Cuba pidió hoy una reforma radical de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que le permita responder con políticas nuevas y efectivas a los intereses de la gran mayoría de sus Estados miembros.En tal sentido se pronunció Ricardo Cabrisas, ministro de Gobierno de Cuba, quien preside la delegación de su país a la VI Conferencia […]
Cuba pidió hoy una reforma radical de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que le permita responder con políticas nuevas y efectivas a los intereses de la gran mayoría de sus Estados miembros.
En tal sentido se pronunció Ricardo Cabrisas, ministro de Gobierno de Cuba, quien preside la delegación de su país a la VI Conferencia Ministerial de la OMC, en la plenaria del foro que sesiona en esta ciudad desde el martes.
En su discurso, el representante de Cuba afirmó que esas nuevas políticas deben tener como objetivo primario el desarrollo social de los pueblos hoy desfavorecidos, y no basarse en doctrinas neoliberales ni exclusivamente en el comercio para resolver los problemas acuciantes del tercer Mundo.
Cabrisas hizo un breve recuento de los objetivos adoptados en la conferencia ministerial de Doha, Qatar, en noviembre de 2001, tras decir que la situación actual es más dramática que la existente entonces.
Señaló que en Doha se acordó emprender un programa para ayudar a resolver las insuficiencias y desequilibrios del sistema multilateral de comercio resultantes de la Ronda de Uruguay y llevar a cabo una reforma fundamental del comercio agrícola.
Sobre todo convinimos en que el «Trato Especial y Diferenciado a los Países del Tercer Mundo» sería parte integrante de estas negociaciones y se tendría en cuenta sus necesidades en materias de desarrollo, tales como seguridad alimentaria y desarrollo agrario, subrayó el ministro.
Cabrisas recordó que a la Ronda iniciada en Doha se le llamó «del Desarrollo».
Sin embargo, los cuatro años transcurridos desde entonces sólo han aumentado las frustraciones y los compromisos incumplidos, expresó ante los representantes de los 149 Estados miembros de la OMC reunidos en plenaria.
Denunció que se exige a los países del Tercer Mundo la apertura de sus mercados de productos no agrícolas y de servicios, con lo que se les obliga a abandonar sus procesos de industrialización, a cambio de supuestas ganancias.
El jefe de la delegación cubana destacó la persistencia de políticas proteccionistas y afirmó que ello convierte el discurso del libre comercio en una retórica vacía que sólo sirve para cubrir los intereses de lucro de los países desarrollados.
Cabrisas señaló como hecho concreto que niega esa retórica de libre comercio, el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba que dura 45 años, que, afirmó, viola las más elementales disciplinas de ese llamado libre comercio.
No es preciso dar cifras para demostrar que en el conjunto de los países del Sur miembros de la OMC, la pobreza creció, los indicadores económicos y sociales se deterioraron y la inestabilidad sacude al Tercer Mundo, añadió en otra parte de su intervención.
Cuba apoya y respalda las demandas de los pequeños países caribeños contra la política discriminatoria de la Unión Europea hacia el azúcar y el banano, que los afecta, subrayó Cabrisas.
El ministro afirmó que el comercio internacional, sobre la base de sus reglas actuales, es cada vez más inequitativo y profundiza las desigualdades entre las naciones y dentro de las naciones.
Cuba considera necesario reorientar el debate de la OMC, enfatizó el representante de la Isla.
Es imprescindible exigir el cumplimiento efectivo de los compromisos suscritos por los países desarrollados y adoptar las acciones necesarias para modificar los acuerdos existentes, eliminando los desequilibrios impuestos por presión política y económica de los principales países industrializados, añadió.
Sólo así, dijo, se podrá aspirar a la eliminación del proteccionismo y las medidas unilaterales, a la solución del endeudamiento externo de los países en desarrollo y de los menos avanzados, y a reducir la brecha entre el Norte y el Sur.
Apuntó posteriormente que se requiere de la solidaridad que se traduzca en formas de integración de nuevo tipo, que como la Alianza Bolivariana para las Américas, se dirija a la verdadera solución de los problemas que afectan al ser humano.
El representante cubano concluyó su intervención afirmando que el mundo tiene ya tanta injusticia, desigualdad y explotación que se hace insostenible y que la lucha por un mundo mejor es la única posibilidad de salvarlo.