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Por la mejora del estado de salud del presidente Chávez y en apoyo a los trabajadores y del pueblo venezolano

Diez tesis sobre el presente y futuro del proceso Bolivariano de Venezuela

Fuentes:

1.El Proceso Bolivariano es el conjunto de acontecimientos políticos inaugurados en Venezuela con el estallido popular del Sacudón o Carazaco, en 1989, pasando por las rebeliones militares del 4-F y 27-N de 1992, que proyectaron a Hugo Chávez a la escena pública, alcanzó el aparato del Estado y prosigue en los días actuales bajo nuevas […]

1.El Proceso Bolivariano es el conjunto de acontecimientos políticos inaugurados en Venezuela con el estallido popular del Sacudón o Carazaco, en 1989, pasando por las rebeliones militares del 4-F y 27-N de 1992, que proyectaron a Hugo Chávez a la escena pública, alcanzó el aparato del Estado y prosigue en los días actuales bajo nuevas conyunturas y contradicciones. En estos acontecimientos, tomaron parte distintos sujetos que han conformado un movimiento bolivariano radical de masas. Si es cierto que el Proceso no ha llegado aún a desplegar fuerzas y realizar cambios lo suficientemente profundos para desatar una revolución social, también es cierto que es un hecho trascendental en contraste a todo lo que pasa en América Latina en las últimas décadas, apuntalando con singular alcance el sentimiento colectivo hacia la necesaria ruptura con el sistema capitalista, lo que ha puesto de manifiesto la perspectiva de izquierda en el continente, sirviendo de ejemplo para otros por liberarse.

2.Hay que diferenciar qué es el Proceso Bolivariano, el Gobierno Bolivariano y el liderazgo de Chávez. La pluralidad de sujetos, Chávez y el mismo gobierno, todos forman una misma totalidad dialéctica que es el Proceso. Uno no sería explicable sin los otros. Sin embargo, la pluralidad de sujetos en lucha, el rol del individuo en la historia y la resultante que se expresa al nivel del bloque en el poder, ejerciendo el control del aparato de Estado, conforman contradicciones propias que le dan fortaleza y debilidades a la vez en el camino hacia la construcción de un poder popular anticapitalista que busca el Proceso. Eso nada tiene que ver con fragmentar la dialéctica que rige lo real o adoptar la visión gradualista del reformismo negando el carácter de clase y dominador que encierra el Estado. De lo que se trata es de buscar razonar sobre cada una de las fuerzas que actúan para crear una alternativa de poder al régimen capitalista en el caso venezolano y cómo se comporta la lucha política en aras de ello. Pasados estos años, ¿cuanta disposición de lucha siguen presentando los trabajadores y trabajadoras venezolanos, el pueblo en su conjunto y cómo ha avanzado o nó la construcción de espacios de lucha y auto organización autónomos de los poderes del Estado? ¿Como ha transitado el Gobierno Bolivariano en tanto que aparato del Estado para apoyar la creación de un verdadero poder popular de los trabajadores, habitantes de los barrios, de los explotados? ¿Qué importancia ha tenido el liderazgo de Chávez hasta ahora para la consecución de esa tarea primordial de la transformación social, actuando sobre las contradicciones del Estado y el régimen capitalista en Venezuela y sus alrededores?

3.El Proceso Bolivariano y sus protagonistas hicieron resurgir las banderas de la revolución y del socialismo en el seno del movimiento de masas en el continente, siendo esta una de sus más notables realizaciones. Ningún gobernante hizo más educación popular que Chávez. Ningún pueblo en Sudamérica dio más lecciones de movilización radical que el venezolano con sus inumerables concentraciones multitudinarias en la calle. Ningún movimiento social y de los trabajadores ha sido más victorioso en esa larga noche del capitalismo neoliberal que el venezolano con su triunfo sobre el golpe del 11 de abril de 2002 y el paro-sabotaje petrolero de 2003, derrocando a las embestidas anti-pueblo de la burguesía y el imperialismo.

4.El Proceso y sus distintas fuerzas sociales, incluyendo el Gobierno Bolivariano y el liderazgo de Chávez han contribuido para erigir diques de contención al imperialismo en el continente y la geopolítica mundial. Primero, con la geopolítica del petroleo, refundando a OPEP. Segundo, con la denuncia incesante de las agresiones imperialistas y sus guerras de rapiña y sometimiento como en Afganistán e Iraq, la reciente intervención de la OTAN en Medio Oriente o la instalación de bases militares de EEUU en Colombia y su intento de controlar a la Amazonía. Tercero, con la denuncia y rechazo incansables al neoliberalismo y las políticas de libre mercado moldeadas por las instituciones que actuán al servicio de los intereses imperiales como el FMI, OMC, Banco Mundial y el proyecto de dominio hemisférico que es el ALCA. Cuarto, planteando un esquema de integración regional alternativo como es la idea del ALBA. Quinto, gestando proyectos concretos de soberanía como Satélites Simón Bolívar y Miranda y la televisora Telesur.

5. Las luchas que el Proceso ha llevado a cabo pusieron de manifiesto y al orden del día la renacionalización del patrimonio público, como en PDVSA y Cantv. Los ingresos de PDVSA que se iban al extranjero en los tiempos de la política de internacionalización de la empresa estatal han sido recuperados para invertir en proyectos que benefician al pueblo venezolano. Aunque es verdad que todavía no hay un control estrictamente nacional de la industria petrolera y siguen los contractos/asociaciones con petroleras multinacionales, sí es cierto que Venezuela ha recuperado un monto significativo del excedente económico producido. Servicios esenciales como Cantv se han hecho públicos otra vez. El problema pasa a ser el control obrero de las industrias y la gestión por los trabajadores en general desde la base. Solo así será posible suplantar el dominio de los jerarcas que ocupan cargos en el Estado e irrespetan las demandas de los trabajadores, criminalizando, en algunos casos, la protesta social.

6.Entre los gobiernos latinoamericanos elegidos por el voto popular en rechazo al neoliberalismo, el gobierno venezolano es el que más ha llevado a cabo una distribución social del ingreso. Es cierto que no ha cambiado las relaciones de producción capitalistas, ni tocado la propiedad privada de los medios de producción. Sin embargo, mientras su contraparte brasileña (Lula y Dilma) se adhirió al transformismo, gobernando con la derecha tradicional en favor de los intereses del gran capital, desmovilizando y despolitizando al movimiento social, en Venezuela el Gobierno Bolivariano ha puesto en marcha políticas sociales que no están desconectadas de la movilización, la educación popular y la construcción de una conciencia socialista de masas. Ejemplos en ese sentido son la prédica incansable de Chávez en defensa del socialismo, la campaña masiva para eliminar el analfabetismo y las distintas Misiones con su contenido politizador, que van más allá del simple sesgo asistencial. Sin embargo, el capitalismo dependiente petrolero rentista pesa como un fardo histórico sobre el Proceso. El Gobierno Bolivariano no ha conseguido contener el retroceso que las fuerzas productivas en el campo y en el sector no petrolero han observado a lo largo de todo el siglo XX, conservando el carácter disruptivo de la economía dependiente del petroleo. La experiencia histórica ha comprobado que la estrategia de siembra petrolera no es posible si se mantiene la lógica del capital, no importa si el estatuto jurídico de la propiedad sea privado o estatal. Eso nos indica los retos que se plantean al Proceso Bolivariano para generar alternativas positivas para la organización productiva del país. Un socialismo rentista no es posible y no pasará en todos casos de un capitalismo distributivo de la renta.

7.En las diferentes coyunturas que atravesó el Proceso hasta ahora, el período 2006-2011 ha sido particularmente de años difíciles para la clase trabajadora. Corrupción de agentes estatales, retroceso de las experiencias de control de producción o gestión de los trabajadores en PDVSA, ALCASA y otras, una nacionalización sin la total incorporación de los tercerizados de SIDOR, criminalización de dirigentes sindicales y líderes populares como el cacique Sabino Romero han motivado la publicación del manifiesto «¡ni un muerto más de la clase obrera!», en marzo de 2011. Estas dificultades radican en la contradicción que existe entre la democracia de la calle y por la base de un lado y el control jerárquico y burocratico del gobierno y el PSUV, de otro. Una de las situaciones más graves se refiere a las negociaciones de los contractos coletivos de trabajo y la estrategia de debilitar al movimiento sindical autónomo por parte del Estado, cuando el gobierno estimula la duplicidad sindical. Por lo recién expuesto, dos posiciones legítimas se perfilaron en las elecciones nacionales del 2012. Los que votaron por Chávez para mantener las conquistas sociales frente al peligro que representaba el candidato de la derecha y la gran burguesía venezolana, Henrique Capriles. Y los que, aunque minoritarios en las filas de la izquierda, buscaron afirmar la necesidad de profundizar los cambios y superar la burocracia y la tendencia a la formación de una nueva fracción burguesa vinculada a la corrupción. Esos sectores fueron los que decidieron apoyar a la candidatura de Orlando Chirino.

8. Después de seis años de inercia, el 2012 parece haber puesto en marcha un nuevo momento en el Proceso. Una vez más, el liderazgo de Chávez sobresalió cuando hizo una autocrítica pública a la ineficiencia del gobierno frente al grave problema de la vivienda que afecta a los habitantes de los barrios y que persiste después de más de diez años al mando del país. Esa actitud dió lugar a medidas concretas con la Misión Vivienda, un programa habitacional distinto al que se desarrolla en Brasil. Misión Gran Vivienda Venezuela ubica la habitación de los trabajadores incluso en las areas más centrales y en los terrenos más caros del país, haciendo frente a la codicia y los intereses de la especulación inmobiliaria, una fracción para nada despreciable de la burguesía rentista venezolana, expropiándose a los propietarios de estacionamiento de autos de paseo en casi todo el casco central de Caracas. El año 2012 ha también significado la retoma de los niveles de la movilización callejera de la población en la campaña electoral, seguida por el acto simbólico de autojuramentación del pueblo en el poder el 10 de enero de 2013 bajo la consigna «Yo soy Chávez», en ocasión del tratamiento de salud del Presidente en La Habana. Estos hechos, además de las huelgas de los trabajadores que siguen enfrentando a los patrones en los nucleos de la producción pueden ser una señal de una nueva etapa en las luchas del Proceso Bolivariano, con resultados todavía no previsibles, pero que abren un momento novedoso luego de aquellos años de enfriamiento.

9.Más allá de su corrección de rumbos y correlación de fuerzas internas, el futuro del Proceso Bolivariano depende mucho de lo que tendrá lugar en Brasil, el resto del continente y el mundo. Esto no significa asumir una posición conformista, ni señalar que no hay ni se deba avanzar más en los cambios realizados y corregir urgentemente en donde haya pasado atropellos a derechos de los trabajadores. Es, más bien, reconocer los límites internos y del contexto continental. En virtud que el Estado brasileño y su carácter subimperialista son un contrapeso enorme para que el proceso de cambio en Venezuela concluya exitósamente su camino liberador. La gesta de liberación de las cadenas que nos oprimen será obra colectiva de los pueblos de América Latina y del mundo. Un gobierno anticapitalista en Brasil es lo que daría lugar a una correlación de fuerzas favorable en la que el capitalismo dependiente petrolero y rentista de Venezuela logre solucionar las contradicciones para lograr un modo de reproducción social distinto. Esas son determinantes que los militantes internacionalistas debemos tener presente. Y es tarea del pueblo brasileño y de la izquierda socialista en el país, contribuir para generar el propio proceso de transformación en Brasil, que elimine su carácter subimperial y convierta su peso en una nueva fuerza transformadora que ayude a enfrentar el imperialismo capitalista y sus distintos eslabones en el continente, apoyando a las luchas de Venezuela.

10.Los luchadores y luchadoras sociales debemos sumarnos al torrente que anhela la mejoría del estado de salud del presidente Chávez. Más que nunca es necesaria la unidad de las fuerzas sociales por el cambio, en este momento cuando el líder del Proceso Bolivariano tiene su salud debilitada. Hoy más que nunca se hace necesaria la consigna de Alí Primera «¿por que no nos empeñamos en no aislar nuestra luchas?». Los habitantes de los barrios y los trabajadores de las industrias necesitan darse las manos y mantener el espírito del 13 de abril, de la victoria sobre el paro-sabotaje petrolero, de la nueva batalla de Santa Inés y de todas las campañas que se han protagonizado. Ahora como siempre se hace necesario fortalecer espacios de organización desde la base, con autonomía de los jerarcas y burócratas que quieren secuestrar el protagonismo popular. Chávez volverá y siempre viverá mientras el pueblo se levante y se organice colectiva y conscientemente en contra de la opresión y por lo bueno, lo bello y lo justo para todos y todas, por la patria socialista y soberana, por Nuestra América libre.

* Carla Ferreira y Mathias Seibel Luce son historiadores, investigadores de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Fundadores del Comité de Solidaridad con la Revolución Bolivariana (Porto Alegre – Brasil). Miembros del Comité coordinador del Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Bolivariana (Caracas, 2003).

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