Traducción: Daniel Barrantes
Después de años de debates públicos, el Ministerio de Justicia (MJ) va a enviar al Congreso Nacional durante este año, 2007, un proyecto de ley para sustituir la Ley de Extranjeros actualmente en vigor en el país. Es lo que afirma Izaura Miranda, directora del Departamento de Extranjeros del MJ y presidente de la comisión interministerial creada para discutir la nueva legislación. «Calculo que, con otra reunión de la comisión, estará finalizado el texto del proyecto», revela. «Posiblemente, será presentado a mediados de este año.» En septiembre de 2005, el MJ ya había difundido para consulta pública una versión preliminar de la nueva Ley de Extranjeros. Después de recibir diversas críticas y sugerencias, fue retirada y pasa actualmente por una reformulación. Uno de los puntos más polémicos es sobre, justamente, las condiciones para la permanencia de trabajadores extranjeros en el país. El anteproyecto presentado para consulta pública por el Ministerio de Justicia hacía un listado de diversas categorías de visa temporaria orientadas a profesionales identificados como mano de obra calificada – como por ejemplo, ejecutivos, periodistas e investigadores. La falta de mecanismos semejantes para la regularización de otras categorías profesionales es criticada por Rosita Milesi, presidenta del Instituto Migraciones y Derechos Humanos (IMDH): «Los trabajadores considerados mano de obra no calificada no tienen espacio para conseguir una visa de trabajo», afirma. Rosita participó de un grupo de estudios, coordinado por el IDMH y por la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la Cámara de Diputados, que propuso una serie de modificaciones al anteproyecto. Entre ellas, un artículo que prevé la concesión de visa temporaria a los trabajadores que comprueben la realización de cualquier actividad lícita. «Apoyo esa idea, creo que esto puede ser viabilizado por lo menos en el ámbito del Mercosur», dice Nilton Freitas, presidente del Consejo Nacional de Migración – órgano vinculado al Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) e incumbido, entre otras cosas, de establecer normas para la selección de inmigrantes. Para él, abrir esa posibilidad puede impulsar la formalización de emprendimientos como los talleres de telares (tejidos artesanales) donde muchos bolivianos y otros latinoamericanos trabajan. «Al formalizar la actividad podemos, consecuentemente, también formalizar el trabajo». Nilton opina, sin embargo, que es natural que un país adopte un proceso selectivo de acuerdo con sus necesidades de mano de obra. «Varios países hacen esto, es algo muy difícil estar en contra de esa situación», defiende. La directora del Departamento de Extranjeros del MJ, a su vez, destaca que existen posibilidades para la concesión de visa a trabajadores de actividades consideradas menos calificadas. «Tenemos en Brasil, por ejemplo, autorizaciones para bomberos hidráulicos inmigrantes», afirma. «Todo depende de la región del país y de la carencia de mano de obra que cada una tenga». Ley retrógrada Sancionada en 1980, la Ley de Extranjeros actualmente en vigencia es considerada trascendida por órganos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil. Su creación, durante la dictadura militar, estuvo inspirada fundamentalmente por principios relacionados con la seguridad nacional – una coyuntura que motivó la imposición de diversas restricciones a los derechos y a la regularización de los inmigrantes en Brasil. La existencia de una Ley de Extranjeros que criminaliza al inmigrante es, según Roberval Freire, miembro del Servicio Pastoral del Emigrante, un obstáculo para que los extranjeros en situación irregular denuncien casos de violación de los derechos humanos. Según la ley, por ejemplo, está vedado a los extranjeros participar de la administración o representación de sindicatos. También están restringidas las posibilidades para que los inmigrantes obtengan visas de permanencia en Brasil. «No condice con la Constitución actual mantener ese elenco de restricciones tan fuertes», afirma Rosita.