Espera en calles. Golpea puertas. Sus torturadores no lo reconocen y con cortesía lo reciben en sus casas, pero luego es expulsado a empellones. Es una frenética búsqueda de respuestas. Algunos de sus torturadores lo incriminan, otros le piden disculpas y los más desgarradores dicen que lo harían de nuevo.
Circunstancias muy especiales llevaron a Marianne Teleki y Hector Salgado a la realización del documental fílmico que después de varias presentaciones a teatros llenos en los Estados Unidos, será estrenado en Chile en el Festival Internacional de Cine de Viña del Mar el próximo lunes 22 de octubre.
El documental ha tenido una impactante recepción en esta pequeña ciudad del norte californiano en donde el matrimonio Salgado Teleki reside por más de 27 años.
«Yo sabía en términos generales todo lo que Hector había pasado en Chile. Pero nunca lo forcé a hablar sus detalles. Siempre esperé a que el estuviera listoŠ quizás también fue por un temor escondido a no querer escuchar.» Para Teleki, producir y dirigir una filmación sobre la experiencia del padre de sus dos hijas, fue como un reencuentro familiar, como «un lugar para hablar y visitar lo vivido,» dijo.
En el 2000 Salgado fue invitado a la inauguración del Presidente Lagos «y me pareció bastante rara la situación. Después que Salgado fue expulsado del país, un presidente lo invita a su fiesta. En ese momento pensamos en hacer el film. Son circunstancias muy especiales. Además el título no denota ni algo positivo ni algo negativo,» dijo Teleki explicando el título de su documental.
La memoria regresa los momentos más especiales en la vida de este tomesino que permaneció en prisión por más de tres años antes de ser expulsado en 1976. Desde entonces, las experiencias de solidaridad humana, de gestos pequeños pero de significados magnánimos han sido los temas que han permanecido a través del tiempo en la sobremesa de esta familia.
Salgado es un agnóstico que a los dieciséis veranos conoció el infierno.
Y aquellos dolorosos momentos, las terribles marcas, las manchas impenetrables en el cuerpo, son los fantasmas que Salgado a venido arrastrando desde que pisó el exilio nuevayorkino por primera vez. Es un terreno difícil de otear. Son imágenes que se transmutan en íntimos espectros, guardados en lugares de dificultoso acceso, a donde pocos llegan. Ni los psicoanalistas mas atrevidos tienen semejantes llaves para tamañas puertas.
Las preguntas no pueden existir sin las respuestas. Y los fantasmas del dolor se guarecen de la indagación como inocentes culpables. Los fantasmas quedan depositados, escondidos en los baúles de la complacencia y la resignación.
Pero la complacencia, la resignación fueron palabras que Salgado desterró de su diccionario y en siete años de obstinada labor indagatoria – y varios viajes a Chile – encontró la llave y enfrentó a sus fantasmas. A todos ellos. Benignos y malignos.
Marianne llevó la cámara, Salgado la memoria, y el resultado fue un soberbio y conmovedor documental que ha sacado mas de una lágrima y hecho empuñar mas de una mano.
Las vicisitudes de la diligencia humana quedaron grabadas para la pantalla grande. Meticulosamente Salgado desgranó los pormenores y los protagonistas del caso conocido como Ancla Cinco de la Armada de Chile, guardó bajo siete llaves – como un invaluable tesoro de la memoria – una copia del documento completo de su propio Consejo de Guerra y el resultado fue un detallado organigrama humano de la represión, la tortura y la muerte; de una de las mas deplorables pesadillas humanas en la historia del puerto de Talcahuano.
Sus torturadores no lo reconocen y lo reciben en sus casas. En varias escenas Salgado golpea puertas, espera en calles, en estacionamientos. En otras es recibido con cortesía pero al final siempre es «expulsado» de las casas. Es una frenética búsqueda de respuestas. Algunos de sus torturadores lo incriminan, otros le piden disculpas y los más desgarradores dicen que lo harían de nuevo.
Un amigo le pide disculpas por haber entregado su nombre a los esbirros, un ex carcelero, se lamenta no haber dejado la celda abierta para que Fernando Moscoso «se escapara.» El juez naval que ordenó el fusilamiento de Moscoso, enfrenta las cámaras pero se esconde en confusos términos legales y acusa lapsos de memoria.
«Lo único que quise fue contar la historia… Nombres y testimonios. Ahí esta todo, el resto lo tiene que poner la justicia. Tal como un torturador me dijo a mi cara: ‘yo no soy juez.’ La justicia tiene que dejar la timidez y hacer su trabajo,» dijo Salgado.
«Cuando fui tomado prisionero sentí que había una cierta sed de venganza y odio por parte de mis torturadores. Mucho ensañamiento. Se sentían como que les había llegado su tiempo de vengarse por lo que les pudo significar el gobierno del Presidente Allende. Con este film jamás quise hacer lo mismo. La venganza nunca estuvo en mi,» dijo Salgado.
Por el contrario, lo más difícil del documental – cuenta Salgado – fue tener que enfrentarse a las familias de los oficiales y torturadores. «Ellos no son culpables y fue lo que mas me afectó,» dijo.
Frente a la tumba de su amigo Fernando Moscoso, condenado a muerte en el mismo caso y asesinado por un pelotón de fusilamiento a los diecinueve años de edad, Salgado hizo una silenciosa promesa. Si bien hasta el día de hoy los culpables no han sido enjuiciados, su documental es un gran paso adelante para dar a conocer el caso y forzar a la justicia para que se pronuncie.
Ficha Técnica
Circunstancias Especiales
(dir. Marianne Teleki. Chile/EEUU. 2006. Video. 73min.)
http://specialcircumstancesthem
Una película de Marianne Teleki y Héctor Salgado
Dirección y Producción; Marianne Teleki
Co-dirección y Co-producción; Jennifer Maytorena Taylor
Guión y Montaje; Shirley Thompson
Música Original; Manuel Meriño M. y Héctor Salgado
Co-producción; Deann Borshay Liem, Shirley Thompson
Producción Musical; Héctor Salgado
Cámara; Sebastián Moreno, Pablo Insunza, Andrew Black, Adrian Belic
Sonido; Juan Pablo Manríquez
Producción de Campo; Soledad Silva, Eduardo Lobos
Festival Internacional de Cine Viña del Mar:
http://www.festivalcinevinadelm
La Sala Cinearte- Viña del Mar. 226-9239/9238