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Despenalización del aborto y planificación familiar: asuntos pendientes de la Revolución Bolivariana

Fuentes: Aporrea

«Hay muchas compañeras que creen que cuando se implante una sociedad socialista, automáticamente el tema de la mujer va a estar resuelto y esto no es cierto; a mi juicio es una ingenuidad. Hay que trabajar desde ya para crear conciencia no solamente en los hombres, sino también entre las propias mujeres.» Fanny Edelman, 96 […]


«Hay muchas compañeras que creen que cuando se implante una sociedad socialista, automáticamente el tema de la mujer va a estar resuelto y esto no es cierto; a mi juicio es una ingenuidad. Hay que trabajar desde ya para crear conciencia no solamente en los hombres, sino también entre las propias mujeres.»
Fanny Edelman, 96 años, militante feminista y comunista, entrevista en ENcontrARTE #63 .

I. Acontecimientos internacionales recientes

El pasado 24 de abril con 46 votos a favor, 19 en contra y una abstención la Cámara Legislativa de la Ciudad de México votó a favor de la despenalización del aborto siempre y cuando se efectúe durante las primeras 12 semanas de embarazo. Esta nueva normativa que se aplicará solamente en la capital mexicana también prevé penas menos severas de las que existen hoy en día para las mujeres que aborten después del plazo permitido. El proyecto de ley había sido propuesto por los 46 representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que han sido inmediatamente excomulgados por la iglesia Católica. A su vez los representantes del PAN, partido conservador en el gobierno, afirmaron que recurrirán a la Suprema Corte de Justicia para anular la ley por inconstitucional. Para su entrada en vigencia se deberá esperar la promulgación por parte del alcalde. Ciudad de México se sumará así a Cuba, Guayana y Puerto Rico como los únicos lugares en América Latina y el Caribe donde el aborto es legal.

Por otro lado, en septiembre pasado el gobierno de Chile, nada revolucionario pero con una mujer a la cabeza, dispuso que los centros de salud pública podían recetar y entregar a mujeres mayores de 14 años anticonceptivos tradicionales, como también los denominados de «emergencia» (píldora del día después) cosa que provocó obviamente, el inmediato repudio de la Iglesia Católica y de la derecha conservadora que todavía tiene mucho poder en el país austral. Cualquier joven mayor de 14 años puede, sin la autorización de sus padres y de forma gratuita obtener los anticonceptivos. La polémica más agria surgió sobre todo alrededor de la «píldora del día después», que tomada dentro de los primeros cinco días después de una relación sexual no protegida, puede prevenir el embarazo y que no es considerada abortiva por Organización Mundial de la Salud (OMC) ni afecta los embarazos ya iniciados.

Ricardo Lagos Weber, Ministro de la Secretaría de Chile en aquella oportunidad expresó: «Queremos impulsar a los jóvenes a llevar una sexualidad responsable, lo que implica brindarles una asesoría integral. Hoy en Chile es legal la venta de la «píldora del día después» pero sólo la pueden comprar quienes tienen dinero. Creo que lo justo es darles la oportunidad a todos los chilenos de tener acceso a los diferentes métodos anticonceptivos. No podemos pretender tapar el sol con un dedo, en Chile, 14 de cada 100 jóvenes tienen relaciones sexuales a partir de los 14 años»

Este medicamento que existe desde los años 70 y en América se puede encontrar en Argentina, Brasil, Bolivia, Canadá, Colombia, Chile, El Salvador, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela, y últimamente en Estados Unidos, donde se vende sin prescripción médica a los mayores de 18 años. En Venezuela su uso es restringido y es difícil de conseguir sin un récipe, que por otro lado los médicos son reticentes a entregarlo por miedo a incurrir en sanciones. Además su costo no es accesible para las mujeres de los sectores más humildes.

II.¿Qué ha pasado con la despenalización del aborto y la planificación familiar en Venezuela durante la V República?

Hasta ahora nada o muy poco. Parece increíble que en el país donde más avances revolucionarios se han hecho en América Latina y en el mundo en los últimos años, todavía no hemos podido abordar a plenitud este tema tan importante para la emancipación de la mujer y por lo consiguiente de toda la sociedad. Pareciera que estuviésemos corriendo la arruga, día a día, mes a mes, año tras año.

El pasado mes de marzo, sin embargo la Asamblea Nacional sancionó la «Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia», una ley «muy bonita y preñada de buenas intenciones» pero que de ninguna manera aborda estos dos temas tan importantes para la mujer y su desarrollo como persona. Además, a mi juicio, parece un poco redundante decir que las mujeres tienen el derecho a que no se las maltrate y a que no se las mate ¿Acaso estos no son derechos humanos establecidos en la propia Constitución Nacional para todo el mundo? Como si eso fuese una exclusividad para mujeres cuando se trata de derechos humanos universales.

El problema de la violencia contra la mujer no se resuelve con una bonita ley en la cual se determina que «a las mujeres no se les debe pegar, insultar, maltratar o matar» que termina convirtiéndose en un saludo a la bandera, sino dándoles a ellas mismas los instrumentos para que puedan salir del círculo vicioso de subyugación, de sumisión que lleva a la aceptación de la violencia y del maltrato. Y para lograr este objetivo, aunque no sea la única herramienta, es indispensable que las mujeres tengan la posibilidad de decidir sobre cuándo, con quién y cuántos hijos quieren tener. Eso les permite seguir estudiando, trabajando, crecer física e intelectualmente, poder decidir sobre sus vidas, en fin ser realmente libres. Cuando una niña de 14 años y bajos recursos tiene un hijo, su potencial y su futuro se ve seriamente comprometido. Le será mucho más difícil lograr un salto cualitativo en su vida y esta situación se está repitiendo en Venezuela de generación en generación. Por lo contrario, mujeres más adultas que tengan hijos de manera responsable y que críen los hijos que realmente han querido tener, serán mucho mejores madres, con más posibilidad de cuidar y educar a sus hijos, cosa que ayudaría mucho en reducir el problema de la infancia abandonada, de la delincuencia juvenil, de la drogadicción, entre otros flagelos sociales.

En julio de 2005 y a finales de 2006, compatriotas y militantes feministas fueron a la Asamblea Nacional para instar una pronta discusión sobre este importante tema. La primera vez fue en ocasión de la discusión de la reforma al Código Penal que hasta el día de hoy todavía no se ha logrado. Diversas organizaciones de mujeres a nivel nacional introdujeron una propuesta para la despenalización parcial del aborto en los casos de incesto, violación, daño fetal y peligro para la salud de la mujer. Sin embargo, extrañamente, el punto sobre el aborto fue retirado de la discusión. Afortunadamente las compañeras lograron introducirlo nuevamente en la agenda y obtuvieron un derecho de palabra en la Plenaria. En aquella oportunidad una representante de ese grupo de mujeres expresó: « No nos extraña el retiro de la moción, pues hemos visto a las diputadas y diputados, incluso a la mayoría supuestamente revolucionara, dejarse llevar por argumentos éticos, religiosos y personales que nada tienen que ver con su responsabilidad como legisladores y protectores de los derechos de todos y todas en una república laica, en pleno proceso de transformación revolucionaria. Sus reacciones reflejan una vez más el pretendido dominio patriarcal sobre el cuerpo de la mujer, la discriminación de clase y de género, así como la incomprensión de la importancia que tienen el amor, la vida y la maternidad para las mujeres.»

La segunda vez, ya con una Asamblea Nacional presidida por una mujer, la diputada Cilia Flores y también con una mujer de vicepresidenta, Desirée Santos Amaral, volvieron a plantear el asunto, pero en esa ocasión se les dijo que no era el momento «políticamente oportuno», ya que faltaban pocas semanas para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.

III. La situación actual

Mientras tanto, en Venezuela cada año mueren más mujeres a consecuencia de abortos clandestinos realizados en condiciones inadecuadas que por violencia intrafamiliar, que la nueva ley pretende reducir no se sabe bien cómo. Obviamente que estas victimas son por lo general mujeres de bajos recursos, que no tienen los medios económicos para acudir a las clínicas y a los médicos a los cuales sí tienen acceso las señoras y señoritas de las clases media y alta.

También sigue sin mejorar el problema de la maternidad precoz y de la paternidad irresponsable. No es que el aborto haya que tomarlo como un método anticonceptivo más, si se implementase por parte del Estado una política que apuntara a la planificación familiar sobre todo dirigida a los sectores populares hasta se reduciría el número de los abortos porque a ninguna mujer le gusta abortar cuando tiene a disposición métodos mucho menos traumáticos para controlar su vida reproductiva, sin dejar de lado la difusión del uso del condón, no solamente como método anticonceptivo, especialmente dirigido a los hombres para que ellos también ejerzan una paternidad responsable, sino, y aún mucho más importante, para frenar la alarmante propagación de las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA.

Actualmente en Venezuela reina una gran confusión sobre el tema de la despenalización del aborto y por parte del Estado no se ha comenzado aún ninguna discusión seria acerca del tema de la planificación familiar. Compatriotas revolucionarias emiten opiniones personalísimas de forma pública en contra de la despenalización del aborto.

Llama mucho la atención que como conejo de un sombrero y al puro estilo RCTV haya salido justo en este momento una película venezolana ultra mentirosa y manipuladora bajo el título de «13 segundos». El guión y dirección son de unos tales Freddy y Tony Fadel y parece haber sido hecha por encargo del Opus Dei y la Conferencia Episcopal. El tema del aborto es tratado de una forma engañosa y tramposa que apunta a tocar directamente la parte emotiva del espectador pero, a nivel de la razón, la mentira es total. A uno lo deja estupefacto y rabioso y ya tiene varias semanas en cartelera en el circuito comercial de cine nacional.

Se comenta, cosa que no puedo asegurar, que en este momento se ha sacado nuevamente el punto sobre la despenalización del aborto de la discusión de la reforma al Código Penal, lo cual sería bastante lamentable y que nos obliga a estar alertas. Esta situación viene a confirmar lo que afirmó la feminista marxista argentina Fanny Edelman en su entrevista con ENcontrARTE, y que cito al comienzo de este artículo, quien, con la experiencia de sus 70 años de militancia revolucionaria, sabe muy bien que las mujeres tenemos que luchar aún más duramente que el resto de la sociedad para lograr nuestros derechos, que la pelea es dura y que no podemos bajar la guardia.