El asunto que nos ocupa hoy es algo largo por ello lo escribiré en partes. Es largo pero puede ser interesante para generar la discusión que nos conduzca a lograr el objetivo. Lo primero que se debe hacer es definir cuál es el objetivo y el por qué, sólo así podremos pensar que está claro […]
El asunto que nos ocupa hoy es algo largo por ello lo escribiré en partes. Es largo pero puede ser interesante para generar la discusión que nos conduzca a lograr el objetivo.
Lo primero que se debe hacer es definir cuál es el objetivo y el por qué, sólo así podremos pensar que está claro que es lo que se debe hacer. los diez millones de votos en respaldo al presidente no es un antojo; no eso no se debe a un egocentrismo de Chávez, es una meta muy bien trazada que responde a una enorme necesidad de ofrecer al mundo, más que a Venezuela, la imagen del respaldo popular que tiene y mantiene al presidente en la primera magistratura. La campaña que han mantenido, mantienen y mantendrán los medios de comunicación venezolanos y extranjeros es que Chávez es un dictador, que no tiene respaldo popular; que el pueblo ya no desea que el siga mandando y se mantiene en el cargo bajo la conducta dictatorial.
Ya en las elecciones de diciembre hubo un primer intento, una señal muy clara de lo que será el proceso electoral de este diciembre, se jugará al plebiscito como fórmula empleada por el presidente para mantenerse en el cargo; es muy probable que durante el período previo a las elecciones se hable de algunas candidaturas presidenciales de miembros de la oposición, pero también es posible que días antes de las elecciones, frente a la alta posibilidad de que Chávez resulte electo con el respaldo popular y el poco respaldo a la oposición, se retiren las candidaturas de la oposición para dar ante el mundo la imagen que quisieron emplear el pasado diciembre con las elecciones de la Asamblea Nacional, cuando ante la imposibilidad de obtener un número significativo de escaños se retiraron de la contienda, aunque yo pienso que eso ya estaba tramado desde mucho antes ya que la capacidad de respuesta de los líderes de la oposición es lenta.
Ya hoy en día se ventilan algunos nombres de esos posibles candidatos, se habla de Teodoro Pekoft, María Corina Machado, Julio Borges, entre otros, aunque todavía es muy temprano para las candidaturas. Me inclino a pensar que las instrucciones son aparentar estar interesados en el proceso electoral presidencial, para luego comenzar a hacer exigencia a las condiciones y forma en que se deben realizar las elecciones para que se les garantice que será un proceso transparente y confiable. Exigirán conteo manual generalizado, es decir que todos los votos sean escrutados por las personas y no por las máquinas de votación, que se eliminen las máquinas capta huellas, que se elija un nuevo cuerpo de rectores del CNE, que la oposición tenga más representación en el ente comicial, que la cedulación sea suspendida, en fin serán muchas y cada vez que les aprueben algún pedimento aparecerán otros hasta hacer imposible que se les satisfaga en sus pedimentos para justificar ante la opinión
pública internacional el retiro de sus candidatos.
La campaña que se está orquestando desde la capital del imperio del norte, es muy inteligente y muy bien concebida desde el punto de vista de los efectos que puede causar en la población, está dirigida a producir cambios en la concepción de la realidad de nuestra nación; estará destinada a crear la duda en los partidarios del gobierno y a fomentar el abstencionismo para luego calificar la abstención como rechazo a Chávez. A medida que avance el tiempo y se aproxime la elección será mejor estructurada esa campaña de cambio de conciencia en el pueblo, o por lo menos se seguirán intentándolo, no podemos dejar pasar por alto que luego de los reveces que han recibido los partidos políticos y sus líderes, los medios de comunicación han asumido la posición de partidos de oposición y tratan de hacerse las victimas. y a esto se le puede agregar que los medios bajo la protección de la libertad de expresión, son implacables y dicen lo que quieren sin necesidad de comprobar nada, dejan el rumor y el resto lo hace el tiempo.