«El sueldo de los directivos debería acomodarse a la realidad. Deberían dar ejemplo y congelarse el sueldo» -Celestino Corbacho, ministro de Trabajo- ¿Pensaban que los ases de las finanzas no iban a pagar un precio por la crisis? ¿Creían que se iban a ir de rositas? Pues ya ven que no. Les van […]
«El sueldo de los directivos debería acomodarse a la realidad. Deberían dar ejemplo y congelarse el sueldo» -Celestino Corbacho, ministro de Trabajo-
¿Pensaban que los ases de las finanzas no iban a pagar un precio por la crisis? ¿Creían que se iban a ir de rositas? Pues ya ven que no. Les van a dar donde más les duele, en la nómina. Les van a congelar el sueldo este año. Tras el clamor mundial, el BBVA ya anunció hace unos días la congelación para sus altos cargos, y el Santander añadió además una reducción en la retribución variable. Es esperable que pronto se sumen otros, para dar ejemplo de austeridad.
Congelar el sueldo, por si alguien no lo sabe, es dejarlo como está, impedir que suba. No quiere decir que no cobren o reciban menos, sino que este año se quedarán como están. Imaginamos el crujir de dientes del presidente del BBVA, Francisco González, que no conseguirá aumentar los cinco millones de euros que se lleva cada año, y que se van a quedar en eso, en cinco míseros millones.
Lo mismo le tiene que escocer al consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, cuando vea que los nueve millones de euros que recibe en salario, incentivos y dietas no van a subir ni el IPC. O la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, que se lo bajará un 2% y se quedará con poco más de tres millones de euros. A ver dónde va con eso, con lo caro que está todo.
Lo malo es que, como dice Corbacho, los jefazos lo hacen para «dar ejemplo». Si ellos se congelan el sueldo es porque esperan que los curritos acepten también apretarse el cinturón. Qué bonito, todos congelados por igual, lo mismo el consejero delegado que el cajero de sucursal. Al final va a ser cierto que la crisis nos mejorará como personas.