Después de cerrar de golpe la última ventana democrática por donde el pueblo venezolano podría hacer escuchar su voz con la suspensión del procedimiento de activación del Referendo Revocatorio, Maduro llamó a dialogar a la oposición organizada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), con el auspicio del Vaticano y el espaldarazo de cuerpo presente, […]
Después de cerrar de golpe la última ventana democrática por donde el pueblo venezolano podría hacer escuchar su voz con la suspensión del procedimiento de activación del Referendo Revocatorio, Maduro llamó a dialogar a la oposición organizada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), con el auspicio del Vaticano y el espaldarazo de cuerpo presente, del jefe de política de Estados Unidos para el continente.
Hubo un cambio abrupto de escenografía entre la suspensión del RR, la ocupación violenta de la Asamblea Nacional de mayoría opositora por parte de los llamados «colectivos», y el más actual y «cálido» apretón de manos entre Maduro y Chuo Torrealba secretario ejecutivo de la MUD, en un museo de Caracas donde se inició el «Dialogo» que auspician Francisco y Shannon.
Sin embargo son escenografías intercambiables, parte de la trama de la obra que estamos presenciando: El desenlace de la tremenda crisis política que junto con la económica y social, le da contexto al colapso integral al que Maduro y la cúpula del PSUV está llevando al proyecto bolivariano heredado de Chávez.
Como previmos los días finales de octubre fueron tormentosos1. El intento, por ahora exitoso, de supresión del Revocatorio y de postergación hasta una fecha indeterminada y de cumplimiento incierto, de las elecciones a gobernadores para el segundo semestre del año próximo, se hizo desde la cúpula del PSUV-Gobierno al altísimo costo de eliminar todo procedimiento democrático y constitucional, en una acción que se podría nombrar con la voz popular «quemar las naves». Imagen que la escenografía bucólica y amable de la instalación del «Dialogo» intenta anestesiar.
Lo que espera a la salida de la actual situación es la alternativa que planteamos luego de la suspensión del Revocatorio entre democracia o dictadura2. Cuál de estos caminos finalmente se imponga, con todos sus grados, matices y mediaciones, depende únicamente de la actitud del pueblo venezolano, en especial del sector de este que vive de su trabajo, y de su disposición a convertir el extremo malhumor actual, en acción independiente.
El rumbo elegido por el PSUV y el gobierno Maduro es quedarse «como sea» en el gobierno y para ello apela a todo tipo de maniobras represivas y violatorias de garantías y libertades. Pero también queda a la vista que la cúpula de la MUD no busca una salida democrática, es decir, abierta a la participación popular o incluso de otros actores políticos y sociales. Por eso inmediatamente conocida la suspensión del revocatorio lo dio por muerto y enterrado como antes había aceptado sin replica la postergación sine die, de las elecciones de gobernadores.
Este desprecio por la participación popular muestra, para el que quiera ver, que detrás de la pelea entre las cúpulas subyace un punto de acuerdo de dos rostros, uno económico y otro político. Con diferencia de matices, sectores a incluir y discursos, grosso modo ambos coinciden como muestra la realidad, en adaptar el país a las características depredadoras que exige el capital financiero internacional en la actualidad.
Mientras que desde el punto de vista del sistema político, ambos se manejan más cómodos en una «democracia» vigilada o lo que es lo mismo una dictadura con fachada «electorera». La contradicción irresoluble, por ahora, que explica la disputa, radica en que el modelo que podrían pactar, no tiene espacio para todas las partes de cada una de las cúpulas. Por lo que la condición para el pacto es la traición al interior de los bloques.
Por otra parte, la presencia de esos actores internacionales, a veces visibles y otras veces ocultos, es como garantes de que el precio de la adaptación del país a la contraofensiva que está desarrollando el capital financiero en la región, se haga al menor costo posible.
En este marco, el «Dialogo», sino se modifica como está planteado y no se incorpora el principal actor hasta hoy ausente de la escena: el pueblo humilde y sus necesidades, es apenas la Toma II del Desenlace Tormentoso que facilitara la consolidación del autoritarismo y la entrega.
Por estas razones entre otras, es que la Plataforma en Defensa de la Constitución de la que hace parte Marea Socialista, se ha puesto en la tarea de estimular la lucha popular por la reactivación del cronograma del Referendo Revocatorio y de todas las formas posibles de participación democrática. Porque estamos seguros que la crisis sólo se resolverá con más democracia y nunca con menos.
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