«Nos dijeron cuando chicos, jueguen a estudiar, los hombres son hermanos y juntos deben trabajar… Oías los consejos, los ojos en el profesor, había tanto sol sobre las cabezas y no fue tan verdad porque esos juegos al final terminaron para otros con laureles y futuro y dejaron a mis amigos pateando piedras…» (Los Prisioneros*) […]
«Nos dijeron cuando chicos, jueguen a estudiar, los hombres son hermanos y juntos deben trabajar… Oías los consejos, los ojos en el profesor, había tanto sol sobre las cabezas y no fue tan verdad porque esos juegos al final terminaron para otros con laureles y futuro y dejaron a mis amigos pateando piedras…» (Los Prisioneros*)
Los días lunes nos formábamos puntualmente a las ocho de la mañana en el patio de la escuela, hasta que por los viejos parlantes emergía el acorde militar.
Largas hileras de niños desfilaban por el cercado escolar con el dedo pulgar escondido sobre las palmas aún no desarrolladas por completo. También se escondían los miedos bajo una cara prestada por las circunstancias marciales que rodeaban el entorno.
A la orilla de ese rebaño de ovejas obligadas se paseaba el pastor militar, director general del colegio. Poco faltaba para que llegaran los 90 y este insigne encargado educacional azotaba sus dos grandes palmas de indio mestizo vendido contra las caras y orejas de aquellos que no inflaran suficientemente el pecho o que no levantaran elásticas sus piernas al son marcial. Su especialidad era el rodillazo en los muslos cuando la postura era floja civil laica terrenal.
Ahora, ciertos hábiles entes han entendido que ese sistema opresor directo sólo genera rebeldía. Y han, en su infinita sabiduría, cambiado ciertos conceptos y reglas para suavizar y liberar ciertas tendencias, modas y maneras de ser y así darle un aire de modernidad al ambiente. El pelo puede ser largo y el uniforme escolar puede presentar ciertas líneas de extravagancia que no son motivo de reprimendas o sanciones. La música militar y su infinito aporte a la cultura musical han sido reemplazados por otros acordes con la misma contribución. Absolutamente nada. Entonces, entre los más distintos estilos artísticos destaca la misma característica. La superficialidad y el nulo respeto o interés por todo aquello que no sea el provecho personal.
Lo que no ha cambiado, a pesar de nuevos libros, nuevas reglas, nuevos profesores, nuevas tendencias es la manera de enseñar, la manera de guiar al educando.
La superficialidad de los tópicos a aprender, la tergiversación de las causas de cientos de hechos históricos, la poca profundidad del análisis, el nulo o poco respeto por las ideas propias, por la propia y personal interpretación de la realidad o circundante o pasada. El desmedro por el análisis crítico del entorno. El alto pago salarial escolar en notas a aquellos que repitan como loros en deterioro de aquellos que promulguen sus propias ideas.
El nulo control o fiscalización de aquellos que enseñan. La inexistente investigación acuciosa de los profesores que se sientan al frente de una sala de clase. Y así encontramos maestros drogadictos, sicópatas, machistas, neuróticos, violentos, sexistas, de tendencias racistas, nazistas y de un cuanto hay. ¿El sujeto que juega a ser conductor de conocimientos realmente sabe de pedagogía, de didáctica? ¿O sólo es otro más que entre nepotismo y necesidad tomó la vacante ofrecida por el tío o el amigo?
Las mismas viejas promesas pero en bocas nuevas recorren las aulas. Aún los estudiantes pasan de estar hacinados en sus casas pobres a estar hacinados en el transporte público (que es privado) a estar hacinados en las salas de clases.
En el invierno el frío enseña más de pobreza y cifras económicas que todas las asignaturas juntas, porque mientras el profesor habla, los pies murmuran un susurro helado de pobreza.
Entre ratones, ventanas rotas, puertas inservibles, mesas desgarradas, baños repugnantes, sillas cojas, meriendas miserables, profesores explotados y exprimidos con horarios de negreros, nuestras mejores semillas son regadas con el agua turbia de las mentiras y promesas falsas.
Entonces, si la educación es el proceso mediante el cual se trasmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de desenvolverse en la sociedad, muchas lacras, muchos vicios son producto directo de una educación mediocre o nula.
Sí a través de la enseñanza se repiten las visiones de generaciones anteriores sobre los actores presentes, eso explicaría el círculo vicioso de cientos de taras repetidas una y otra vez cuando la educación ha sido desatendida.
Así hallaríamos por ejemplo que un niño que estudia historia entenderá que en ciertos períodos, ciertos militares pueden asesinar seres humanos a diestra y siniestra sin ningún castigo real. Y quizás piense que así es la vida, así se desarrolla la sociedad o quizás idealice a personajes como estos y quiera ser uno de ellos cuando crezca. El análisis demuestra que ante una educación pobre se exacerban los conflictos e injusticias sociales que detrás de esta problemática se esconden y operan intereses económicos y formas de producción pilotadas por empresarios, capitalistas y abusadores escondidos en los más diversos disfraces sociales y políticos. Entonces, un pueblo ignorante es más fácil de explotar y controlar. Las ideas, los pensamientos y las sensaciones quedarán regidas por pequeños fantasmas y diminutos dioses locales que viven en las cabezas de personas, que interpretarán la realidad desde sus muy subjetivos puntos de vista, sin ningún tipo de fundamento científico o técnico. Entonces escuchar expresiones fatalistas y de acentos de tragedia griega como; No importa el gobierno que esté, hay que trabajar igual, el pobre nace pobre y muere pobre, el pobre no tiene cabeza para el estudio, son moldes y paradigmas sociológicos implantados por estructuras económicas y políticas que toman y retoman ventaja de vastos sectores que están ajenos al conocimiento.
A pesar que la educación es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y en la Convención sobre los Derechos del niño de 1989, y que es el instrumento jurídico con más ratificaciones en toda la historia, todavía 125 millones de niños no van a la escuela y existen casi 900 millones de analfabetos en el mundo en la actualidad.
Un tanto decidor en lo práctico resulta un extracto del artículo 28 y 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño, aunque a nivel de Derecho Internacional, las convenciones, declaraciones y pactos no sean más que letra muerta para muchos países. Artículo 28.
1-Los Estados partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho deberán:
– Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos.
– Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas tales como la implantación de la enseñanza gratuita…
– Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados. Artículo 29.
1-Los Estados partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:
– Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño.
– Inculcar al niño el respeto de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
– Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural. Uno podría entender que una y otra vez ciertos gobiernos hacen gárgaras con el tema de la educación pero sólo como mera parodia adquirida de sus antecesores o para ganar un par de votos en la subasta política del momento. La solución está ahí sobre la mesa, pero eso implicaría arrebatar jugosas ganancias a todos aquellos que viven y profitan del «negocio» de la educación, es decir, Universidades privadas, colegios privados, escuelas privadas.
De esta manera, el producto envasado y vendido en la última elección usará su cargo en el parlamento o en el senado, para defender sus intereses y los intereses de quienes lo instalaron allí.
Sabe como solucionar el problema pero, debido a su infinita ambición y avaricia esgrimirá incontables cuentos y patrañas que se resumirán en eternas postergaciones o insuficiente quórum político como para agregarle impuesto a las trasnacionales que se roban el suelo a pedazos de los países o generar un ejército profesional y voluntario que no funcione como parásito que despilfarra preciosos recursos y que estira la mano una y otra vez para aceptar dinero de ese mismo estado que tanto desprecia.
Entonces, es suficiente que ahora sepamos reemplazar la X en un contrato de trabajo por nuestros nombres y apellidos. Ser analfabetos funcionales al sistema es lo más conveniente.
Es casi de perogrullo, pero el asunto radica en que una parte pequeña de la sociedad que posee los recursos, los medios de producción, los látigos y los garrotes no quiere por ningún motivo que grandes sectores aprendan. De esa manera, esos incultos y mal educados serán simples burros de cargas donde ellos serán los jinetes delicados que indicarán el rumbo a seguir. Y es muy obvio, que siempre el rumbo será ese que conlleva y lleva hacia sus propios intereses.
Y esa minoría tiene claro que la Educación es un poderoso motor del desarrollo humano porque a través de el se favorece la justa distribución económica, el crecimiento espiritual, intelectual, artístico, profesional, la participación general en las decisiones de una nación, el ser capaces de defender sus creencias, sus opiniones y derechos. Pero, este sector insiste en marcar con un fierro candente sobre la frente de los niños su amada trilogía de explotación; oscurantismo, brutalidad e ignorancia. Trípode distinto en el cual acomodarán a sus adorados niños. Paidagogos era el antiguo esclavo griego que traía y llevaba chicos a la escuela, de allí proviene la palabra pedagogía. Ahora, en la actualidad es el mismo tipo de esclavo que lleva a sus propios hijos a la escuela, de allí, de esa calidad de esclavo provienen esa ingente cantidad de males. Si el padre fue esclavo, con la ayuda de un sistema económico ruin y usurero, el hijo será otro esclavo.
Y ahora que han forrado el garrote de terciopelo, ahora que cada vez es más claro que sólo quieren ganado ignorante para faenarlo en esa carnicería capitalista que maneja los discursos, las palabras y los cuchillos cuando algún rebaño pretende cuestionar su destino, es cuando más juntos y unidos deben permanecer todas aquellas instancias que luchan por una educación digna y gratuita.
«A otros dieron de verdad esa cosa llamada educación, ellos tenían esfuerzo, ellos tenían dedicación, ¿y para qué? Para terminar bailando y pateando piedras»*
Me imagino una escuela agradable, tierna, que sea un segundo verdadero hogar para los niños, no un reformatorio de quinta categoría, no una fábrica de complejos y trancas, no una peluquería fascista donde te laven el cerebro todos los días. Donde los niños despierten temprano y felices al saber que pueden ir al colegio una vez más.
Y las palabras me empujan la certeza que ciertas medidas quizás serían tremendamente significativas para el buen y armonioso desarrollo de cualquier sociedad. Desde el primer año de escuela contemplar ciertas materias, ciertas asignaturas como básicas, obligatorias, obvias, evidentes, imperecederas, impostergables, inamovibles, hermosas.
Derechos Humanos. Introducción., orígenes, tratados, la tortura como aberración humana, los malos tratos como falta grave y todo lo que tenga que ver con el respeto a la vida. ¿Cuántos torturadores nos podríamos quizás evitar? Si alguien les hubiera enseñado desde niños acerca de ese preciado tesoro que es la vida, la dignidad y la integridad de un ser humano. ¿Cuántos mercenarios, sicarios y legionarios nos podríamos evitar? Si se les hubiese enseñado desde niños el respeto a la vida y a la auto-determinación de los pueblos y las ideas por sobre las monedas y el dinero.
Quizás así no veríamos a nuestros padres y vecinos pegándoles a sus mujeres.
Quizás sabríamos que la educación, los servicios básicos, la vivienda por ejemplo son Derechos Humanos básicos y no solamente eso que compete a guerras, tratos crueles e inhumanos.
Ecología. Introducción. Inicios, umbrales, conceptos básicos y avanzados. Mientras el respeto a los seres humanos debería ser piedra angular donde se esculpan los conceptos, el respeto a los animales, árboles y flores como nuestros hermanos menores debería ser la otra pierna que nos hagas caminar rectos por la vida. El respeto a sus casas, a sus ecosistemas, a su entorno. El beso honesto de la lluvia, el susurro marino, el sabor de los lagos y los ríos sobre nuestros alimentos.
Que la solución no pasa por el eterno reciclaje de productos, sino por la digna clara honesta fiscalización de aquellos que no importándoles nada destruyen todo a su paso por ganancias y más ganancias, como por ejemplo las Forestales.
¿Cuántos fracasos y depredaciones ecológicas se podrían evitar? Si les enseñáramos a los niños por ejemplo, a votar por aquellos que contemplen en sus discursos el más irrestricto respeto a la naturaleza. Quizás esos pseudo- servidores públicos no venderían nuestra nación por un manojo de monedas sin importarles las debacles ecológicas que se ciernen sobre los suelos.
Quizás la peste negra ahora no se llamaría Contaminación y Polución.
Cultura Originaria: La enseñanza primordial y básica con respecto a los pueblos originarios de cada país. Su historia, sus costumbres, su valor, actuación y contribución histórica, la obligatoriedad del aprendizaje del idioma nativo de los grupos más destacados. El respeto a las diferentes culturas aborígenes de cada región y de cada país. La revalorización de los tremendos aportes de cientos de culturas a la civilización actual y su desarrollo.
¿Cuántos asesinatos, robos, saqueos, pillajes, rapacerías se podrían evitar? Si se les enseñara desde temprano a los niños a querer y respetar sus propias raíces culturales y no cambiarlas por dólares manchados de sangre como en el caso de Chile, Uruguay, Argentina, Ghana, Nigeria etcéteras.
La creación de agrupaciones que trabajen por el rescate y defensa de los Pueblos Originarios en cada país.
Educación sexual: Si antes que llegarán las primeras poluciones nocturnas o la primera menstruación hubiese una, por lo menos, básica educación sexual, se podrían evitar mil sinsabores. Empezar enseñando conceptos básicos de anatomía. Que palabras como clítoris, glande o punto G no hagan ruborizar o escandalizar a nadie. Conceptos básicos de sexualidad, preludios amorosos, posiciones, multi orgasmos, anorgasmia, eyaculación precoz sean de amplia cultura popular y no temas tabú. La prevención del embarazo no deseado, (saltándome el punto que en países como Chile el porcentaje de mujeres insatisfechas sexualmente llega hasta casi el 70%) debería ser tarea de todas las instituciones. Porque si la iglesia no quiere preservativos o píldoras, que mande a un par de monjas o sacerdotes a explicar alguno de los religiosos y sacrosantos métodos naturales como el Ogino-Knauss o el de temperatura basal a los colegios. O que venda alguna de sus miles de propiedades y riquezas y las done a todas aquellas madres que por respetar la divina providencia no usaron ningún método anti conceptivo y amamantan a sus hijos entre leche, sangre y sudor.
Si hubiese una educación sexual mínima y temprana entre los niños, se podrían evitar cientos de ultrajes, violaciones, desviaciones, y un sinfín de frustraciones y fracasos.
Quizás se podría evitar el fenómeno de «las arañitas» en Chile. Niñas de 14 años embarazadas, sin ningún tipo de educación, escalando altos edificios para poder robarse algo para comer y alimentar sus precoces regazos.
La unión entre homosexuales, el respeto a las lesbianas y la tolerancia para con otras alternativas sexuales que no sean la heterosexual serían conceptos inherentes y básicos.
Talleres de auto-organización: Que los propios alumnos decidan como quieren ser regidos, que puedan opinar en cuanto a los procesos de selección, de notas, de asignaturas, en el centro de padres y apoderados, en las rectorías, en las materias a seguir. Que el centro de alumnos sea una pirámide invertida donde todos se sientan representados y activos actores de cambios, sugerencias e ideas. Que aquellos conocimientos que se aprenden en alguna institución sean esparcidos por entre la comunidad por los estudiantes. ¿Cuántos jóvenes enseñan en sus barrios lo que aprenden durante el día en alguna institución?. Que cese el egoísta espíritu de clan secreto de algunos, de logia hermética que rehúsa ser un actor social que ayuda a cambiar y mejorar a los demás y su entorno y que en el caso de ayudar sólo lo hace como aventura los veranos a modo de pasatiempo o sólo de pequeños burgueses gentil hombre.
Que la participación en las decisiones sean profundas, humanas y progresistas y no un mero trámite burocrático para empolvarle de maquillaje democrático la cara de alguna instancia educacional.
Las sugerencias e ideas podrían ser infinitas si uno se pone a pensar en como mejorar la educación que se imparte en un país. Lo cierto es que falta voluntad política. Pero no de los políticos que merodean cual zánganos la colmena estatal. Sino de nosotros mismos, inmiscuirnos más en todo aquello que tenga que ver con el mejoramiento de una sociedad, donde lo más elemental y primario es la educación.
Como muy sabiamente decía el historiador inglés Arnold Toynbee, «El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que si se interesan»
Sin embargo, no basta con la voluntad política de algunos o la buena voluntad de otros. En esto debe primar un sentimiento, una actitud de profundo entendimiento y de estremecimiento al respecto y que esto desemboque en un gran movimiento de la más amplia gama de organizaciones y personalidades las cuales se olviden de intereses particulares, personales, o partidarios y generen en forma honesta, decidida y valiente por un cambio radical o el rompimiento de un sistema económico que sólo contempla la explotación como máxima prioridad en desmedro de la educación a modo de ejemplo.
Es entonces que acciones realizadas por miles de escolares en pos de mejorar una educación asquerosamente miserable, es de vital importancia, es por eso que cuando un ramo de valientes jóvenes se toman un ministerio de educación, no sólo lo están haciendo por ellos mismos, sino que lo hacen por esos millones de niños sin educación en América latina por ejemplo, lo hacen a sabiendas que su lucha, su esfuerzo será el fruto hermoso y limpio que otras generaciones disfrutarán.
Ya tuvimos y tenemos suficiente con esos viejos métodos cavernarios divulgados por la cultura burguesa que martilla amañadas respuestas que nadie le pide en desmedro de las propias preguntas.
Una educación que no busque permanentemente la liberación y emancipación del ser humano no es más que conocimiento enlatado con la fecha vencida, y por sobre todo, derrotada.
Y es que hay ciertos seres humanos que anhelan instrucción y educación como un mero trampolín de vanidades e intereses económicos. Se aprende para disfrutar de lo material, se eligen carreras sin vocación por sobre los principios, el título más parece el de un señor feudal que puede pasearse galano por entre los pobres ignorantes siervos. Porque existen de aquellos que se solazan y regocijan de la ignorancia de los demás. Jamás moverán un dedo por ayudar a educar o ilustrar al resto. Y así nos encontramos con ricos con una alta educación, pero que son unos patanes mediocres que sólo saben de números y recetas y fórmulas ajenas sólo para conseguir ese norte metálico para el cual fueron, más que educados, sino amaestrados. Y por el otro lado pobres, que como dignas excepciones lograron salvar esa barrera de inequidades y se graduaron de esto o lo otro, pero, pero el conocimiento que tienen lo usan para sentirse eternamente superiores, enrostrarle al vulgo toda su podredumbre y falta de espíritu. Si ellos pudieron, es que se puede, no entendiendo que no todos somos iguales o que la regla de educación sólo para los que puedan pagarla también tiene sus excepciones. El día en que la Educación se digna y gratuita, las cosas serán como en Cuba, donde uno conoce a un Doctor y nadie se asombra. No será como en aquellas aldeas-países de Latinoamérica que el título de Médico representa una especie de ser sobrenatural, un ser celeste que camina por entre los mortales. El ser abogado o ingeniero o psicólogo será la cosa más normal del mundo, no un privilegio ostentado sólo por los ricos.
Quizás ese día escucharemos a algún senador o presidente hablar correctamente y no comerse las eses, tal vez ese día aprenderán esos chabacanos con poder a modular y usar un vocabulario decente. Quizás ese día dejemos de leer porquerías en esos pasquines estatales que sólo saben de vulgaridad y banalidad, quizás ese día dejaremos de ver esa enorme cantidad de basura que arrojan sobre los ojos desde la televisión. Aún los cuadernos dibujan flores que al parecer nunca germinarán, aun huele a neumático quemado en los uniformes escolares, aún destilan agua estatal policial los zapatos rotos.
Aún la semilla espera paciente detrás del pupitre ensangrentado y olvidado