La revolución no se sustenta en el pragmatismo usufructuario del poder. La revolución coloca en una dimensión secundaria a los factores materiales de la vida. La emocionalidad que identifica su pasión y hasta la racionalidad del intelecto se dirige a solidificar la conciencia del ser humano. Podemos simbolizar como el estadio ideal del revolucionario cuando […]
La revolución no se sustenta en el pragmatismo usufructuario del poder. La revolución coloca en una dimensión secundaria a los factores materiales de la vida. La emocionalidad que identifica su pasión y hasta la racionalidad del intelecto se dirige a solidificar la conciencia del ser humano. Podemos simbolizar como el estadio ideal del revolucionario cuando éste se desprende del orden material de la vida. Cuando el individuo en su más profundo nivel de intimidad, de conciencia y de espontaneidad le pierde el miedo a la muerte. No se apega a los factores materiales -bienes económicos, influencias de cómplices, lujuria– que siempre están presentes en el entorno y en el hábitat del poder. Quién no se desprenda del orden material de las cosas, siempre quedará sujeto a la tentación de claudicar ante la fascinación del poder. Siempre habrá una rendija por la cual se pueda colar la satisfacción del egocentrismo en detrimento del pueblo. El revolucionario auténtico sabe que su misión es luchar por alcanzar el bien común. Su meta y razón existencial está en crear hitos en el camino hacia estadios más elevados de la Patria. El revolucionario con conciencia social y convencimiento ideológico no pierde la imagen objetivo de su meta. Ésta, apunta siempre hacia la generación de cambios estructurales en el sistema político-social que dirige el destino de los pueblos.
En contraposición a la conciencia revolucionaria existe la conciencia pragmática, egocéntrica, vanidosa y materialista. Conciencia que se forma y se construye, reflexiva o irreflexivamente, por la cultura que ha impuesto un modelo político sustentado en el usufructo el poder. Aunque los postulados de la democracia representativa sean enaltecedores de la condición humana, en la práctica son atentatorios contra la emancipación del pueblo. Democracia representativa y cúpulas de poder es lo mismo. Cúpula es la antítesis del poder popular. Democracia representativa es sinónimo de privilegios para los poderosos, con el agregado automático de la exclusión de las mayorías grupales e individuales. La cultura generada por esta práctica en la dirección de la sociedad está tan arraigada que, en los años iniciales del Proceso Bolivariano, aún no se ha podido sustituir por los nuevos paradigmas y esquemas de vida que prédica la Revolución.
No obstante, la intuición del pueblo y sectores revolucionarios enrolados desde hace muchos años en la búsqueda transformadora de la estructura de la sociedad, han permitido la perseverancia en la difusión ideológica bolivariana; y, en consecuencia, sembrar las semillas de la conciencia revolucionaria. El Proceso, aún en estado de transición, terminando la fase de definición entre reforma y revolución, está listo para pasar a la nueva etapa. Lo ha dicho el Presidente Chávez, máximo líder bolivariano e ícono de los movimientos emancipadores de la América Latina. Se recoge de las líneas de conducción que emite el presidente de la República su plena disposición a profundizar el Proceso. ³SNo hay concesión a la reacciónS² ha puntualizado. Y remarca con insistencia la necesidad histórica de asumir el acto de capacitación ideológica– entender, asimilar y practicar lo expuesto en las primeras ideas de este artículo– para que a partir del ratificatorio del 15-A se avance por el camino revolucionario. Ideología, organización, desarrollo endógeno, aceleración del tránsito hacia el Estado Revolucionario, valga decir: (i) el gobierno se transforma en instrumento del pueblo; (ii) se crea, con base en la conciencia nacional, el poder constituyente del pueblo; (iii) se activan los gobiernos comunitarios; (iv) se fortalecerán las organizaciones gremiales revolucionarias que sustituirán a las existentes reformistas; (v) se destacará con especial relevancia, en la práctica y en el las leyes nacionales, la contraloría social ejercida directamente por el pueblo organizado.
Todo esto, que se recoge e interpreta del discurso del Presidente, engloba el conjunto de enunciados generales que van a servir de orientación para que se elabore antes del 15-A la propuesta: ³Rasgos fundamentales que definirán las características de la nueva fase del Proceso revolucionario, a partir de ratificatorio presidencial². Propuesta que se le entregará al Presidente en el evento que realizaremos el martes 3 de agosto en Caracas.
En este sentido quiero utilizar este espacio para invitar a todos los pensadores revolucionarios, a todos los que han sido embriones de las luchas emancipadoras nacionales e internacionales, a todos los nuevos revolucionarios convencidos ideológicamente y comprometidos de por vida con este proceso y a todos los que respaldan incondicionalmente a Hugo Chávez como líder indispensable y conductor fundamental del Proceso Bolivariano, quiero invitarlos a todos a participar en este acto de producción intelectual. Que prevalezca el espíritu unitario de los revolucionarios y que cedamos posiciones que pertenecen a nuestra verdad para que, por consenso, arribemos a la plataforma revolucionaria que siempre hemos aspirado. El 15-A nos ha producido este momento. Es otro reto que compromete a nuestro espíritu revolucionario.