«Tres años han pasado desde aquella hermosa jornada cívica», comienza el texto de Saúl Pérez Lozano, añorando el sangriento y fallido golpe de Estado contra el presidente constitucional venezolano Hugo Chávez en el diario del anticastrismo de Miami. Afirma El Nuevo Herald que la situación hoy es de «sometidos los venezolanos a un poder democrático […]
«Tres años han pasado desde aquella hermosa jornada cívica», comienza el texto de Saúl Pérez Lozano, añorando el sangriento y fallido golpe de Estado contra el presidente constitucional venezolano Hugo Chávez en el diario del anticastrismo de Miami.
Afirma El Nuevo Herald que la situación hoy es de «sometidos los venezolanos a un poder democrático en origen, mas no en el ejercicio, deviniendo un autoritarismo que ya no oculta sus intenciones de convertirnos en otra Cuba castrista». Para el columnista y el diario del anticastrismo cubano que tanto reclama elecciones y partidos políticos para Cuba, si el resultado electoral no es de su gusto, se sigue ante autoritarismo castrista. La democracia sólo existe cuando gobiernan los suyos.
La mentira domina toda la columna, a pesar de sentencias, pruebas, documentos, testimonios, vídeos que aclaran lo que sucedió en los tiroteos de aquel golpe, ellos siguen con la cantinela antichavista de que fue el gobierno el que disparó contra los manifestantes que luego serían partidarios de Chávez: «prohibido olvidar, para mantener viva la llama de la lucha en pro de los vilmente caídos por francotiradores estratégicamente colocados por el régimen, y pistoleros que accionaban impunemente sus armas. Tal era el descaro del gobierno contra una masa de civiles inermes, armados sólo de banderas y cacerolas, que de antemano habilitó en los alrededores de Miraflores, el palacio presidencial, hospitalillos. Esperaban sangre, muerte».
Para los militares leales al orden constitucional, El Nuevo Herald se reserva algunos calificativos: «Cobardía, locuras, estupideces, militares que se declaran en rebeldía y se quedan dentro de sus fortalezas, ni un soldado en la calle, ningún cambio en los comandos, ninguna acción preventiva como un toque de queda, el desconcierto era total, los militares rebeldes por un lado y los civiles por el otro. Si se lo hubiesen propuesto no lo habrían hecho mejor para que Chávez recuperara el poder».
De nuevo ven el castrismo en Venezuela. Es mentira que ellos quieran elecciones y partidos políticos en Cuba. Tal y como dicen de Venezuela, no reconocerán nada que no sea su toma del poder: «el advenimiento de un socialismo no a lo nórdico ni a la europea, sino en el peor de su especie, el empobrecedor, el del atraso, el de la miseria, el del terror, el del utópico igualitarismo, el de Castro».
Lo de Venezuela es «un régimen prevaricador, ensangrentada sus manos, sin libertades, sin estado de derecho, sin derechos humanos».
La conclusión con la que termina el texto es la siguiente:«El fracasado intento del 11 de abril de 2002 y la traición del 15 de agosto dejaron nuestros muertos, nuestros presos, el enseñoramiento del odio y de los resentidos. Y una segunda Cuba esperando por nosotros en la bajadita». Bastante claro es el balance que hacen en Miami, como falló el golpe de Estado «democrático» ahora Venezuela tiene una «dictadura» de Chávez tras haberle votado los ciudadanos y estar respetando la Constitución.