Tanto Dilma, como el PT, como el própio Lula, cometieron errores, y en gran cantidad, negar eso es de ciegos, y la ceguera apasionada nubla el buen juicio. Desde su primer triunfo, forjaron alianzas esteriles con otros fuerzas políticas bien disimiles, que en este momento amenazan con contribuir al hundimiento deseado por la derecha. La […]
Tanto Dilma, como el PT, como el própio Lula, cometieron errores, y en gran cantidad, negar eso es de ciegos, y la ceguera apasionada nubla el buen juicio. Desde su primer triunfo, forjaron alianzas esteriles con otros fuerzas políticas bien disimiles, que en este momento amenazan con contribuir al hundimiento deseado por la derecha.
La oposicion, desde el 2003, se presentó, elección por elección, sin programa, desnorteada, y las perdió todas. Mas ahora, evidentemente, aun sin un programa concreto, encontraron su Norte, en buena parte gracias a la ayuda del propio PT, el golpismo blanco, el golpe parlamentario. Como escribí en un articulo anterior, la estrategia de una elección infinita, desgastante, con el apoyo abierto, incondicional, de la prensa brasileira.
Asi, en vez de contruir un programa sólido, creible, se han dedicado y apostado a intentar salir de Dilma Rouseff, sea por la via de la casación electoral, del impedimento, de no dejarla gobernar, o en última instancia, del golpe militar, esta última poco probable, pero nunca descartable cuando se trata de las opciones de la derecha.
Un Congreso totalmente dominado por la derecha, y gobernado por Eduardo Cunha, del PMDB, supuestamente partido aliado de la presidencia, mas con un ala derechista que no quiere mas alianza con el PT, ha impuesto sucesivas derrotas a la Presidenta y al PT, sucediendo lo mismo en el Senado, con Renan Calherios. Imaginar una ruptura en esa «alianza» no es cosa de ficción, acontece en la realidad. Un tribunal de Cuentas (TCU), con evidentes intenciones de no aprobar la cuentas financieras gubernamentales, para abrir la puerta a una casación de mandato o a un impedimento, también en este momento es una amenaza seria.
Luego está la prensa, con un azote diario de noticias negativas para el gobierno y el PT, una masacre pública diaria, que por frente tiene la total inercia comunicativa del Gobierno y PT, en evidente ofensiva derechista, que con la execepción de algunos Blogs de izquierda, nadie, nadie ha respondido.
Luego, el juego de la corrupción. Donaciones que para el PT son consideradas como corrupción, para el PSDB son consideradas como legales. Hasta este momento, nadie explicó el por que unas si y otras no, al menos de una manera creible. La Operación Lava Jato, comandada por el Juez Sergio Moro, el cual al mismo tiempo es juez, jurado y verdugo, con filtraciones de informaciones selectivas, casualmente siempre damnificando al gobierno y al PT, con una policía federal (PF) abiertamente en el juego político y de la conspiración de oposición, es otro frente de la ofensiva golpista.
Por último la crisis supuestamente económica, en realidad política, con el mercado batiendo pesado en la economía interna del país, y políticas de ajuste gubernamentales al mejor estilo de la austeridad europea, han retirado poco a poco el apoyo popular al gobierno PT.
O sea, la conspiración está en marcha, en vários frentes. La inactividad comunicacional y política del gobierno, la falta de diálogo, asi como cierta buena dosis de soberbia, han contribuído mucho a esta situación.
El candidato derrotado, Aecio Neves, el cual es consciente que no tiene fuerzas dentro de su propio partido para llegar con fuerzas a 2018, apuesta abiertamente a cualquier tipo de golpe, que lo coloque o en el poder o en nuevas elecciones. El mismo se ha revelado en las últimas semanas desesperado, desnorteado, y sin ninguna preparación para dirigir un país como Brasil, pero es la principal punta de lanza de una buena parte de la derecha que apuesta al golpe.
El clima es complejo, y los errores del PT, Dilma y del próprio Lula no contribuyeron a mejorar en nada la situación. Lo peor, la marca de la corrupción al PT no va a ser lavada tan fácil, marca que ellos mismos se dejaron colocar sin reaccionar.
Las ultimas acciones de Dilma parecen indicar está saliendo de la apatía. Por el bien del país, y del continente, es mejor que no sea tarde, que la presidenta entienda que tiene que enfrentar el golpe, que está cada dia mas presente en los ignorantes, resentidos, fascistas e irresponsables que apuestan al mismo.
En este momento, es su peor momento, está a la sombra del impeachment, y lo que haga será la marca en su vida.
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