En abierta polémica con el sistema que emplea la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Cuba anunció que reportará el crecimiento de su economía con base en un método de su propia creación. El giro en la forma de calcular el producto interno bruto (PIB) fue impulsado por el presidente Fidel Castro, quien dijo en […]
En abierta polémica con el sistema que emplea la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Cuba anunció que reportará el crecimiento de su economía con base en un método de su propia creación.
El giro en la forma de calcular el producto interno bruto (PIB) fue impulsado por el presidente Fidel Castro, quien dijo en diciembre de 2003 a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, el parlamento) que ese indicador no refleja el valor de los servicios gratuitos, y por tanto no mide adecuadamente el crecimiento en Cuba.
Un año más tarde, el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, informó a los diputados que esta vez el PIB se calculó con un método distinto al del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) que reconoce la ONU.
En la fórmula cubana, servicios gratuitos como la educación y la salud fueron computados con valores supuestos, tomados de tarifas de una economía de mercado, dijo Rodríguez.
Sin embargo, no precisó cómo se hizo el cálculo, qué casos se usaron y con qué países se compararon los servicios de la isla.
Un economista cubano que pidió no ser identificado, dijo a La Jornada que al parecer se tomaron bases como estas: «Aquí se hicieron tantas operaciones de corazón; cuánto valdrían si se cobraran a los precios de equis país?» O bien: «Hubo un curso de inglés por televisión; ¿cuánto hubiera costado si se vende en casetes como en tal país?».
Por el método cubano, el PIB creció 5 por ciento en 2004, informó Rodríguez a la ANPP. Pero la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reportó el indicador calculado en el SCN en 3 por ciento en su balance preliminar de diciembre último.
La Cepal trabaja con cifras oficiales y coteja sus previsiones con los gobiernos. Rodríguez no informó el crecimiento según el SCN.
«El resultado hasta ahora es que no se puede saber la situación real de la economía real en Cuba», dijo el economista.
Un diplomático residente en La Habana opinó: «Los cubanos están en su derecho de hacer esos y otros cálculos, pero si quieren compararse con el resto del mundo con las categorías que todos usamos, tienen que aplicar el método que todos aceptamos; por lo menos podrían darnos las dos cifras».
La difusión exclusiva de un PIB a la cubana añadió un problema a la escasez de información económica oficial sobre la isla: no se ha publicado aún el Anuario Estadístico de 2003, que suele aparecer con un año de retraso; el informe del Banco Central dejó de difundirse en 2002, la última balanza de pagos reportada oficialmente es la de 2001 y ni siquiera se han hecho públicos los resultados del censo de población de septiembre de 2002.
Expertos estiman que hay un retroceso en los modestos avances informativos que tuvo el país al facilitar cifras oficiales desde 1996, después de un apagón estadístico en la primera mitad de la década pasada, cuando desaparecieron todos los reportes públicos.
El apagón coincidió con el peor momento de la crisis que siguió a la caída de la Unión Soviética y la reapertura de informes ocurrió cuando había síntomas de recuperación.