Recomiendo:
0

Reseña de Decir No no basta. Contra las nuevas políticas del shock por el mundo que queremos

Deconstrucción del trumpismo y alerta sobre las nuevas estrategias de shock

Fuentes: Rebelión

No hace falta presentar a la autora. Es conocida por todos nosotros. La duda de cualquier lector de esta reseña, ¿vale la pena leer el libro comentado? Mi respuesta: vale la pena, desde luego. Pero no es imprescindible, no les tocará tanto como No logo, como La doctrina del shock o como Esto lo cambia […]

No hace falta presentar a la autora. Es conocida por todos nosotros.

La duda de cualquier lector de esta reseña, ¿vale la pena leer el libro comentado?

Mi respuesta: vale la pena, desde luego. Pero no es imprescindible, no les tocará tanto como No logo, como La doctrina del shock o como Esto lo cambia todo. Pero se aprende, sin duda se aprende, leyendo este nuevo libro aunque uno pueda estar más o menos distanciado de algunas de las posiciones políticas de la autora. En mi opinión, una liberal de izquierdas muy documentada y activa, una socialdemócrata honesta que sigue creyendo que la socialdemocracia reformista es posible. Aunque es posible que la prudencia política y su reflexión sobre los destinatarios de sus libros, un amplio arco de la ciudadanía, le lleva a formulaciones como esta: «Lo que el progresismo dominante lleva décadas diciendo, en cambio, es que solo hace falta que retoquemos el sistema existente aquí y allá, y todo irá bien. Podemos tener el capitalismo de Goldman Sachs y además panales solares» (p. 104). No es esa esa su posición: el desafío es mucho más de fondo. «Exige prescindir por completo del manual de reglas del neoliberalismo y cuestionar la importancia capital del aumento permanente del consumo en nuestra forma de medir el progreso económico» (p. 104). La palabra «socialismo» o término afín no aparece.

En determinados momentos, eso sí, se dicen cosas más contundentes: «Aunque nuestro sistema económico mundial [no usa Klein el término capitalismo] le está fallando a la inmensa mayoría de la población del planeta, no nos falla a todos por igual» (p. 123).

Desde luego que la autora no se corta ni un pelo en lo que considera esencial: no ha habido un traspaso de poderes usual sino un golpe de estado corporativo en el caso de EEUU. De hecho, esa idea principal se recoge en la primera página del libro. Es una cita, una hermosa cita, de John Trudell (1946-2015), activista sioux santee, artista y poeta: «No pretendo derribar al Gobierno estadounidense, eso ya lo ha hecho el Estado corporativo».

Es decir, no es la única pensadora que lo sostiene, con Trump, en Estados Unidos, las grandes corporaciones como Exxon Mobil mandan directamente, sin mediaciones, sin fuerzas políticas muy bien subvencionadas que les representen. La presidencia Trump es una presidencia de marcas., por decirlo en pocas palabras. Con su corolario optimista: «¿Hay escapatoria? La radical inmoralidad de la marca Trump presenta unas barreras excepcionales a la exigencia de la responsabilidades de su Administración. Y sin embargo, hay esperanza. De hecho, es posible que la fuerza vital que anima a Trump -la voluntad de amasar dinero- le haga en realidad más vulnerable que cualquiera de los presidentes que le precedieron» (p. 59). Su tesis movilizadora: «El golpe corporativista descrito en estas páginas es, en todas sus dimensiones, una crisis cuyas ondas globales podrían propagarse a través del tiempo geológico. En nuestras manos queda decidir cómo reaccionamos a esta crítica. Escojamos la segunda opción. Demos el salto» (p. 303).

La estructura de este «decir NO, es suficiente» es la siguiente: Introducción. Primera parte: «Cómo hemos llegado a esto: el auge de las supermarcas» (tres apartados). Segunda parte: «En qué punto estamos: un cima de desigualdad» (cuatro apartados). Tercera parte: «Cómo podríamos ir a peor: los shocks que se avecinan» (dos apartados). Cuarta parte: «Cómo podrían mejorar las cosas» (cuatro apartados). Conclusión. «Una mayoría solidaria, al alcance». Epílogo: Manifiesto «Dar el Salto»: «llamamiento a favor de una Canadá basada en el cuidado mutuo y la Tierra».

Algunas de sus ideas principales:

1. La tesis, el argumento central del libro: «Trump, siendo extremado, no es tanto una aberración como un desenlace lógico: un pastiche de prácticamente todas las peores tendencias del último medio siglo. Trump es el producto de poderosos sistemas de pensamiento que clasifican la vida humana basándose en la raza, la religión, la apariencia física y la habilidad física, y que de forma sistemática han utilizado la raza a modo de arma para impulsar políticas económicas brutales desde los inicio de la colonización norteamericana y el tráfico de esclavos trasatlántico » (p. 22)

2. El no de la portada, el que da titula al libro, no es un no a un individuo ni siquiera a un grupo de ellos (aunque también) sino «al sistema que los ha elevado a estas alturas» (p. 25). ¿Qué sistema tiene en mente Klein cuando escribe sistema? No estoy seguro, no está claro del todo. En ocasiones, me parece que apunta al capitalismo alocado, belicista y mutante estadounidense pero no sé si siempre es así.

3. Klein pasa, por supuesto, del no al sí. ¿Qué si? Un sí que traiga consigo un cambio tan trascendental que «la actual toma del poder por parte de las corporaciones quede relegada a una nota al pie de página de la historia, a una advertencia a nuestros hijos» (p. 25). Elementos, aspectos de ese sí constructivo se vierten a lo largo de su amplio argumentario. Una cita de Martin Luther King Jr, con la que la autora abre la primera parte, nos puede dar alguna pista: «Debemos iniciar rápidamente el giro de una sociedad centrada en las cosas a otra centrada en las personas. Cuando las máquinas y los ordenadores, el lucro y los derechos de propiedad se consideran más importantes que las personas, se hace imposible derrotar a los trillizos titánicos del racismo, el materialismo y el militarismo» (Un matiz sin importancia: donde el doctor Luther King escribe materialismo (un error de su perspectiva espiritualista religiosa crítica) debería haber escrito economicismo).

4. Que la presidencia Trump se esté llevando como la producción de un reality y usando tuits risibles (y muy amenazadores) no «resta un ápice al peligro que supone» (p. 75). Muy al contrario. Su espectáculo ya se ha cobrado muchas vidas humanas en Yemen, Siria, Afganistán, Estados Unidos, etc., aparte de su amenaza nuclear (intermitente) a Corea del Norte o Irán. Klein nos recuerda que un grupo británico de vigilancia registró, solo durante marzo de 2017, «denuncias de más de 1.500 muertes de civiles causadas por ataques aéreos de las coaliciones que encabeza Estados Unidos en Irak y Siria», un numero mayor, añade la autora, que el total de muertes registradas durante las dos presidencias de Obama, a quien no siempre trata, en mi opinión, con suficiente mirada crítica.

Hay más puntos y desarrollos de interés. Tal vez sea suficiente.

Un nota crítica. En la contraportada pueden verse algunos comentarios de Chomsky, Varufakis, Jones, Arundhati Roy o Paul Mason. «Urgente, oportuno y necesario», «Naomi Klein ha escrito una guía de la esperanza para el ciudadano de a pie. Lean este libro», «Esclarecedor de principio al fin, audaz e indispensable. Tan accesible como brillante… Esencial». En la lista y al final aparece un comentario del Financial Times como si todo fuera lo mismo: «Más allá de indignarse y llevarse las manos a la cabeza, Klein ofrece un manifiesto práctico para ejercer la oposición». Y no es lo mismo. Por lo demás, ¿qué debe entender el Financial por ejercer la oposición? ¿De qué indignación habla el referente del mundo financiero internacional?

Una última observación. No sé si Naomi Klein puede controlar la publicación y difusión de sus libros, pero, cuanto menos en España, a medida que pasa el tiempo, tras los éxitos de No logo y La doctrina del shock, sus lectores tenemos la sensación de que sus libros se editan como productos mercantiles, como el que distribuye plátanos o joyas de 21 quilates. En la edición castellana, por ejemplo, y en portada se une una pegatina en rojo que dice: «Bestseller de The New York Times«. Como reclamo, peor imposible; desde el punto de vista del respeto a la autora, cero absoluto.

La nota de la contraportada: «Naomi Klein, periodista laureada y autora de los bestsellers No logo y La doctrina del shock, nos da las claves para sobrevivir en este momento de surrealismo político. Una herramienta imprescindible para resistir al shock«. No basta con decir que no es eso, hay que decir ¡Ya está bien, ya está bien! Todo o casi todo puede ser revisado-y-absorbido por el sistema… y con mal gusto.

Falta un índice nominal e incluso un glosario con las definiciones de las categorías usadas por la autora.

Barcelona, Paidós, 2017 (traducción de Ignacio Villaro y Ana Pedrero)

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.