Brasil registró en octubre un desempleo de 9,8 %, dos décimas menos que el mes anterior, dijo hoy el Instituto Brasileño de geografía y Estadística (Ibge). La tasa de octubre muestra una relativa estabilidad pero fue dos décimas superior a la de 9,6 % del mismo mes del año pasado, expresó el Ibge (estatal) en […]
Brasil registró en octubre un desempleo de 9,8 %, dos décimas menos que el mes anterior, dijo hoy el Instituto Brasileño de geografía y Estadística (Ibge).
La tasa de octubre muestra una relativa estabilidad pero fue dos décimas superior a la de 9,6 % del mismo mes del año pasado, expresó el Ibge (estatal) en un informe.
De enero a octubre, el desempleo se ubicó en 10 %, con su punto más bajo en enero (9,2 %) y el más alto en julio (10,7 %), lo que muestra cierta estabilidad en los niveles de desocupación.
El coordinador de estudios de empleo del Ibge, Cimar Azeredo, dijo que las cifras de octubre muestran un aumento de la actividad con motivo de fin de año y el buen desempeño en los sectores extractivo y distribución de electricidad, gas y agua.
El salario promedio de los trabajadores en octubre fue de 1.046, 50 reales (483,59 dólares), un aumento de 1,2 % sobre septiembre y de 5,4 % sobre octubre de 2005.
De la fuerza laboral en octubre, 55,6 % fueron hombres y 44,4 % mujeres. El Ibge no divulga la diferencia de salario medio entre los dos sexos.
El consumo de pobres creció el 11% bajo el gobierno de Lula
El consumo de las clases D y E de Brasil, que engloban a las familias con ingresos medios de hasta 540 dólares, equivalentes a 39 % de la población, aumentó 11 % durante los cuatro años del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
De acuerdo con el estudio ‘Consumo en la era Lula’, divulgado hoy por LatinPanel, una empresa de investigación de consumo domiciliario de América Latina, los brasileños más pobres aumentaron su consumo de alimentos, bebidas, y productos de higiene y limpieza.
Además de ampliar la canasta básica de compras de 21 a 27 productos, hubo una sofisticación del consumo entre las personas de bajos ingresos.
Entre los nuevos productos que comenzaron a ser consumidos están jugos en polvo, masas instantáneas, caldos, leche larga vida y salados.
Medido en dinero, el consumo de las clases pobres subió 35 % bajo el gobierno de Lula da Silva, quien en octubre pasado obtuvo la reelección para un nuevo mandato de cuatro años.
Los reajustes del salario mínimo -actualmente en 350 reales (160 dólares)- contribuyeron para que dos millones de familias dejaran las clases D y E y llegaran a la clase C.
Se verificó también una pérdida, por parte de empresas líderes, de 48 % en el consumo de la clase baja, que migró a marcas intermedias que copian a las empresas mayores.
También los supermercados perdieron espacio para los pequeños vendedores en las clases D y E, que hacen 54 % de sus compras en comercios vecinos.
Según Latinpanel, el gasto de las familias de bajos ingresos se concentra en los 10 primeros días del mes, e incluye varias visitas a los puntos de venta, porque la mayoría de ellas sobrevive del trabajo informal y no tiene el poder de compra para adquirir muchos productos de una sola vez.
La encuesta fue realizada con 8.200 familias brasileñas entre enero de 2003 y agosto de 2006.