El déficit habitacional brasilero es de más de 7,5 millones de viviendas. En el campo, son cerca de dos millones de familias sin casa y de ellas el 80% tiene un ingreso de hasta 3 salarios mínimos. Para que el gobierno implemente una política habitacional que disminuya ese déficit, el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) […]
El déficit habitacional brasilero es de más de 7,5 millones de viviendas. En el campo, son cerca de dos millones de familias sin casa y de ellas el 80% tiene un ingreso de hasta 3 salarios mínimos. Para que el gobierno implemente una política habitacional que disminuya ese déficit, el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) está hoy (05) movilizado en 10 estados.
Desde la mañana, agricultores de Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Goiás, Espírito Santo, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Rondonia están en las calles protestando. En Brasilia, la movilización también comenzó por la mañana, con una reunión entre representantes del MPA y el vicepresidente de la Caixa Económica Federal.
Por la tarde, hubo una reunión en el Ministerio de las Ciudades. Para mañana y el miércoles, están programadas reuniones con la Casa Civil, con el Ministro de las Ciudades y, nuevamente, con el vicepresidente de la Caixa. La reivindicación de los agricultores es que el gobierno aumente el volumen de recursos destinados a la vivienda del campo.
Para este año, los recursos liberados no dan ni para construir 20 mil casas, mientras que el MPA pide a disponibilidad de recursos para la construcción inmediata de 200 mil unidades habitacionales. De acuerdo con la integrante de la Dirección Nacional del MPA, María Costa, es preciso aumentar los subsidios gubernamentales y disminuir la burocracia.
Además, el gobierno necesita repensar las formas de pago, ya que todos los financiamientos prevén cuotas mensuales, y, por lo general, el rendimiento de los trabajadores del campo es anual, pues llega con la cosecha. «Sólo quienes trabajan con cilantro, cebolla y leche tienen ingresos mensuales, el resto tiene renta anual», dijo María. Así, la propuesta de los trabajadores es de financiamientos con cuotas semestrales o anuales.
La política nacional habitacional debería ser una «política social estratégica para contener el éxodo rural, mantener a la juventud en el campo y repoblar las comunidades campesinas, aplicando, en escala creciente, tecnologías de bioconstrucción», dijo el MPA en una nota. Esa política tiene que cambiar las condiciones de vida del campo y hacer del medio rural un buen lugar para vivir.
El MPA está desarrollando proyectos experimentales de bioconstrucción en todo el país. Con esto, los costos de las viviendas serían más baratos, además de ser utilizados materiales ecológicamente menos agresivos. Se utilizan materiales encontrados en la propia región, lo que anula el costo del transporte.
El proyecto propone cambiar el cemento quemado por el cemento prensado, el uso de la permacultura (un sistema de planeamiento para la creación de ambientes humanos sustentables), la construcción de casas de tabiques -que permiten tener una sensación técnica mejor-, sólo que con materiales de más calidad que los usados en las casas de tabique actuales.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]