Según fuentes del comité organizador del evento, que sesionará en el Palacio de Convenciones hasta el 10 de febrero, se espera la asistencia de unos mil 300 profesionales en representación de unos 50 países.
Las más diversas escuelas de pensamiento económico estarán presentes en el foro de La Habana, en un intento por diseñar una posición común ante problemas de carácter global, como son los casos del encarecimiento de los energéticos y la liberalización del comercio.
Asimismo, se esperan intensos debates en temas relacionados con los desequilibrios existentes, donde destacan los correspondientes a Estados Unidos en los ámbitos fiscal y del intercambio.
Entre los puntos que serán abordados resaltan la situación monetaria y financiera internacional, comercio y el desarrollo como fenómeno multidimensional y la asimetría en la expansión de las economías.
No obstante, sigue vigente la interrogante que busca una respuesta capaz de estimular el desarrollo bajo las condiciones propias de la creciente globalización.
Desde su primera edición, el encuentro – de carácter anual- es visto como un escenario capaz de acoger a seguidores de un amplio espectro de corrientes económicas, con el propósito de aportar soluciones concretas que favorezcan el crecimiento sostenido.
Unido a ello, se prevé la presencia de delegados de organismos internacionales, entre ellos el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), la Comisión de la ONU para América Latina (CEPAL) y el Banco Mundial, entre otras instituciones.
Con ese componente, la cita de La Habana gana terreno en su condición de alternativa a favor del desarrollo, en contraste con posiciones cada vez más hegemónicas de las principales potencias económicas del orbe, encabezadas por Estados Unidos.