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¿Defensa contra qué?

Fuentes: The Guardian

El desastre en Iraq ha eliminado la última utilidad de nuestras fuerzas armadas. Por lo tanto, paguémonos los dividendos de la guerra. Nadie se ha dado cuenta o, si lo han hecho, nadie se ha quejado. El gobierno ni siquiera se preocupó de emitir una nota de prensa. La semana pasada, el Ministerio de Defensa […]

El desastre en Iraq ha eliminado la última utilidad de nuestras fuerzas armadas. Por lo tanto, paguémonos los dividendos de la guerra.

Nadie se ha dado cuenta o, si lo han hecho, nadie se ha quejado. El gobierno ni siquiera se preocupó de emitir una nota de prensa. La semana pasada, el Ministerio de Defensa (MoD) adjudicó en silencio otros 1,7 billones de libras esterlinas para su presupuesto [1]. El gasto para el 2006-07 se adjudicó hace meses, lo que significa que se han buscado otros inversores para encontrar el dinero extra. Esta cantidad es equivalente a la mitad del presupuesto anual del Departamento para el desarrollo internacional [2]. Pero un billón o dos más no tienen mucha importancia cuando estamos dilapidando 32 billones de libras al año en un programa cuya finalidad es un misterio [3].

El viernes, el Instituto de Auditora Nacional publicó un informe que felicitaba al MoD por sobrepasar solamente un 11% del presupuesto en 30 adquisiciones, como submarinos de ataque, destructores, Eurofighters y armas anti-tanque [4].

Este gasto extra, 3 billones de libras más o menos, es una heroica mejora en los esfuerzos habituales del Ministerio. La noticia perdió un poco de lustre cuando descubrimos que podía haber sido mucho peor si los contables de la 1ª División Acorazada no hubiesen realizado unas creativas maniobras para confundir a los enemigos intercambiando dinero entre diferentes partes del presupuesto.

Pero lo que el informe de la auditoria no ha logrado responder, o incluso preguntar, fue para qué necesitamos submarinos de ataque, destructores, Eurofighters y armas anti-tanque.

¿Nos van a atacar los rusos? ¿Está Angela Merkel preparando unas cuantas divisiones de Panzers? Es una ridiculez sugerir que nos enfrentamos a una invasión, ya sea ahora o en un futuro previsible.

Incluso el MoD concuerda en esto. En el libro blanco que publicó a finales del 2003, admite que «no existen actualmente amenazas convencionales militares contra el Reino Unido o contra la OTAN… está bastante claro que no necesitamos mantener nuestro potencial militar contra el resurgimiento de una amenaza estratégica convencional» [5].

La OTAN también está de acuerdo. El documento filtrado de política, que será discutido en su cumbre esta semana, afirma que «una agresión convencional a gran escala contra la Alianza es muy poco probable». [6]

Ningún país con la capacidad de atacar a la OTAN quiere hacerlo y ningún país que lo desea tiene la capacidad de hacerlo. Los submarinos, destructores, Eurofighters y granadas anti-tanque son inútiles para contrarrestar gente que pone bombas en los trenes.

Como alternativa, el Ministerio redefine el objetivo de las fuerzas armadas, tal como «enfrentarse a una variedad más amplia de tareas expedicionarias, más alejadas del Reino Unido y con una estrategia operacional y táctica continuamente en aumento» [7]. Sus objetivos son poder luchar en tres guerras pequeñas al mismo tiempo o en una de grandes proporciones, que «puede ser posible solamente si es en conjunción con USA» [8].

En otras palabras, nuestra capacidad de «defensa» se reserva para el objetivo de ataque. Nuestras fuerzas armadas ya no están para defendernos. Existen para salir al extranjero y causar problemas.

Pero es que esas guerras de elección ya no se pueden llevar a cabo. El desastre en Iraq ha destruido toda pretensión de que fuese una intervención necesaria. Resulta difícil creer que sea cual sea el gobierno británico, por muy poderoso que sea el asunto, pueda atribuirse autoridad moral para lanzar otra aventura, al menos durante una generación. Iraq nos descalifica para esa función, tal como ocurrió en el canal de Suez.

También podemos olvidarnos de guerrear junto a USA.

Esto nos ofrece una oportunidad maravillosa: pagarnos a nosotros mismos un dividendo de guerra. Si la guerra en Iraq significa que la era actual de invasiones e intervenciones ha terminado, no hay razón para mantener unas fuerzas armadas diseñadas para dicho objetivo. Si redujésemos el presupuesto militar en un 80 o 90 % no nos haríamos ningún mal, sino todo lo contrario.

Pero el peligro y la paradoja del gasto militar es que cuanto más grande es el presupuesto, más poderoso se vuelve el grupo de presión y más posibilidades tiene de luchar por su supervivencia.

Así muestran las revelaciones que The Guardian ha publicado sobre la corrupción en varios negocios con los príncipes saudíes [9, 10,11].

Los funcionarios del MoD dictan sus propias reglas. La mayoría de las veces parece que defienden los intereses de las compañías de armamentos en lugar de defender los intereses del país. Lo mismo ocurre con el primer ministro. En su libro Blair’s Wars (Las guerras de Blair) John Kampfner afirma: «Desde su primer día como primer ministro, Blair se preocupó de no perjudicar a los fabricantes de armas británicos, en particular a BAE Systems, que desarrolló una relación muy estrecha con figuras relevantes en Downing Street» [12]. Un ayudante de Downing Street informó que cuando el presidente de BAE tiene alguna dificultad «hace una llamada telefónica a Downing Street y el problema se soluciona de inmediato» [13].

Con la obtención de un presupuesto impresionante, el segundo presupuesto de defensa más elevado del mundo [14], nuestro complejo industrial militar debe justificarlo. Lo hace produciendo informes cada vez más paranoicos sobre la capacidad de los terroristas. Quizá Ben Laden no posea submarinos, pero nosotros debemos retener nuestros aviones antisubmarinos por si él o alguien como él se hace con algunos. No sabemos para qué servirán los nuevos misiles nucleares propuestos por Blair, pero una vez que el dinero se haya gastado seguro que nos ofreceránsu justificación. En el informe de la Opinión del Ministerio de Defensa, he encontrado esta increíble contradicción: «Nos enfrentamos a nuevos retos y a nuevas condiciones impredecibles. Nuestra estrategia tiene que cambiar para adaptarnos a esas nuevas realidades. Esto significa en el futuro (entre otras posiciones)… una rápida inversión a causa del cambio en nuestras tradiciones militares» [15]. ¿Existe una prueba más clara de que la cola está moviendo al perro?

Un informe publicado este verano por el Oxford Research Group argumenta que nuestras políticas de defensa son derrotistas por sí mismas. Se concentran en las amenazas equivocadas y además responden a éstas de una manera que probablemente las intensifique en lugar de resolverlas.

Los verdaderos desafíos a los que se enfrentan para conseguir la paz mundial son los del cambio climático, la lucha por los recursos, la marginación de los pobres y nuestros despliegues militares [16].

Al desplazar a la gente de sus casas y exacerbar la falta de alimentos, el cambio climático causará una rotura social y migraciones en masa. La competición por los recursos significa que las regiones que los poseen, particularmente el Oriente Próximo, seguirán siendo el foco del conflicto. Y porque la mejora en la educación no se corresponde con mejores expectativas para la mayoría de los pobres del mundo, el sentido resultante de marginación ofrece un buen caldo de cultivo para la insurrección. El sida provoca una generación de huérfanos, vulnerables para ser alistados por grupos paramilitares y por bandas de criminales. La guerra contra el terror ha creado las amenazas que trataba de derrotar, llevando a gente a vengar a los civiles que ha asesinado. A través del desarrollo de nuevas armas de destrucción masiva, las naciones ricas retan a otras a igualarlas.

El gasto militar realza todas esas amenazas. Los aviones, barcos y tanques que se compran hacen contribuyen en gran medida (hasta ahora sin cuantificar) al cambio climático y a la competición por los recursos. Desvía dinero que podría ayudar a los pobres; genera una justificación propia del momento, que además estimula los conflictos. El informe dice que el presupuesto contribuiría bastante más a nuestra seguridad si se invirtiera en eficiencia energética, en ayuda exterior y en el control armamentista.

Entonces, ¿cual será la misión de nuestras fuerzas armadas? Una muy pequeña. Un ejército reducido debe concentrarse en la ayuda a las autoridades civiles, a capturar terroristas y a ocuparse de epidemias, riadas y cortes de energía; la armada debería ocuparse de proteger los bancos pesqueros y detener a traficantes de drogas; las fuerzas aéreas no harán falta prácticamente. Ahora que las aventuras en el extranjero no son una opción, ya va siendo hora de que el dinero despilfarrado en la guerra se gaste en lo que dice ser: un presupuesto para nuestra defensa.

Bibliografía:

[1]. Des Browne, 21st November 2006. Votes A 2006-7. http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200607/cmhansrd/cm061121/wmstext/61121m0003.htm

[2]. Department for International Development, 2006. What are we doing to tackle world poverty?
/pubs/files/DFIDquickguide1.pdf » target=_blank>http://www.mod.uk/DefenceInternet/AboutDefence/Organisation/KeyFactsAboutDefence/DefenceSpending.htm

[4]. National Audit Office, 24th November 2006. Ministry of defence: Major Projects Report 2006. http://www.nao.org.uk/publications/nao_reports/06-07/060723i.pdf

[5]. Ministry of Defence, December 2003. Delivering Security in a Changing World: Defence White Paper. http://www.mod.uk/NR/rdonlyres/051AF365-0A97-4550-99C0 -4D87D7C95DED/0/cm6041I_whitepaper2003.pdf

[6]. Richard Norton-Taylor, 25th November 2006. Military alliance battles to reinvent itself as it struggles for credibility in first real combat test. The Guardian.

[7]. Ministry of Defence, December 2003, ibid.

[8]. Ministry of Defence, July 2004. Delivering Security in a Changing World Future Capabilities. http://www.mod.uk/NR/rdonlyres/147C7A19-8554-4DAE-9F88-6FBAD2D973F9/0/cm6269_future_capabilities.pdf

[9]. David Leigh and Rob Evans, 11th September 2003. BAE accused of arms deal slush fund. The Guardian.

[10]. David Leigh and Rob Evans, 13th October 2003. MoD chief in fraud cover-up row. The Guardian.

[11]. David Leigh and Rob Evans, 6th October 2004. BAE denies £60m Saudi slush fund. The Guardian.

[12]. John Kampfner, 2004. Blair’s Wars, p15-16. Free Press, London.

[13]. John Kampfner, 2004, ibid, p170.

[14]. Ministry of Defence, 2006a, ibid.

[15]. Ministry of Defence, 2006b. The Defence Vision. http://www.mod.uk/DefenceInternet/AboutDefence/Organisation/DefenceVision/

[16]. Chris Abbott, Paul Rogers and John Sloboda, June 2006. Global Responses to Global Threats: Sustainable Security for the 21st Century. Oxford Research Group. http://www.oxfordresearchgroup.org.uk/publications/briefings/globalthreats.pdf

Fuente: http://www.monbiot.com/archives/2006/11/29/defence-against-what/