En la tarde de este sábado (7), en São Bernardo do Campo (estado de São Paulo), el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva realizó su último discurso antes de presentarse en la Policía Federal para cumplir la orden de detención emitida esta semana por el juez de primera instancia Sergio Moro. Ante millares de […]
Lula dejó el acto llevado en brazos por el pueblo
(Créditos: Júlia Dolce, tomada de Brasil de Fato)
En 1979, este sindicato hizo una de sus huelgas más extraordinarias. Y conseguimos hacer un acuerdo con la industria automovilística que fue tal vez el mejor. Yo tenía una Comisión de Fábrica con 300 trabajadores, y el acuerdo era bueno. Y resolví llevar el acuerdo a la Asamblea. Y resolví pedir a la Comisión de Fábrica ir más temprano para conversar con los obreros. Yo hacía las asambleas por la mañana para evitar que el personal bebiera un poquito por la tarde, porque cuando bebemos un poquito nos ponemos más osados.
Incluso así no lo evitaba, porque alguno llevaba un litro de coñac dentro de la maleta y cuando yo pasaba tomaba una ‘dosis’ para mejorar la garganta – cosa que no sucedió hoy. Pues bien, comenzamos a poner el acuerdo para votación y 100 mil personas en el Estadio da Vila Euclides no aceptaban el acuerdo. Era lo mejor posible. No perdíamos un día de vacaciones, no perdíamos el décimo tercero [salario] y teníamos quince por ciento de aumento. Pero los obreros estaban tan radicalizados que querían 83 o nada. Lo conseguimos. Y pasamos un año siendo llamados rompehuelgas por los trabajadores. Nosotros, Guilherme, iba a la puerta de fábrica… [Lula comienza a hacer saludos diversos]. Entonces compañeros y compañeras, nosotros conseguimos… los trabajadores no aprobaron el acuerdo… [interrupción para atención médica a una persona en la multitud]. Yo estaba diciéndoles que no conseguimos aprobar la propuesta que yo consideraba buena y el personal entonces pasó a irrespetar a la dirección del Sindicato. Yo iba a la puerta de la fábrica y nadie paraba. Y la prensa escribía: «Lula habla para los oídos sordos de los trabajadores». Nos tomó un año recuperar nuestro prestigio en la categoría. Y me quedé pensando con aire de venganza: «Los trabajadores piensan que ellos pueden hacer 100 días de huelga, 400 días de huelga, que ellos van hasta el fin. Pues voy a probarlos en 1980». E hicimos la mayor huelga de nuestra historia. La mayor huelga. 41 días de huelga. A los 17 días de huelga fui detenido y los trabajadores comenzaron a romper la huelga después de algunos días y nosotros entonces – Tuma, yo que sé, el doctor Almir yo que sé, Teotônio Vilela iban a la cárcel y me decían: «Lula usted tiene que acabar con la huelga, usted tiene que aconsejarles para acabar con la huelga». Y yo decía: «No voy a acabar con la huelga. Los trabajadores van a decidir por su cuenta».
El dato concreto es que nadie aguantó 41 días porque en la práctica el compañero tenía que pagar la leche, tenía que pagar la cuenta de luz, tenía que pagar el gas, la mujer comenzó a reclamar el dinero del pan, entonces él comenzó a sufrir presión y no aguantó. Pero es chistoso porque en la derrota ganamos mucho más sin ganar económicamente, que cuando ganamos económicamente. Significa que no es el dinero que resuelve el problema de una huelga, no es 5%, no es 10%, es lo que está metido de teoría política, de conocimiento político y de tesis política en una huelga.
Ahora, nosotros estamos casi en la misma situación. Casi en la misma situación. Me están procesando y he dicho claramente: «En el proceso de mi apartamento, yo soy el único ser humano procesado por un apartamento que no es mío». Y él sabe que la Globo mintió cuando dijo que era mío. La Policía Federal de la Lava Jato cuando hizo la investigación, mintió que era mío, el Ministerio Público cuando hizo la acusación, mintió diciendo que era mío y yo pensé que Moro iba a resolver eso y él mintió diciendo que era mío y me condenó a nueve años de cárcel. Es por eso que soy un ciudadano indignado, porque yo ya hice muchas cosas a mis 72 años. Pero no los perdono por haber transmitido a la sociedad la idea de que soy un ladrón. Dieron la primacía a los bandidos para sobornar el Brasil entero. Dieron la primacía a los bandidos que nos llaman petrallas [juego de palabras entre PT y metralla]. Dieron la primacía a la creación de casi un clima de guerra negando la política en este país. Y yo digo todo el día: ninguno de ellos, ninguno de ellos, tiene coraje o duerme con la consciencia tranquila de la honestidad, de la inocencia con las que yo duermo. Ninguno de ellos [aplausos].
Yo no estoy por encima de la justicia. Si no creyera en la justicia, no habría hecho un partido político. Yo había propuesto una revolución en este país. Pero yo creo en la justicia, en una justicia justa, en una justicia que vota un proceso basado en los autos del proceso, basado en las informaciones de las acusaciones, de las defensas, en las pruebas concretas, que tiene el arma del crimen. Lo que yo no puedo admitir es un fiscal que hizo un powerpoint y fue a televisión a decir que el PT es una organización criminal que nació para robar Brasil y que Lula, por ser la figura más importante de ese partido, Lula es el jefe, y por lo tanto, si Lula es el jefe, dice el fiscal, «no necesito pruebas, tengo convicción». Yo quiero que él guarde la convicción de ellos para los comparsas de ellos, para los adeptos de ellos y no para mí. Ciertamente un ladrón no estaría exigiendo pruebas. Estaría con el rabo escondido, con la boca cerrada rogando que la prensa no diga su nombre. Yo tengo más de 70 horas de Jornal Nacional triturándome. Tengo más de 70 portadas de revista atacándome. Tengo también miles de páginas de periódicos y noticias atacándome. Tengo a la Record atacándome. Tengo además a la Bandeirantes atacándome, tengo a las radios del interior atacándome. Y de lo que ellos no se dan cuenta es que cuánto más me atacan, más crece mi relación con el pueblo brasileño.
Yo no les tengo miedo. Yo hasta dije ya que me gustaría hacer un debate con Moro sobre la denuncia que él hizo contra mí. Me gustaría que él me mostrase algún tipo de prueba. Ya desafié a los jueces del TRF-4, que ellos vayan a un debate en la universidad que quisieran, en el curso que ellos quisieran, a probar cual es el crimen que yo cometí en este país. Y a veces tengo la impresión y tengo la impresión porque soy un constructor de sueños. Hace mucho tempo atrás soñé que era posible gobernar este país involucrando a millones y millones de personas pobres en la economía, llevando a millones de personas a las universidades, creando millones y millones de empleos en este país, yo soñé, soñé que era posible que un metalúrgico, sin diploma universitario, se preocupe más por la educación que los diplomados y concursados que gobernaron este país y cuidaron de la educación. Soñé que era posible que disminuyamos la mortalidad infantil llevando leche, fríjoles y arroz para que los niños pudieran comer todos los días. Soñé que era posible tomar a los estudiantes de la periferia y ponerlos en las mejores universidades de este país para que no tengamos jueces y fiscales solo de la elite, de aquí a poco vamos a tener jueces y fiscales nacidos en la favela de Heliopólis, nacidos en Itaquera, nacidos en la periferia. Nosotros vamos a tener mucha gente de los Sin Tierra, del MTST [Movimiento de Trabajadores sin Techo], de la CUT [Central Única de Trabajadores] graduados.
Cometí ese crimen.
Cometí ese crimen que ellos no quieren que cometa más. Debido a ese crimen ya tienen unos diez procesos contra mí. Y si fuera por esos crímenes, colocar pobres en la universidad, negros en la universidad, que los pobres coman carne, compren autos, viajen en avión, que los pobres hagan su pequeña agricultura, sean micro emprendedores, tengan su casa propia. Si ese es el crimen que cometí, quiero decir que voy a continuar siendo criminal en este país porque voy a hacer mucho más. Voy a hacer mucho más.
[El pueblo comienza a gritar «Lula, guerrero, del pueblo brasileño]
Compañeros y compañeras, yo en 1990, en 1986 fui el diputado constituyente más votado en la historia del país. Y nosotros descubrimos que, dentro del PT, Manuela, compañeros, Iván era del PT en la época, había una desconfianza, que solo tenía poder en el PT quien tenía mandato. Quien no tenía mandato era tenido… [comienza a saludar]. Entonces compañeros, cuando percibí que el pueblo desconfiaba que solo tenía valor en el PT quien era diputado, Manoela [D’Avila] y Guilherme [Boulos] ¿saben lo que hice? Dejé de ser diputado. Porque yo quería probar al PT que iba a continuar siendo la figura más importante del PT sin tener mandato, porque si alguien quisiera ganarme en el PT solo hay una manera: trabajar más que yo y gustar del pueblo más que yo, porque si no les gusta, no van a ganar. Pues bien: nosotros ahora estamos en un trabajo delicado. Yo tal vez viva el momento de mayor indignación que un ser humano vive. No es fácil lo que sufre mi familia. No es fácil lo que sufren mis hijos. No es fácil lo que sufrió Marisa y quiero decir que la anticipación de la muerte de Marisa fue por la inmoralidad y la canallada que la prensa y el Ministerio Público cometieron contra ella. Yo tengo certeza. Esa gente yo creo que no tiene hijos, no tiene alma y no tiene noción de lo que siente una madre o un padre cuando ve un hijo masacrado, cuando ve un hijo siendo atacado. Entonces, compañeros, resolví levantar la cabeza. No piensen que estoy contra la Lava Jato, no. La Lava Jato, si atrapa bandidos, tiene que atrapar bandidos, que robaron y prenderlos. Todos nosotros queremos eso. Todos nosotros decíamos toda la vida: «Solo prende pobres, no prende ricos». Todos nosotros lo decíamos. Y yo quiero que continúe prendiendo ricos. Yo quiero. Ahora ¿cuál es el problema? Es que usted no puede hacer juicios subordinados a la prensa. Porque en el fondo, en el fondo, usted destruye a las personas en la sociedad, la imagen de las personas y después los jueces van a juzgar y van a decir «no puedo ir contra la opinión pública que nos está pidiendo cazarlos». Quien quiere votar con base en la opinión pública, largue la toga y vaya a ser candidato a diputado, escoja un partido político y sea candidato. Ahora, la toga es empleo vitalicio. El ciudadano tiene que votar solo con base en los autos del proceso, por otra parte, yo creo que un ministro de la Suprema Corte no debería dar declaraciones sobre como va a votar. En los EUA termina la votación y usted no sabe por quien el ciudadano votó exactamente, para que no sea víctima de presión.
Imagina una persona siendo acusada de suicidio y no que no haya sido él el asesino. ¿Qué quiere la familia del muerto? Que esté muerto, que sea condenado. Entonces el juez tiene que tener, diferentemente de nosotros, la cabeza más fría, más responsabilidad para hacer una acusación o para condenar. El Ministerio Público es una institución muy fuerte. Por eso esos chicos que entran muy jóvenes, hacen un curso derecho y después concursan tres años porque el padre puede pagar, esos chicos necesitaban saber un poco de la vida, un poco de política para hacer lo que ellos hacen a la sociedad brasileña. Hay una cosa llamada responsabilidad. Y no piensen que cuando hablo así, estoy en contra. Yo fui presidente y nombré cuatro fiscales e hice el discurso en todas las tomas de posesión y decía: «Cuanto más fuerte sea la institución, más responsables tienen que ser sus miembros». Usted no puede condenar a una persona a través de la prensa para después juzgarla. Ustedes recuerdan que cuando fui a declarar allá en Curitiba, le dije a Moro: «Usted no tiene condiciones de absolverme porque la Globo está exigiendo que usted me condene y usted va a condenarme.
Pues bien, pienso que tanto el TRF4 como Moro, la [Operación] Lava Jato y la Red Globo, tienen un sueño de consumo. El sueño de consumo es que, en primer lugar, el golpe, no terminó con la [destitución de] Dilma. El golpe solo va a concluir cuando ellos consigan que Lula no pueda ser candidato a la presidencia de la República en 2018. No es que yo no seré, pero no quieren que participe porque existe la posibilidad de que cada uno sea elegido, no quieren a Lula de nuevo en la presidencia porque para ellos los pobres no pueden tener derechos. El pobre no puede comer carne de primera, no puede viajar en avión. No puede ir a la universidad. El pobre nació, según la lógica de ellos, para comer y tener cosas de segunda categoría.
Entonces compañeros y compañeras, el otro sueño de consumo que tienen es la fotografía de Lula arrestado. Ah, me imagino la excitación de la [revista] Veja poniendo mi fotografía encarcelado en la portada. Van a tener orgasmos múltiples.
Ellos decretaron mi prisión. Y cuento a ustedes una cosa: voy a acatar la orden. Voy a acatarla porque quiero hacer la transferencia de responsabilidad. Piensan que todo lo que pasa en este país sucede por mi culpa. Ya fui condenado a 3 años de prisión porque un juez de Manaos entendió que yo no necesito tener un arma, porque tengo una lengua hiriente, entonces hay que callarme, porque si no me callan, seguiría diciendo cosas como «está llegando el momento que la pantera beba agua» y si los campesinos mataran a un terrateniente, ellos pensaban que era un código.
Intentaron arrestarme por obstrucción de la justicia, pero no lo consiguieron. Y ahora quieren agarrarme en una prisión preventiva, algo muy grave porque no hay habeas corpus. Vaccari [João Vaccari Neto] está encarcelado hace tres años. Marcelo Odebrecht gastó 400 millones de reales [120 millones de dólares] y no tuvo habeas corpus. Yo no gastaré un tostón. Pero voy hasta allá con la siguiente creencia: ellos van a descubrir por primera vez lo que estoy diciendo todos los días. Ellos no saben que el problema de este país no se llama Lula, el problema de este país son ustedes. La conciencia del pueblo, el Partido de los Trabajadores, el PcdoB [Partido Comunista de Brasil], MST [Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra], MTST, saben que hay mucha gente. Y es lo que dijo nuestra pastora y lo que yo digo en todos los discursos, no vale la pena parar mi sueño, porque cuando yo deje de soñar, soñaré a través de las cabezas de ustedes y a través de sus sueños. No vale la pena, ellos creyeron que todo acabará cuando Lula sufra un infarto, eso es una tontería, porque mi corazón latirá en los corazones de ustedes, son millones de corazones brasileños.
No vale la pena, ellos creyeron que van a detenerme, no voy a parar porque soy solo un ser humano, soy una idea, una idea mezclada con las ideas de ustedes, tengo la certeza de que los compañeros como los Sin Tierra, los Sin Techo, los compañeros de la Central Única de Trabajadores (CUT) y del movimiento sindical saben, y esta es una prueba, yo cumpliré la orden y ustedes tendrán que transformarse, cada uno de ustedes, no se llamarán Panchito, Pepito, Juanito y Albertito… todos ustedes, de ahora en adelante, todos se convertirán en Lula y van a recorrer haciendo lo que tienen que hacer, todos los días! ¡Todos los días! Ellos tienen que saber que la muerte de un combatiente no detiene la revolución. Ellos tienen que saber. Ellos tienen que saber. Tienen que saber que vamos a regular definitivamente los medios de comunicación, para que el pueblo no sea víctima de sus mentiras todos los días. Tienen que saber que ustedes, quién sabe, son incluso más inteligentes que yo, y quemarán neumáticos, organizarán manifestaciones, ocupaciones en el campo y en la ciudad. Parecía difícil la ocupación en São Bernardo, pero mañana ustedes van a recibir la noticia de que ganaron el terreno que invadieron.
Compañeros, he tenido la oportunidad, ahora cuando estaba en Uruguay, en la frontera entre Livramento y Rivera, las personas decían «oye, Lula, usted finja que va a comprar un ‘whiskicito’ y se va a Uruguay con Pepe Mujica, y no vuelve más a Brasil, pida asilo político. Usted también puede ir a la embajada de Bolivia, de Uruguay, de Rusia y desde allá usted sigue hablando…». Pero ya no tengo edad para eso. A mi edad voy a enfrentarlos aceptando cumplir la orden. Quiero saber por cuantos días ellos piensan que me están arrestando y cuanto más tiempo me quede allá, más Lulas nacerán en este país y más gente va a pelear por este país, porque en una democracia no hay límites, no hay hora cierta para pelear. Yo dije a mis compañeros: si dependiera de mi voluntad, no me presentaba, pero me presentaré porque ellos pueden decir a partir de mañana que soy un fugitivo, que Lula está escondido, ¡y no! No estoy escondido, voy hasta allá para que sepan que no tengo miedo, que no voy a huir, para que sepan que probaré mi inocencia. Y que ellos hagan lo quieran. Voy a citar una frase que escuché a una niña de 10 años en [la ciudad de] Catanduva en 1982, esta frase no tiene un autor. Los poderosos pueden matar una, dos o tres rosas, pero nunca podrán detener la primavera. Ellos tienen que saber que queremos más viviendas, más escuelas, menos mortandad, no queremos que se repita la barbaridad que aconteció con Marielle en Rio de Janeiro, con los niños negros de este país. No queremos más mortalidad por desnutrición. No queremos más que los jóvenes no tengan esperanza de ir a la universidad, porque este país es tan necio que fue el último país del mundo en tener universidades. ¡El último! Todos los países más pobres tuvieron universidades antes, pero ellos no querían que la juventud brasileña estudiase. Y decían que costaba mucho, hay que preguntarse cuánto costó no crear universidades 50 años atrás.
Quiero que sepan que tengo mucho orgullo, mucho, profundo, de haber sido el presidente de la República que creó más universidades en la historia de este país para mostrar a esa gente que no confunda inteligencia con la cantidad de años en la escuela, eso no es inteligencia, es conocimiento. Inteligencia es cuando usted tiene un lado, inteligencia es cuando usted no tiene miedo de discutir con los compañeros cuáles son las prioridades, y la prioridad es garantizar que este país vuelva a tener una ciudadanía. ¡No venderán la Petrobras! ¡Vamos a hacer una nueva Constituyente! ¡Vamos a revocar la ley del petróleo que están creando! ¡No vamos a permitir la venta del BNDES, de la Caixa [Caja] Económica Federal, no vamos a permitir que se destruya el Banco de Brasil! Y vamos a fortalecer la agricultura familiar, que es la responsable por el 70% de los alimentos que comemos en este país.
Y con esta creencia, compañeros, con la cabeza erguida, del mismo modo que estoy aquí hablando con ustedes, llegaré allá y voy a decir al delegado: estoy a su disposición. Y la historia, dentro de pocos días, probará que quien ha cometido un crimen fue el delegado que me acusó, fue el juez que me juzgó y fue el Ministerio Público que fue liviano conmigo. Por todo esto, compañeros, no hay lugar en mi corazón para todo el mundo, pero quiero que ustedes sepan que si hay una cosa que aprendí a gustar en este mundo es mi relación con el pueblo. Cuando sostengo la mano de alguno de ustedes, cuando los abrazo…porque ahora beso a hombres y mujeres igualito…cuando beso a alguno de ustedes, no lo hago con segundas intenciones, los beso porque cuando era presidente, decía: volveré al lugar de donde he venido. Yo sé quienes son mis amigos eternos y quien son amigos eventuales. Los que llevan corbatas, que me buscaban, ahora desaparecieron. Y quiénes están conmigo son mis amigos de antes de que fuera presidente de la República. Son aquellos que comían rabo de buey conmigo en [el bar de] Zelão, que comían polenta con pollo en [el barrio] Demarchi, que tomaban caldo de ‘mocotó’ [mondongo o caldo de huesos] en Zelão, esos siguen siendo mis amigos. Son aquellos que tienen el coraje de invadir terrenos para construir viviendas, son los que tienen el coraje de organizar una huelga contra la reforma de las pensiones, son aquellos que ocupan el campo para crear haciendas productivas, que necesitan del Estado.
Compañeros, voy a decirles algo. Ustedes van a percibir que voy a salir de esta situación mucho mayor, más fuerte, más verdadero, e inocente, porque quiero probar que ellos son los que cometieron un crimen, el crimen político de perseguir a un hombre que tiene 50 años de historia política, por mi historia estoy muy agradecido. No tengo como pagar la gratitud, el afecto y el respeto que ustedes me dedicaron durante todos esos años. Quiero decirles a ustedes, Guilherme [Boulos] y Manuela [D´Ávila], a los dos, que para mí es motivo de orgullo pertenecer a una generación, que ya está en su final, y ver nacer a dos jóvenes en este país disputando el derecho de ser presidente de la República. Por este motivo, un gran abrazo, y sepan que este cuello aquí no se baja, porque voy a salir con la cabeza erguida y con el pecho en alto porque voy a probar mi inocencia. Un abrazo, compañeros, gracias, muchas gracias, por todo lo que me ayudaron. ¡Un beso con cariño, muchas gracias!
Edición: Diego Sartorato y Pedro Nogueira // Traducción: Luiza Mançano y Pilar Troya, para Brasil de Fato.
Fuente: https://www.brasildefato.com.br/2018/04/07/lea-el-discurso-completo-de-lula-en-sao-bernardo-do-campo/