Desde hace 11 años Rusia está manteniendo las conversaciones sobre la adhesión a la OMC, pero a medida que se aproxima la fecha de la decisión definitiva los ciudadanos del país hacen más preguntas que reciben respuestas.En los últimos meses se multiplicó el número de conferencias, ‘mesas redondas’ y debates televisivos en relación con el […]
Desde hace 11 años Rusia está manteniendo las conversaciones sobre la adhesión a la OMC, pero a medida que se aproxima la fecha de la decisión definitiva los ciudadanos del país hacen más preguntas que reciben respuestas.
En los últimos meses se multiplicó el número de conferencias, ‘mesas redondas’ y debates televisivos en relación con el ingreso del país en la Organización Mundial del Comercio. La discusión se torna cada vez más acalorada. Suscitan especial inquietud las consecuencias que el ingreso en la OMC podría traer para el sector agroindustrial que registra las más bajas tasas de crecimiento.
Aunque Europa relegó al olvido las guerras comerciales, el ministro ruso de Agricultura, Alexei Gordeyev, afirma que la UE no arde en deseos de adquirir alimentos en muchos países vecinos y el quid del asunto no sólo está en la competencia leal.
Durante la bastante representativa ‘mesa redonda’, celebrada hace poco bajo el título ‘Expectativas e inquietudes de los empresarios nacionales de cara al ingreso de Rusia en la OMC’ quedó destacado que el país ocupa el segundo lugar en el mundo en cuanto a los procedimientos discriminatorios, después de China, ya miembro pleno de la OMC. El año pasado Rusia importó productos alimenticios por valor de 13,8 mil millones de dólares, un 24% más que en 2003.
En esta relación representan interés las conclusiones a que llegó la Academia de Ciencias Agrícolas de Rusia. El miembro numerario de esta institución y director del Instituto de Agricultura, Ivan Ushakov, cree que el ingreso de Rusia en la OMC reducirá las exportaciones mundiales rusas hasta el 1%, mientras las importaciones crecerán hasta el 2,3%. Eso significa que el monto de las importaciones superará el de las exportaciones en 7,3 mil millones de dólares. A consecuencia, el agro ruso sufrirá pérdidas de orden de 4 mil millones de dólares, el doble que las dotaciones presupuestarias al sector.
En opinión de los científicos, el ingreso en la OMC causará deterioro a la capacidad competitiva de la agricultura rusa en el sector exterior. Ivan Ushakov y otros especialistas creen que la OMC presenta a Rusia las exigencias más duras que se aplican respecto a los miembros de esta institución.
Las asociaciones del sector agrícola examinaron en su reunión los problemas con que se enfrentan los agrarios rusos. El informe que los expertos de la Unión de Bolsas de Mercaderías de Rusia presentaron al Comité senatorial de política agraria dice que Rusia necesitará de 3 a 5 años para develarse como país competitivo en la agricultura, a condición de que las dotaciones presupuestarias no sean menores de 13 mil millones de dólares anuales. Es decir, se trata de aumentar las asignaciones en 6 veces. Mientras, el año pasado las dotaciones al agro disminuyeron el 1,5%, frente al 4,6% registrado en 1995.
Cada agente del mercado agrario ruso interpreta a su manera las consecuencias del ingreso del país en la OMC. Por ejemplo, la Unión Cerealera de Rusia afirma que de cumplir la exigencia de abandonar las subvenciones a las exportaciones la que presentan 35 países miembros de la OMC el precio del grano ruso será más bajo que en otros países productores.
Importa señalar que los productores cerealeros franceses y sus colegas polacos forjaron una coalición para prohibir la venta del trigo ruso y ucraniano en el espacio de la Europa comunitaria.
Los senadores rusos están convencidos de que lo mismo va a pasar con los productores nacionales de la carne. La supresión de las cuotas por exigencia de la UE y la bajada de los aranceles reducirán la demanda de la carne local provocando un drástico recorte del ganado. El mantenimiento del sistema de cuotas, por el contrario, ha aportado hasta la fecha buenos resultados. Así, la producción de la carne de ave en Rusia ha registrado un incremento muy considerable. También han crecido las superficies sembradas en el sector de la remolacha azucarera, en un 14,6%, y las cosechas, en un 17%.
Debido a la apertura de sus fronteras, Rusia no puede ya con la avalancha de productos baratos cuando no de importaciones ‘grises’ procedentes de los países de la CEI y los nuevos Estados miembros de la UE. El ministro Gordeev constató afligido que en 2004 el suministro no contabilizado del azúcar crudo y el azúcar blanco desde Ucrania y Bielorrusia, parcialmente en concepto de reexportación, alcanzó un millón de toneladas asestando un golpe demoledor a los precios del mercado interno.
¿Cómo será para 40 millones de agraricultores rusos el balance global del ingreso en la OMC? Evgeny Serov, quien es uno de los principales expertos del Instituto ruso de la economía de transición, considera que la adhesión a la OMC se traducirá en el levantamiento de muchas barreras en materia de las exportaciones, por valor de U$S 3.000-4.000 millones, y que la producción total de la agricultura rusa caerá en un 1,5-2,0% con respecto al nivel actual. Conste que el pasado año la producción agraria en Rusia creció apenas un 1,6%, y su volumen no superaba un 73,8% del que se había registrado en 1991, el último que no el mejor año del régimen soviético.
Otro peligro tiene que ver con la desaceleración de las inversiones externas e internas en la agricultura. A lo largo del último año se redujeron a la mitad, y eso que el sector tenía apenas U$S 240 millones en inversiones acumuladas según los datos correspondientes a enero de 2004. El pasado año marcó un máximo histórico en materia de los capitales foráneos invertidos en la economía rusa – más de U$S 40.000 millones en comparación con U$S 30.000 millones en 2003 – pero la agricultura recibe desde hace varios años menos del 1% de estas sumas.
La Unión Europea insiste en que Rusia acelere su ingreso en la OMC. Según el presidente de la Comisión Europea, Jose Barroso, Rusia ocupa el cuarto lugar entre los socios comerciales de la UE. Muchas personas en Rusia miran esta situación con una óptica distinta: Alemania, Francia, Holanda y otros países de la UE que por ahora se ven obligados a frenar su producción hiperdesarrollada de alimentos, tendrán acceso al mercado de venta más amplio del continente, todavía poco protegido. Además, recuerdan que el potencial de la agricultura rusa permite alimentar a 500 millones de personas.
Las ganancias millonarias mencionadas por el Banco Mundial parecen efímeras y serán asequibles para Rusia solamente a largo plazo, mientras que las pérdidas pueden producirse con carácter inmediato, en cuanto Moscú se haya comprometido a acatar todas las recomendaciones de EEUU, la UE y el BM.
Se están barajando las más diversas fechas de la incorporación a la OMC, del final de 2005 al año 2007. En opinión del autor, la adhesión rusa a la OMC será gradual y podrá completarse después de que se hayan desarrollado al detalle las medidas encaminadas a la máxima protección de los intereses nacionales y se hayan celebrado las consultas con los países socios de la CEI y de la Comunidad Económica Euroasiática. Probablemente, el proceso del ingreso ruso en la OMC se va a prolongar hasta 2008-2010.