La no reactivación plena del consumo y la suba récord (indetenible) del desempleo mundial dispara alertas generalizadas de una crisis social con protestas masivas en gestación, principalmente en las potencias centrales con EEUU y Europa a la cabeza. Organismos claves del sistema como el FMI, la OIT, el Banco Mundial y el G-8 vienen advirtiendo en las últimas semanas que la desocupación mundial, además de impedir la recuperación de la crisis, es un caldo de cultivo de conflictos sociales y sindicales de difícil pronóstico a escala mundial.
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió el martes que el aumento del desempleo en los países más ricos está proyectando su «larga sombra» sobre la incipiente recuperación de la economía global tras la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial,
«Sigo muy preocupado por el aumento del desempleo», dijo el francés, según el cual la contracción del mercado laboral durará aún unos meses.
El FMI publicó el juevesde la semana pasada su informe de perspectivas económicas globales, en el que prevé que el desempleo alcanzará 10.1 por ciento en EEUU en 2010 y 12 por ciento en la eurozona en 2011.
La coyuntura está dando las primeras señales de recuperación después de una devastadora recesión, continuó Strauss-Kahn, pero la crisis no podrá darse por acabada mientras las principales economías del mundo sigan sin crear empleo.
El director del FMI también advirtió contra una salida precipitada de las medidas adoptadas por los gobiernos para reactivar la economía en plena crisis. Abandonarlas antes de tiempo «podría perjudicar la recuperación», sostuvo.
Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), la crisis financiera -devenida en económica- empujó durante el 22009 a 61 millones de personas hacia la desocupación, y en el mundo hay ahora 241 millones de trabajadores de brazos caídos, la mayor cifra de desocupados de la historia.
Según un informe de JPMorgan divulgado el martes, EEUU podría necesitar cuatro años, hasta 2013, para recuperar los empleos perdidos durante la crisis.
La primera economía mundial podría haber superado ya la recesión, pero las secuelas provocadas en el mercado laboral tardarán mucho más tiempo en borrarse, afirma el reporte.
JPMorgan señala que «a un ritmo de crecimiento del 3,5%, podría necesitarse hasta 2013 para recuperar los empleos perdidos» en la crisis. Desde 2007 la primera economía mundial ha perdido cerca de ocho millones de puestos de trabajo.
El informe augura un crecimiento del PIB del 3,5%, casi medio punto más que la media de los analistas, pero advierte que estas previsiones no impiden que los pronósticos sobre el mercado laboral sigan siendo desalentadores.
El pasado mes de septiembre se destruyeron otros 263.000 empleos en Estados Unidos, y la tasa de desocupación alcanzó el 9,8%, sus máximos valores de los últimos 26 años.
Este mismo fin de semana el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan auguró que la tasa de desempleo en EEUU superará el 10% y se mantendrá por encima de esa cifra durante algún tiempo.
Juan Somavía, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió «Una recuperación sin empleo decente llevará a protestas masivas».
Somavía, que se encuentra en Argentina para reunirse con los ministros de Trabajo de América Latina, advirtió que al volver a crecer la economía, si la gente no ve mejoras laborales comenzará a demandar a los gobiernos un salvataje para el empleo como el que aplicaron para los bancos: de lo contrario, el descontento social se hará masivo.
El tema es «enfrentar la crisis con desarrollo, trabajo decente y protección social», dijo el director de la OIT durante una entrevista concedida al diario Clarín. Antes había advertido en la reunión del G-20 que: «una recuperación sin empleo decente no será socialmente o políticamente sostenible».
De acuerdo con el director de la OIT, que reúne a 182 gobiernos y a organizaciones sindicales y empresariales, el tema del empleo y la cuestión social están en el corazón de la crisis actual y, si esos dos temas no se corrigen, aunque haya recuperación económica no habrá solución.
El mismo G-20 reconoció en su último documento que no habrá reactivación económica sin generación de crecimiento con empleo.
Preguntado sobre si los gobiernos y los bancos escucharán a la gente en sus planteos de recuperar el empleo, Somavía respondió que si no lo hacen habrá una reacción nacional y mundial a nivel social. «La realidad es que no hay préstamos y están ganando plata. ¿Qué están haciendo con esa ganancias? ¿Están especulando nuevamente?», se preguntó durante su entrevista con Clarín.
Según el titular de la OIT, hay que establecer una relación más equilibrada y justa entre el crecimiento de la productividad y el crecimiento de los salarios. En los últimos 30 años, la masa salarial se contrajo con respecto al Producto Bruto Interno. Esa diferencia alimentó la especulación. Además se dio que aumentó la deuda de la gente porque sin buenos ingresos necesitó pedir plata.
Esta combinación -señala Somavía- armó el escenario que explotó en esta crisis. Si la relación entre la masa salarial y el crecimiento hubiera sido mejor, se habría evitado la especulación y el endeudamiento personal. Ahora no se trata de crear puestos público, al mercado hay que hacerlo funcionar para que dé otro resultado, más empleo.
En América Latina -continúa- no hubo crecimiento este año, pero se pronostica que crecerá en el próximo un 3%. Si esto sucede, veremos a mucha gente contenta, pero muchos otros van a decir: «a mí no me llega». Ahí vendrá la reacción social. Hasta ahora hubo problemas puntuales, pero «una recuperación sin empleo decente llevará a protestas masivas», advierte Somavía en la entrevista..
Por su parte, los ministros de Finanzas y las autoridades de los bancos centrales del G-7, reunidos en Turquía, advirtieron que las perspectivas de crecimiento de la economía mundial permanecen frágiles pese a los signos de recuperación de los últimos meses.
El grupo de las siete naciones más industrializadas, compuesto por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, aseguró que no había lugar para la complacencia.
El G-7 señaló que al no dar señales de mejoría el mercado laboral, es necesario mantener los planes de estímulo. «Mantendremos nuestras medidas de estímulo hasta que la recuperación esté asegurada», indicó en un comunicado.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial advirtieron el viernes pasado que la recuperación económica mundial podría fracasar si los gobiernos retiraran sus medidas de rescate demasiado pronto.
Refiriéndose a los pronósticos optimistas de salida de la recesión el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijo en una conferencia de prensa que «El peligro hoy en día es el de la complacencia».
El jueves pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que la economía estadounidense empezó a salir de la recesión pero el crecimiento sostenido tardará en llegar debido al alto desempleo y a un sistema financiero «desequilibrado».
La clave del estallido social
El malestar social que generan la quiebra de empresas con desocupación creciente y el deterioro de las condiciones salariales, así como el achicamiento de la capacidad de consumo, alimenta y exacerba el estado de frustración colectiva, provoca pérdida de confianza en los políticos y alienta las huelgas y protestas sociales que comienzan a extenderse por toda el planeta.
El colapso financiero con desaceleración económica y desempleo (por efecto de la contracción del crédito) exportada originalmente de EEUU se contagia aceleradamente por las economías del euro que afrontan crecientes huelgas y protestas sociales que han llevado a la Unión Europea a decretar alerta roja y una agenda de reuniones de urgencia para afrontar el terremoto económico con desocupación masiva.
En este escenario, la crisis social con protestas y huelgas (consecuencia de la caída del consumo y los despidos laborales) ya se perfila como un emergente de la crisis recesiva- laboral y se sigue extendiendo peligrosamente por toda la geografía europea y estadounidense.
A nivel social, esos procesos de rebelión social van a ser protagonizados por dos actores centrales: Los pobres y los desocupados expulsados del mercado del consumo.
No es el mercado (en sus distintas variantes macroeconómicas), sino que son los expulsados del mercado (los excluidos sociales) los que van a protagonizar el desenlace decisivo de la crisis global capitalista que se avecina.
Y hay una explicación lógica: La crisis financiera y la crisis recesiva, cuyo emergente inmediato es la quiebra y cierre de bancos y empresas, pueden ser reguladas y controladas por medio de la inyección de billonarios fondos por los gobiernos y los bancos centrales imperiales.
En cambio, para los efectos sociales de la crisis financiera recesiva (la desocupación y el achicamiento del consumo) no existe otro remedio que reocupar a la mano de obra expulsada si se quiere evitar el colapso social y las revueltas populares.
Y para un capitalismo en crisis, cuya lógica funcional pasa por expulsar trabajadores para mantener su tasa de rentabilidad, esa es una tarea imposible.
Por lo tanto, los conflictos sociales son inevitables como desenlace.
Fuente: http://www.iarnoticias.com/2009/secciones/norteamerica/0099_pandemia_desocupacion_07oct09.html