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Manifestantes contra la acería de la que llueven metales

Denuncian lluvia de metales por siderúrgica alemana

Fuentes: IPS

El puñado de fragmentos metálicos que sostenía en su mano un manifestante fue una muestra de la «lluvia de plata» que cayó este día sobre Santa Cruz y que representa una pesadilla ambiental para un barrio de esta ciudad de Brasil desde que, denuncian, se instaló una planta siderúrgica alemana. «Esto es una prueba de […]

El puñado de fragmentos metálicos que sostenía en su mano un manifestante fue una muestra de la «lluvia de plata» que cayó este día sobre Santa Cruz y que representa una pesadilla ambiental para un barrio de esta ciudad de Brasil desde que, denuncian, se instaló una planta siderúrgica alemana.

«Esto es una prueba de contaminación ambiental concreta», dijo el diputado provincial Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad, en referencia a las partículas de arrabio, un material fundido con base en el hierro que constituye la materia prima para producir acero.

El legislador fue uno de los manifestantes que protestaron contra las emisiones del material este viernes 25 frente a la sede de la Secretaria de Medio Ambiente (SMA) del estado de Río de Janeiro.

La lluvia metálica solo es uno de los efectos contaminantes de la instalación en Santa Cruz, un barrió de la zona oeste de Río de Janeiro de la empresa ThyssenKrupp Companhia Siderúrgica do Atlântico (TKCSA).

Los habitantes del barrio, junto a organizaciones ambientales y sociales quieren impedir la licencia ambiental definitiva de la compañía ThyssenKrupp Steel, la mayor productora de acero de Alemania, que controla 73,13 por ciento de las acciones de TKCSA, mientras la brasileña Vale participa con el resto.

La contaminación atmosférica en Santa Cruz «es constante y en algunos días es tan intensa que cae sobre los habitantes una lluvia plateada que hace mucho mal a la salud de las personas, y principalmente niños y ancianos», plantearon los denunciantes en un comunicado.

Aurora, una empleada doméstica y vecina del barrio que prefirió no dar su apellido, esgrimió ante IPS lo que considera otra prueba irrefutable del crimen ambiental: un pañuelo lleno de sangre, con el que diariamente se limpia su nariz irritada y herida por la lluvia «venenosa».

Eliana Mesquita, otra residente de Santa Cruz, acotó que la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), la dependencia oficial encargada de investigar este tipo de casos, todavía no comprobó el vínculo directo entre la contaminación atmosférica reciente y los problemas de salud denunciados.

Pero citó otras señales perjudiciales para la salud desde que la planta siderúrgica comenzó a operar en junio de 2010, como irritaciones oculares, irritaciones y manchas rojizas en la piel, problemas respiratorios, resecamiento de la mucosa nasal y dolor de oídos, entre los más visibles.

Alexandre Dias, profesor e investigador de la Fiocruz, no tiene dudas de que la contaminación está causando daños de salud pública, tal vez irreparables.

Añadió que además del polvo de grafito existen otros fragmentos contaminantes que merecen detallados estudios, como los emitidos por el viento de la carga que transportan los trenes en vagones abiertos.

En diciembre, el Ministerio Público de Río de Janeiro denunció a TKCSA y a sus directivos por contaminar la atmósfera a niveles «capaces de provocar daños a la salud humana».

La denuncia se basa en estudios del Instituto de Geociencias de la Universidad Federal de Río de Janeiro que comprobó el incremento de 600 por ciento en el promedio de concentración de hierro en el área de influencia de la siderúrgica, respecto al período anterior al inicio de sus operaciones.

Los residentes de Santa Cruz también denunciaron otros daños ambientales como la contaminación de la Bahía de Sepetiba, lo que «está llevando a la miseria» a 8.000 familias de pescadores artesanales.

Jaci do Nascimento, uno de los pescadores afectados presente en la protesta, explicó a IPS que antes de instalarse la planta, en una jornada de pesca conseguían 203 cajas de entre 23 y 27 kilos. «Hoy matándonos durante 16 horas, conseguimos apenas 17 kilos», relató. En enero la SMA tomó cartas en el asunto anunciando la institución de una auditoría independiente. Pero los opositores a la planta denunciaron que la compañía escogida para hacerla es del conglomerado minero-siderurgico Usiminas, que aseguran que tiene sociedades con Vale, la participante brasileña en la planta en entredicho.

El año pasado la SMA anunció una multa contra TKCSA por una emisión de polvo plateado, sumada a otra en agosto equivalente a un millón de dólares.

IPS intentó durante el día de la protesta establecer contacto con la asesoría de prensa de la TKCSA, sin obtener respuesta por teléfono o correo electrónico.

Pero el 26 de diciembre, TKSCA dijo en un comunicado que el problema de la emisión de partículas metálicas se debía a un defecto de una grúa que debido a un fuerte viento arrastró el polvo de grafito a las comunidades vecinas. Añadió que el problema había sido corregido.

Y puntualizó que «las estaciones de monitoreo de calidad de aire, indican además que no hubo durante toda la duración del episodio, ninguna violación de los patrones legales».

Freixo dijo a IPS que también preocupan las amenazas a los habitantes involucrados en las denuncias. Uno de ellos actualmente bajo el sistema de protección de testigos de la justicia.

El diputado vinculó las amenazas a las «milicias», una especie de grupos armados que controlan negocios ilegales, que incluyen a expolicías y actúan en éste y otros estados.

«Michele», nombre ficticio por razones de seguridad, aseguró a IPS que esas milicias participan en la oferta de puestos de trabajo en la planta.

Funcionarios de la SMA que recibieron a una comisión de los manifestantes contra la siderúrgica reiteraron este mismo viernes que la posición de la secretaria es que no dará una licencia definitiva a la empresa si no cumple con las exigencias ambientales.

La publicación «Monitor mercantil» destacó cuando la planta fue inaugurada por el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva, que se trataba de la mayor inversión privada realizada en Brasil en 15 años.

El capital invertido totalizó unos 4,8 mil millones de dólares y la planta producirá cinco millones de toneladas anuales de placas de acero, con lo que Brasil aumentará en 40 por ciento sus exportaciones siderúrgicas y sumará 1.000 millones de dólares a su balanza de pagos.

Durante su construcción empleó a 30.000 trabajadores y en su fase operativa va a generar 3.500 empleos, aseguró TKSCA.

Freixo aludió a una canción del músico Caetano Veloso para explicar porque no prosperan las denuncias. «Es la fuerza del capital que erige y destroza las cosas bellas», canturreó la letra.

Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97628