Tras la decisión de Donald Trump, el pasado lunes 5 de agosto, de arreciar su agresividad contra los venezolanos, al firmar una orden ejecutiva que amplía a bloqueo económico total sus sanciones unilaterales impuestas a la República Bolivariana de Venezuela, la dirigencia de la derecha opositora a Maduro otra vez mostró el rostro, sin ruborizarse, […]
Tras la decisión de Donald Trump, el pasado lunes 5 de agosto, de arreciar su agresividad contra los venezolanos, al firmar una orden ejecutiva que amplía a bloqueo económico total sus sanciones unilaterales impuestas a la República Bolivariana de Venezuela, la dirigencia de la derecha opositora a Maduro otra vez mostró el rostro, sin ruborizarse, de ser agentes (quién dudar que a sueldo) al servicio de ese gobierno norteamericano; sin dilación, como piezas del plan, salieron a darle apoyo y a reivindicar como suya esa brutal agresión contra su propio país.
Las declaraciones públicas del autoproclamado Juan Guaidó no dejan lugar a dudas, su pretendida posición política deja muy claro que solo cumple un trabajo por encargo ordenado por la Casa Blanca. A estas alturas del juego no puede tener otra interpretación lo dicho por el jefe de la oposición de la derecha guaidoniana. El mismo día el diario The Wall Street Journal puso en evidencia la monstruosidad criminal de esa orden ejecutiva, cuando publicó una cita de un alto funcionario de la administración Trump informando: se impondrán sanciones a prácticamente cualquier empresa o individuo, extranjero o estadounidense, que se dedique a negocios u ofrezca apoyo a personas vinculadas al Gobierno de Maduro; o más claro: la nuevas sanciones estadounidenses afectarán el suministro de medicinas, equipos y repuestos para servicios públicos como la electricidad, el agua, el transporte y la salud, y cualquier otros bienes esenciales, como lo aseguró el analista Oscar Schémel.
Tal cerco, que no es más que el clásico bloqueo yanqui pero que ellos llaman eufemísticamente embargo, es otra vuelta a la tuerca de la fuerte escalada de agresividad que viene aplicando desde sus inicios la administración Trump país suramericano, y puede ser comparada con las sanciones impuestas por Washington contra Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Irán y Siria.
Con total descaro el inquilino de la Casa Blanca se refiriere -entre otros temas con los cuales pretende justificar su agresión- a presuntas violaciones de derechos humanos y a «los intentos continuos de socavar al presidente interino Juan Guaidó», pero de manera calculada -como un vulgar homicida- nunca hace alusión a las penurias que vienen provocando las sanciones impuestas por Estados Unidos, que han impactado gravemente en las condiciones de vida de la población venezolana, sanciones con las cuales se pretende rendir al pueblo bolivariano para imponer la voluntad imperial, con el fin de saquearle a Venezuela sus riquezas naturales y acabarla como nación independiente. Es la insistente estrategia del derrocamiento de la Revolución Bolivariana que desde hace mucho tiempo puso en marcha el gobierno de los EE.UU..
Es tal el cinismo de la catadura criminal de Donald Trump que Jeffrey Schott, experto en sanciones económicas del Instituto Peterson de Economía Internacional, indica que -aunque diga lo contrario- usualmente Washington también bloquea los alimentos y las medicinas porque el Gobierno que quiere importarlos no puede obtener financiamiento. Sin comentarios.
Inmediatamente, después de conocerse la nefasta noticia, el autoproclamado Guidó salió a fijar su posición por la red social twitter (a cumplir su parte en el macabro plan como se lo ordenaron desde la Casa Blanca). Lanzó seis twitter en un hilo que es una antología de la desvergüenza, porque al autorretratarse así también retrata nítidamente el carácter apátrida, rastrera y entreguista de la dirigencia de la derecha venezolana. Veamos:
«Venezuela: tras la noticia emanada del gobierno de EE.UU., nuestras conversaciones con la Casa Blanca y la importante reunión que se llevará adelante mañana en Lima, es necesario que todas las fuerzas democráticas consideremos los siguientes puntos:»
Este primer twitt se evidencia claramente que el dirigente de la derecha reacciona después que el jefe le ordena: «tras la noticia del gobierno de EE.UU.». Lo de las «conversaciones» es puro gamelote como decimos los venezolanos, nadie en su sano juicio puede creer que Juan Guaidó (empleado de Trump) conversa en la Casa Blanca para acordar líneas políticas y las estrategias al efecto. La derecha no conversa en la Casa Blanca, solo recibe órdenes, instrucciones, nada más.
«1. Ante esta medida, CITGO y todos sus activos están protegidos. Además, toda deuda que el régimen pretenda contraer con activos de la Nación será ilegal. Cualquiera que quiera beneficiarse de la crisis será ahuyentado.»
Aquí Guiadó vuelve a justifica el vulgar robo de CITGO. Los argumentos para maquillar el atraco no son más que sofismas muy mal construidos, sin arte, que se les ve muy fácil las costuras: «CITGO y todos sus activos están protegidos», es la forma guiadona de decir que él está seguro de que los ladrones los mantendrán (aguantarán en venezolano) en su poder, y lo que declara como «ilegal» lo hace desde la perspectiva de los ladrones para quien él trabaja, en otras palabras, desde el marco de la justicia de EE.UU., prestándose de esa manera para que se lesione a la soberanía e independencia de Venezuela. Sin vergüenza alguna muestra que su fuerza -poder político y militar- no está dentro de Venezuela sino en EE.UU., «Cualquiera que quiera beneficiarse de la crisis será ahuyentado.», quién es el ahuyentador ¿su «TSJ en el exilio»? No, eso no existe, el ahuyentador es nada menos que el Estado norteamericano para quien él, Guidó, labora.
«2. Toda persona, compañía, institución o nación que pretenda hacer negocios con el régimen estará, para efectos de la justicia internacional, colaborando y sosteniendo a una dictadura y será sujeto de sanción y cómplice de crímenes que no prescriben.»
Otro twitt vuelve a pelar su alma apátrida, no hace más que repetir como cotorra los argumentos de los voceros de la Casa Blanca. Nada nuevo. Véase como pretende que la justicia a favor de los intereses yanquis (el sistema de Justicia de EE.UU.) se asuma de hecho como justicia internacional.
«4. Esta acción es la consecuencia de la soberbia de una usurpación inviable e indolente. Aquellos que la sostienen, beneficiándose del hambre y del dolor de los venezolanos, deben saber que tiene consecuencias.»
Y, finalizando con los twits guaidones, con este da por sentado que la derecha venezolana tiene en la Casa Blanca el lugar donde reside la soberanía de Venezuela y no «intransferiblemente en el pueblo» como dice la Constitución Bolivariana. Porque si la «acción» de Trump, al firmar la mencionada orden ejecutiva, «es la consecuencia de la soberbia», sin duda que el autoproclamado se refiere a que Maduro al contradecir la voluntad imperialista de EE.UU. lo hace por soberbia que se paga con castigo; pero también se refiere a que el pueblo venezolano fue soberbio -y no sumiso como él- porque se atrevió, contra la voluntad del emperador gringo, a reelegir al Presidente Maduro en mayo del 2018 con el 68 por ciento de los votos. Guiadó quiere dejar claro que si Trump le impone un bloqueo a los venezolanos es porque merecen ese castigo; lo hace para obligarlos -rendirlos por hambre y sufrimientos- a transferirle de hecho la soberanía a él, como jefe del imperio, para que se haga su voluntad de emperador del mundo en el suelo de la Patria de Bolívar. Así, aunque usted no lo crea, así mismo es de cipaya la derecha venezolana.
Pero con mucha dignidad el gobierno del Presidente Maduro ha enfrentado esta nueva agresión contra la Patria venezolana. Su primera medida ha sido no asistir a las reuniones que se iban a llevar a cabo este jueves 8 y viernes 9 en Barbados, como parte de la mesa de diálogo que se efectúa en la isla caribeña, con mediación del gobierno de Noruega. El canciller Arreaza informó que la decisión es en respuesta a la agresión del gobierno de los EE.UU. (Que en definitiva es el jefe de la oposición), a través del decreto ejecutivo firmado por el presidente Trump. «Venezuela se dispone a revisar los mecanismos de ese proceso a fin de que su continuación sea realmente efectiva y armónica con los intereses de nuestro pueblo», posición que recibe el amplio respaldo del pueblo venezolano que resiste y batalla heroicamente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.