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Gente con las manos bañadas en sangre

¿Destruirá el fanatismo neoconservador a EE.UU.?

Fuentes: CounterPunch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

La «guerra que será un paseo» ya lleva dos años y medio. Las víctimas estadounidenses (muertos y heridos) ascienden a 20.000. Como 20.000 es la cifra de insurgentes iraquíes según los comandantes militares de EE.UU., cada insurgente ha causado una víctima estadounidense.

 

EE.UU. tiene unos 150.000 militares en Irak. Obviamente, las tropas de EE.UU. no han infligido pérdidas que asciendan a 150.000 a los insurgentes iraquíes. Las tropas de EE.UU. tal vez han infligido 150.000 víctimas a la población civil iraquí, sobre todo mujeres y niños, un «daño colateral» de la «justiciera» y «virtuosa» invasión de EE.UU. que siembra la muerte de civiles por toda Mesopotamia en el nombre de la democracia.

 

¿Qué más podría haber hecho EE.UU. para merecer un peor nombre que invadir Irak y asesinar a sus ciudadanos?

 

Según Manufacturing & Technology News del 1 de septiembre, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental [GAO, por sus siglas en inglés] ha informado que durante la guerra-que-será-un-paseo, el uso militar de munición de pequeño calibre aumentó a 1.800 millones de proyectiles. Piensa en esa cifra. Si hay 20.insurgentes, significa que los soldados de EE.UU. han disparado 90.000 proyectiles por cada uno.

 

Muy pocos fueron alcanzados. No sabemos cuántos. Para evitar la analogía con Vietnam, hasta la semana pasada los militares de EE.UU. evitaron cuidadosamente todo recuento de cuerpos. Si han sido muertos 2.000 insurgentes, cada muerte requirió 900.000 proyectiles.

 

Juntas, las plantas de munición de propiedad del gobierno de EE.UU. y las de productores comerciales de ese país, no pueden producir suficientes proyectiles a la velocidad a la que los disparan los soldados de EE.UU. La administración Bush ha tenido que ir a buscar productores extranjeros como las Industrias Militares de Israel. Piénsalo. Agotada, la industria de EE.UU. no puede producir suficiente munición para derrotar a una insurgencia de 20.000 hombres.

 

Los analistas militares de EE.UU. comienzan a preguntarse si EE.UU. ha sido derrotado por la insurgencia. Los portavoces del gobierno Bush, suenan cada vez más como «Bagdad Bob«. El 19 de septiembre, el Washington Post informó que el maestro del sesgo militar, el general Rich Lynch declaró un «gran éxito» contra los insurgentes que acababan de infligir las peores pérdidas de la guerra, incluyendo un ataque con morteros durante tres días contra la «segura» Zona Verde.

 

Anthony Cordesman, experto militar en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington DC, dice: «No podemos asegurar la carretera al aeropuerto, no podemos detener los (proyectiles de mortero) que caen en la Zona Verde, no podemos detener los asesinatos y los secuestros». La insurgencia controla la mayor parte de Bagdad y las provincias suníes.

 

Habiendo pasado del juicio a la frustración, los militares de EE.UU. tiene detenidos a 40.000 iraquíes – dos veces la cantidad estimada de insurgentes. ¿Quiénes son estos detenidos? Según el Washington Post: «La mayoría de los hombres detenidos en Tall Afar lo fueron siguiendo indicaciones de adolescentes locales que se habían presentado como informantes, a veces por lo que soldados estadounidenses dijeron que sospechaban no eran otra cosa que ajustes de cuentas locales».

 

Obviamente, EE.UU., no sabiendo quiénes eran o dónde se ocultaban los insurgentes, sólo ataca a ciegas, creando una insurgencia aún mayor.

 

El gobierno iraquí, a pesar de ser respaldado por los militares de EE.UU., es incapaz de controlar los movimientos a través de la frontera entre Irak y Siria. Así que la administración Bush pasa la pelota a Siria. La enclenque Siria es declarada culpable de no haber lo que los militares de EE.UU. son incapaces de hacer.

 

Adam Ereli, el demencial portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., denunció al gobierno sirio por «permitir» que insurgentes cruzaran la frontera. El gobierno de EE.UU. no puede impedir que un continuo torrente de un millón de mexicanos cruce ilegalmente su frontera cada año, pero se supone que Siria pueda impedir que un par de cientos de combatientes extranjeros se filtren por su frontera.

 

Ereli distorsiona la incapacidad de Siria como «una falta de voluntad» que indica que Siria tiene tratos con los terroristas, no sólo en Irak, sino también en Líbano y Palestina. ¿Suena como que están preparando una invasión de Siria?

 

Según algunas noticias, en la reunión anual de titiriteros de Ted Forstmann del fin de semana pasado, el embajador de EE.UU. en Irak, Zalmay Khalilzad, predijo que las tropas de EE.UU. entrarán pronto en Siria. Simultáneamente, el gobierno Bush trata desesperadamente de orquestar un caso que pueda utilizar para atacar Irán.

 

Como ha llegado a un punto muerto en Irak, el idiota de la Casa Blanca trata de atacar a otros dos países.

 

En la Conferencia de Derechos Humanos el 9 de septiembre, el ex primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, describió a los estadounidenses como «gente con las manos bañadas en sangre».

 

«¿Quiénes son los terroristas?», preguntó Mahathir, «¿los iraquíes o los estadounidenses?»

 

Todo el mundo se formula la misma pregunta.

 

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Paul Craig Roberts ha tenido una serie de puestos académicos y ha contribuido a numerosas publicaciones eruditas. Ha servido como Secretario Adjunto del Tesoro en la administración Reagan. Su educación de graduado en economía tuvo lugar en la Universidad de Virginia, en la Universidad de California en Berkeley, y en la Universidad Oxford. Es coautor de «The Tyranny of Good Intentions». Para contactos: [email protected]

 

 

www.counterpunch.org/roberts09202005.html