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Cronopiando

Diario íntimo de Jack el Destripador/7

Fuentes: Rebelión

Temía que, lamentablemente, mi carrera como destripador estuviera llegando a su fin y que, a partir de ahora, debiera conformarme con repasar los álbumes de fotos y enseñárselos a los nietos, para que supieran que el decrépito anciano que tanta risa les provoca en la actualidad, hubo un tiempo en que sólo su nombre infundía […]

Temía que, lamentablemente, mi carrera como destripador estuviera llegando a su fin y que, a partir de ahora, debiera conformarme con repasar los álbumes de fotos y enseñárselos a los nietos, para que supieran que el decrépito anciano que tanta risa les provoca en la actualidad, hubo un tiempo en que sólo su nombre infundía el mayor de los sobrecogimientos, cuando era su abuelo la celebridad que ya no soy.

Me sentía impotente para mantener el prestigio que alcanzara como delincuente de fama universal años atrás. Ya no soy primera página y los periodistas tienen otros villanos de los que ocuparse.

Y peor que no se me cite apenas en los medios de comunicación es, sin embargo, que cuando se me nombra en algunos noticieros, se hace siempre de forma despectiva, humillante. Así fue que perdí mi noble apellido para ser, desde entonces, «el destripador», porque ni derecho a apellido se me ha permitido.

A pesar de la profesionalidad con que siempre me he desempeñado, la misma sociedad que antes festejara mi fama hoy me sepulta en el anonimato o en la infamia.

Y en esta depresión que les comparto he pasado sumido largas e insoportables noches hasta que, esta mañana, al leer la prensa, se me ocurrió la forma de recuperar nombre y prestigio.

Sólo tengo que contratar los servicios de un buen relacionador público, uno de esos asesores de imagen que hoy se utilizan tanto, y que tan buenas conexiones tienen en los medios de comunicación. Y, entre tantos, ninguno mejor que el de Ehud Olmert, el premier israelí, ese que anda masacrando gente en Líbano y Palestina y todavía conserva el apellido. Ese que declarase que «matar civiles palestinos es justificable; lo inmoral es atacar a Israel» y todavía está libre y es premier israelí; ese que en lugar de responder ante el Tribunal Internacional por terrorismo y genocidio, es saludado y reconocido por Naciones Unidas, Europa y Estados Unidos.

Lo que no sé es si, a pesar de la ayuda del asesor de imagen yo podré llegar a ser tan inmoral.