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De rodillas en Washington, de espalda a Venezuela

Fuentes: Rebelión

Es aceptable la actitud miope de todos los factores de la oposición que les impide dimensionar los reales avances, los logros y alcances del chavismo en lo nacional, continental y allende los mares; es admisible su talante ahistórico siempre de espaldas a la realidad, de hecho, ya nos acostumbraron a observar esas posiciones en ellos. […]

Es aceptable la actitud miope de todos los factores de la oposición que les impide dimensionar los reales avances, los logros y alcances del chavismo en lo nacional, continental y allende los mares; es admisible su talante ahistórico siempre de espaldas a la realidad, de hecho, ya nos acostumbraron a observar esas posiciones en ellos.

Lo asombroso es que diversos dirigentes y sectores de izquierda no estén realizando un adecuado análisis histórico que permita comprender las maniobras estratégicas, tácticas y coyunturales de la Revolución, dentro y fuera del país, tendientes a defender y profundizar la Revolución, frente a las tramas del gran capital y de la burguesía con todos sus tentáculos y nexos en el propósito de liquidar el proceso de cambio. Sobre esta segunda parte de la tesis ahondaremos luego.

La primera parte de la tesis expuesta nos permite concluir que esta oposición es absolutamente dependiente de las decisiones imperiales, que no ha logrado, en lo más mínimo, construir identidad de grupo, de intereses y mucho menos identidad de clase. Esto les impide percibir que, aún en este período de la Revolución, existen grandes oportunidades para el desarrollo de una burguesía nacional.

Pero, por supuesto, a los intereses imperiales no le sirve una burguesía nacional con cierta autonomía sino una como la venezolana, que se siente yankee, mayamera, de allá; una como ésta, descaradamente dócil, sin formación política ni cultura política, por eso ha sido tan torpe.

Leopoldo López no es un dirigente, es un obcecado facineroso. Él no sabe qué es, pero tampoco sabe para qué lo quieren. Por ello se le facilita actuar más como delincuente que como cuadro político; Capriles no tiene capacidad estratégica para conducir al estado Miranda, mucho menos le cabe el país en su cabeza, no tiene talante político, tiene más perfil de agitador de calle, pero tampoco acumula en esa fórmula; y María Corina Machado, la apátrida María, embajadora panameña, expone siempre la clave de todas las intervenciones yankees, «la transición», y queda al descubierto como mensajera de Míster Obama. Ésta es otra títere, papel que le hace ver grotesca, de hecho, puede que en el fondo lo sea.

Es una lástima que la Revolución no tenga oposición, porque esta derecha actúa más como banda. Esto facilita las cosas, porque de seguir ese comportamiento, todos van a terminar judicializados por sus delitos y en cárceles. Al imperio le interesa este estado de cosas, el desorden, la inestabilidad, la tensión, mientras estabiliza conflictos en otras regiones y encuentra otras figuras, porque estas ya dieron lo que tenían que dar.

Desde la izquierda

La segunda parte de nuestra tesis es más preocupante. Porque la izquierda venezolana si ha hecho el ejercicio histórico y político de formar cuadros con proyección a ser estadistas; a diferencia de la derecha, que siempre se ha preparado para vivir en Miami.

Y es alarmante por los errores en los análisis históricos y de coyuntura y, por supuesto, las equívocas decisiones políticas de algunos dirigentes y factores de la Revolución, lo que los lleva a adoptar posiciones y visiones erradas frente al proceso.

En estos momentos ha arreciado la guerra atroz contra el pueblo que busca la muerte por inanición de las mayorías históricamente empobrecidas; la burguesía chupa sangre, industrial, comercial y financiera, absorbe el salario de los trabajadores; el imperio y la burguesía abrieron otro frente de guerra contra países de la OPEP para liquidar, por carambola de una baja de precios, el ingreso de dólares necesarios para mantener un conjunto de Misiones Sociales.

La Revolución ha gobernado en medio de un abierto proceso injerencista en el cual la derecha, con todos sus factores, ha ensayado métodos abiertamente criminales, con formas de contracción de la economía, induciendo procesos recesivos, inflacionarios, estanflacionarios, empujando a la involución de las fuerzas productivas para profundizar la dependencia técnico-científica y el retorno a la colonia.

No es tiempo oportuno para los análisis sesgados, parciales y menos para decisiones que van minando la unidad de las bases, atomizando el movimiento político y fraccionando el poder popular. Este es un período muy complejo para el proceso, oportuno para los sacrificios de individualidades en función del desarrollo del colectivo, de la causa; es un tiempo propicio para posponer las posibilidades de figuración personal en aras de la consolidación de la unidad.

El gobierno, antes con Chávez, ahora con Maduro, ha hecho frente a todas y cada una de las acciones vandálicas de la oposición delincuencial-criminal (porque no existe oposición en el marco de la democracia) y en todos esos escenarios la Revolución ha sorteado los impasses, ha recreado la política, ha inventado, ha tomado múltiples iniciativas, económicas, políticas, militares, judiciales, culturales, siempre al lado del pueblo, con el pueblo, para fortalecer la democracia revolucionaria, el poder popular para frenar los propósitos de la derecha.

Se demuestra el talante político y de estadistas de nuestros gobernantes revolucionarios por su compostura, por la madurez de sus decisiones, por los múltiples frentes de trabajo en los que se mueve, sin detenerse un solo instante; es un gobierno que no se arredra ante nada, siempre está tomando iniciativas y rectificando si se ha hecho necesario.

El mundo está heredando una nueva arquitectura de la multipolaridad y en esa visión geopolítica hay un incontrovertible aporte y construcción de la revolución venezolana que indefectiblemente tiene incidencia en la política doméstica. Nunca antes tuvimos una diplomacia internacional tan proba y tan clara en el proyecto. Hoy por hoy, no hay un solo organismo multilateral de vieja data o de nuevo cuño, que no esté agenciado o incidido por el chavismo, desde la OPEP hasta UNASUR, desde los No Alineados hasta el Consejo de Seguridad de la ONU. Solo el proceso de acumulación en el campo internacional debe indicarnos a los revolucionarios que debemos rodear al gobierno y las instituciones de la revolución, que estamos avanzando, que se está haciendo frente al enemigo.

Que la oposición desconozca los avances, esté de espaldas a la realidad venezolana y genuflexa ante Washington es lógico, pero los demócratas, revolucionarios y la gente de izquierda debemos disponernos para enfrentar, como una sola persona, la guerra. Este es un momento crucial en el que enfrentamos juntos o todos nos hundimos y como dijo Chávez «lo que está en juego no es lo que hemos logrado sino lo que está por conquistar», no demos espacio a la desmoralización de la fuerza revolucionaria.

El Gran capital oligopólico, el gobierno Obama y la derecha venezolana han impuesto la Guerra de IV Generación, Guerra Económica y Guerra de Baja Intensidad o Guerra Sucia. A esta arremetida hay que responder con la Guerra general de todo el pueblo, en absoluta unidad, bajo una sola conducción, gobierno y PSUV y Gran Polo Patriótico.

La estrategia orientada por el Presidente Maduro de crear los Consejos Presidenciales del poder popular por sectores de masas (mujeres, indígenas, obreros, campesinos-pescadores, estudiantes) está encaminada a que el pueblo asuma su papel de conducción de la revolución en este momento histórico.

¿Vamos a hacer tolda aparte por la harina, el jabón, papel? ¿Vamos a culpar a la revolución y al gobierno por esto? ¡No! Todos, intelectuales orgánicos, profesionales, servidores públicos, obreros, campesinos y estudiantes vamos a involucrarnos en estos Consejos Presidenciales del poder popular por sectores de masas, vamos a responder a la guerra impuesta con más unidad y cohesión, con más moral, con movilización.

Como CBG proponemos: Masifiquemos el trabajo voluntario en jornadas de mantenimiento de canchas, plazas, escuelas; hagamos el trabajo voluntario comunitario en teatro, danza, títeres. Ni un solo líder revolucionario en los cafetines, vamos a las comunidades, moralicemos la fuerza.

¡Nos asisten, no razones sagradas, sino razones históricas!

 

Corriente Bolivariana Guevarista

Venezuela, Diciembre de 2014

Jesús Rafael Gamarra / Coordinador de la Corriente Bolivariana Guevarista

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.