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Lo que el viento se llevó

Economías devastadas

Fuentes: La Jornada en la Economía

La temporada de huracanes y tormentas tropicales ha sido especialmente severa este año. En la región del Caribe, cuya economía está fuertemente vinculada al turismo y la agricultura, los daños causados por los meteoros pueden alcanzar miles de millones de dólares. La ayuda ha ido llegando, aunque es insuficiente para compensar la destrucción de la infraestructura física y la base de provisión de los servicios sociales.

Desde los hoteles en las playas de Grande Anse, en Granada; en las refinerías de bauxita en Jamaica; por el Valle de Artibonite, el centro agrícola de Haití; en los vestíbulos de los bancos en las islas Caimán y en las tabacaleras de oeste de Cuba, éste ha sido un periodo de muchas dificultades para las economías del Caribe, tantas veces afectadas por fenómenos naturales.

Tras los daños ocasionados por las tormentas y los huracanes que han asolado la zona, muchas economías han sido afectadas por cientos de millones de dólares.

Aunque la ayuda ha ido llegando a muchos de estos países, no será suficiente para compensar el daño sufrido en los principales sectores productivos de la región, así como su infraestructura física y la base de provisión de los servicios sociales. Además de la tragedia que significa la pérdida de cientos de vidas, especialmente en Haití.

Los nombres de Mitch, Keith e Iris evocan amargos recuerdos en partes de México y de Cetroamérica por el daño humano y económico que los huracanes con esos nombres generaron en la zona.

Partes de Honduras y Nicaragua aún se están recuperando de la devastación causada por Mitch en 1988, uno de los más fuertes que han azotado la región.

Los efectos de los huracanes se sintieron en Costa Rica y Guatemala. La lluvia ha causado inundaciones y lodazales que cobraron cuando menos 10 mil vidas humanas y pérdidas millonarias con la ruina de plantaciones de café y plátano.

En 2000 Keith arrasó el norte de Belice y un año después Iris golpeó el sur del país. La península de Yucatán ha sido afectada también de manera frecuente.

Los pronósticos del clima ofrecen poco alivio a la zona amplia del Caribe. Incluso han predicho un incremento de la actividad de la temporada con más tormentas y de mayor intensidad.

Algunos líderes de los países caribeños estiman que el daño producido por la reciente secuencia de tormentas puede ser contenido. «Seremos capaces de encarar nuestras obligaciones externas», expresó Omar Davies, ministro de Finanzas de Jamaica.

«Esto no afectará gravemente al sector turístico», señaló Berthia Erle, presidenta de la Asociación de Hoteleros del Caribe. «Algunos países incluso tendrán la oportunidad de reconstruir y mejorar sus instalaciones.»

Mientras sectores, como el turismo, podrán aprovechar las ventajas de los seguros y las coberturas de reaseguro, otros tendrán que depender de la asistencia externa de emergencia y del paso del tiempo para recuperarse.

El huracán Iván se llevó techos y paredes de nueve de cada 10 construcciones en Granada. Los daños a los hoteles y la erosión de las playas impedirán durante muchos meses el alojamiento de turistas. No obstante, mayor daño a largo plazo será la pérdida de las valiosas granjas de nuez moscada, de la que Granada es segundo productor mundial de esta especia, después de Indonesia.

«Granada no tiene economía. La economía esta muerta», declaró Richardson Andrews, asesor de Keith Mitchel, primer ministro de ese país. «La isla no tiene nada que exportar ni con qué adquirir divisas.»

Mientras Haití trata de lidiar con la enorme cantidad de muertos en la ciudad norteña de Gonaives y sus alrededores, el gobierno evalúa los daños causados en el Valle de Artibonite, el granero del país. Es desde ahí de donde se alimenta el país, los funcionarios haitianos señalan que las primeras estimaciones del daño a la agricultura son inimaginables.

El sistema de emergencia cubano está mucho mejor organizado que en el resto de la región. Mientras Iván avanzaba en el extremo occidental de la isla, más de un millón de personas fueron evacuadas de las áreas que podían inundarse. Hubo, sin embargo, daños a la agricultura en Pinar del Río, centro tabacalero. La siembra no se ha iniciado aún, pero las instalaciones de curado de tabaco fueron dañadas.

El desastre causado por Iván a las Islas Caimán fue de consideración. Esta posesión británica es el !=quinto centro financiero off shore del mundo; hubo fuertes daños a los edificios y extensas inundaciones, junto con pérdida de energía eléctrica y de los sistemas de telecomunicaciones que llevaron al cierre de cientos de bancos en este territorio. Los proveedores de servicios públicos prevén que llevará semanas antes de que se repongan. Esto puede generar pérdidas de millones de dólares.

Pese a las predicciones de Davies de que Jamaica podrá pagar sus deudas, la agricultura está muy afectada. «No se exportará plátano en los próximos nueve meses y la industria azucarera perderá 25 millones de dólares este año», indicó Roger Clarke, ministro de Agricultura.

Los ojos de los huracanes Iván y Charley pasaron por la costa sur de Jamaica, generando leves daños a los centros vacacionales que están principalmente en la costa norte. Pero la industria de refinación de bauxita fue golpeada por Iván. Los calendarios de exportación de alúmina se han dislocado. Jamaica es el tercer mayor productor mundial de bauxita, detrás de Australia y Guinea.

La región está recibiendo ayuda de dentro y fuera. La Comunidad Caribeña (Caricom) grupo de 15 países que planea crear un mercado común, se propone emitir un bono mediante el Banco de Desarrollo del Caribe, anunció Edwin Carrington, secretario general del grupo.

La Caricom también busca apoyo para celebrar una conferencia de donadores internacionales para financiar la reconstrucción de sus miembros afectados, incluyendo Haití.

La Unión Europea y el Banco Interamericano de Desarrollo están proveyendo asistencia financiera de emergencia a los países más azotados por los ciclones. Otros apoyos han venido de Estados Unidos, Francia, Japón, Venezuela y México.

Los recientes huracanes han propiciado cambios en la industria mundial de seguros y reaseguros contra catástrofes naturales.

Seiss Reinsurance, la segunda mayor empresa de reaseguro, previó que las demandas por los daños que causó Iván podrían llegar a 80 millones de dólares. Con ello estiman que se encarecerán las pólizas contra catástrofes que habían estado cayendo recientemente.

La capacidad de las pequeñas naciones caribeñas para recuperarse de los desastres por los huracanes es limitada, porque la protección de los seguros es insuficiente, opina Trudy Teelucksingh-Ablack, gerente de Investigación e Inteligencia de Mercado de RBTT, conglomerado de servicios financieros basado en Trinidad.

«Estas son pequeñas naciones isleñas, y el impacto de los desastres naturales es devastador», señaló, y sugirió que la emisión de bonos de catástrofe y de títulos a futuro por desastres pueden ayudar a los países que enfrentan cada vez más resistencias de los aseguradores para ofrecer tasas competitivas de los seguros.

Patrick Antoine, comisionado de Comercio de Granada en Trinidad, expresa una preocupación de los países pequeños, como el suyo, que sufren daños por los huracanes. Muchos propietarios de residencias y comercios no cuentan con la protección de seguros, o en el mejor de los casos, están subasegurados.

Las alteraciones en los patrones climatológicos han ubicado a los países de Centroamérica y el Caribe y a la industria de los seguros en condiciones de crecientes riesgos derivados de las catástrofes como las tormentas y los huracanes.

Bill Gray, afamado pronosticador de huracanes, ha predicho un incremento significativo en la actividad de tormentas y huracanes en el Atlántico y el Caribe este año.

«Veremos daños causados por huracanes como nunca antes», anticipó Gray, de la Universidad de Colorado. Para este año ha pronosticado un aumento de 50 por ciento en esos fenómenos en relación con una temporada típica. Dice que habrá 14 tormentas y ocho se convertirán en huracanes, tres de los cuales serán muy poderosos».

Para los especialistas el patrón de desarrollo de las tormentas y huracanes en años recientes sugiere que el riesgo para la región aumentará en los próximos meses. Las tormentas tienden a desarrollarse cerca o bien en el Caribe, para desplazarse al oeste hasta llegar a América Central.

Los países centroamericanos, como los del Caribe que han sido duramente golpeados recientemente, miran por encima del hombro, mientras la temporada de huracanes se extiende hasta noviembre