comercio.

Por ejemplo, aunque la cultura no es parte directa de las negociaciones para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), está presente tangencialmente cuando se habla de propiedad intelectual e industrial.

«Todo lo que podamos intercambiar de información es importante, así que el Observatorio será un instrumento valioso», señaló Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México.

Otros ministros y delegados señalaron que en el Observatorio compartirán sus experiencias sobre la aplicación de políticas culturales nacionales.

Enrique Iglesias, presidente del BID, aspira a dar apoyo técnico en el desarrollo de políticas culturales y financiar proyectos de restauración de monumentos, patrimonio histórico, formación de artesanos y fomento a museos y escuelas de música.

En la declaración final de la reunión, los delegados se comprometieron «a considerar mecanismos de apoyo para la generación de empleo en el sector cultural a través de proyectos piloto y a emprender acciones para la formación de públicos a través del estímulo a la producción artística».

Además, prometieron «intensificar la cooperación interamericana en la identificación, documentación, conservación y apreciación de los recursos culturales muebles e inmuebles vulnerables al pillaje, al tráfico ilícito y a la posesión ilegal».

Finalmente, encomendaron a «la Comisión Interamericana de Cultura establecer lineamientos para la creación y la integración de una lista de sitios significativos del patrimonio cultural en las Américas, que facilite los esfuerzos locales y regionales para el reconocimiento, conservación y protección de los mismos».