La reciente elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reafirma su calificación como organismo de la vieja arquitectura financiera internacional, funcional a los intereses del imperio.
Por un lado, el flamante presidente Ilan Goldfajn proviene de la burocracia del Fondo Monetario Internacional (FMI) siendo responsable de programas de préstamos que beneficiaron al capital financiero en detrimento de los derechos de los pueblos. Asimismo, el nombre de Goldfajn surgió a propuesta del presidente neofacista de Brasil, Jair Bolsonaro, y su candidatura recibió el apoyo de los Estados Unidos. Recordemos que el saliente mandatario del Banco, Mauricio Claver-Carone, también, provino de los entrañas de las Instituciones Financieras Internacionales y había sido el candidato de un mandatario de extrema derecha: el por entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Por otro lado, el BID cuenta con 63 años de historia funcionales a los intereses del imperialismo. Ya sea financiando proyectos acordes a los mandatos del neoliberalismo de desregulación y privatizaciones, aprobando créditos que acentuaron el modelo extractivista en los países de la región, avasallando los derechos de los pueblos (en especial los derechos de los pueblos originarios que defienden los bienes comunes), como así también, bloqueando iniciativas regionalistas alternativas a la vieja burocracia con sede en Washington, el BID es uno de los factores que mantiene y profundiza los lazos dependientes en Nuestra América.
Asimismo, no debemos dejar de mencionar que el año que viene se cumplirán 50 años del golpe de Estado en Chile, la primera experiencia de implementación del neoliberalismo a escala mundial y, el BID tuvo un rol significativo: porque casi no aprobó ni un proyecto al gobierno democrático del presidente Salvador Allende y porque reconoció, rápidamente, al dictador Augusto Pinochet y aprobó numerosos proyectos al gobierno surgido luego del golpe de Estado.
En definitiva, tanto por quién ocupará el cargo de presidente como por su propia historia y presente de la institución, la gestión de Goldfajn en el BID no representa una buena noticia para los pueblos de Nuestra América.
El 20 de noviembre se llevó a cabo la elección del presidente del BID. De las cinco candidaturas originales, finalmente quedaron cuatro: la del chileno Nicolás Eyzaguirre que obtuvo el 9,9% de los votos, del mexicano Gerardo Esquivel con el 8,2%, del trinitense Gerard Johnson con el 1,6% y el mencionado Goldfajn con el 80%. Entre los votos que obtuvo este último, se encuentra el correspondiente a Argentina, luego de que el país desistiera con la candidatura de Cecilia Todesca Bocco y decidiera respaldar la propuesta brasileña. Tampoco debemos dejar de mencionar, que la candidatura bolsonarista de Goldfajn también recibió el apoyo del presidente electo del Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. Luego de la importantísima victoria electoral del pueblo brasileño del pasado 30 de octubre, en las que Bolsonaro fue derrotado en las urnas, el país (y toda la región) deberán enfrentar y desarmar los legados neofascistas del gobierno de Bolsonaro. Sin embargo, este apoyo de Lula no se condice con semejante desafío.
Por esta razón, es que desde el CADTM repudiamos al nombramiento del nuevo presidente del BID y reafirmamos nuestro compromiso por la creación de una Nueva Arquitectura Financiera Regional: por la suspensión de los pagos e investigación de las deudas latinoamericanas y caribeñas, por el apoyo y consolidación del Banco del ALBA, por la reactivación de las iniciativas del Banco del Sur y el SUCRE y por la defensa de la soberanía financiera de los pueblos de Nuestra América.
Abya Yala es el nombre dado por los indios Kunas de Panamá
y Colombia al continente americano antes de la llegada de Cristóbal Colón y los
europeos. La expresión «Abya Yala» significa «tierra en plena madurez» en el
idioma de los kunas. El líder indígena Aymara de Bolivia, Takir Mamani, propuso
que todos los pueblos indígenas de las Américas nombren así sus tierras de
origen y utilicen esta denominación en sus documentos y declaraciones orales,
argumentando que «colocar nombres extranjeros en nuestras ciudades y nuestros
continentes equivalen a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros
invasores y sus herederos». «Abya Yala» fue elegida en 1992 por las naciones
nativas americanas para designar a América.
Fuente: http://www.cadtm.org/Declaracion-del-CADTM-AYNA-sobre-la-eleccion-del-nuevo-presidente-del-BID