Arévalo Méndez es el embajador de Venezuela en España. Hace dos semanas visitó Asturias para reunirse con el presidente autonómico, Vicente Álvarez Areces, que encabezará la delegación institucional asturiana que, junto a otra empresarial, visitará tierras venezolanas en diciembre para explorar las posibilidades comerciales en el país latinoamericano. Méndez también se entrevistó con responsables de […]
Arévalo Méndez es el embajador de Venezuela en España. Hace dos semanas visitó Asturias para reunirse con el presidente autonómico, Vicente Álvarez Areces, que encabezará la delegación institucional asturiana que, junto a otra empresarial, visitará tierras venezolanas en diciembre para explorar las posibilidades comerciales en el país latinoamericano. Méndez también se entrevistó con responsables de Duro Felguera y Hunosa.
-¿Qué intereses comparten Asturias y Venezuela?
-Allá ya hay empresas como Duro Felguera que comienzan a hacer ahora la inversión más importante que ha habido en Venezuela en materia de procesamiento del acero. A partir de eso, seguro que se abrirán nuevos campos. En Venezuela, en materia de acero, aluminio y petroquímicos hay un potencial enorme, la fuente de energía fósil es inagotable. Si hay empresas asturianas interesadas en ir o consolidarse, nosotros ofrecemos proveer de materia prima, y hay otra serie de condiciones propicias para la inversión en el país: condiciones legales que propician que cualquier empresa pueda ir, la disponibilidad de energía abierta y facilidades en materia de impuestos o disposición de parcelas industriales en zonas especiales.
-Su país celebra elecciones presidenciales en diciembre. ¿Volverá a ganar Chávez?
-No hay duda de quien va a ganar. La única duda es si va a ser con diez o con ocho millones de votos. Se seguirá con el proyecto de Chávez: tras ocho años de haberse iniciado una transformación profunda de nuestra base jurídica, legal, política y cultural, empezamos a ver la luz al final del túnel. Tras más de 150 años de una terrible pobreza y mengua social, hay cifras concretas.
-Explíquese.
-Hablo de cifras que no las da nuestro Gobierno, sino organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reconoce que hay una transformación profunda en nuestro tejido socioeconómico. Y, por supuesto, hay una sociedad que demanda una economía enfocada hacia el ser humano: este es nuestro proyecto, de corte eminentemente socialista.
-¿Se ha reducido la pobreza?
-En ocho años se ha logrado rebajar en 10 puntos la pobreza y la pobreza extrema. Los ingresos familiares han subido y las clases más desfavorecidas están recibiendo, al menos, lo básico que es obligación del Estado. Estamos desarrollando infraestructuras médicas y más del 60 por ciento de los venezolanos ya estamos incluidos en esa red pública, 16 millones de venezolanos están estudiando… Eso se llama inclusión social, el gran objetivo. Otro reto es acabar con el latifundio.
-Sus relaciones con Estados Unidos son horribles. Chávez dedica discursos enteros a atacar al Bush, a «míster Danger», como él le llama.
-Sí, el diablo… Estamos esperando que la derrota de los republicanos en estas elecciones sea arrolladora. Estamos seguros de que la derrota va a influir en las próximas presidenciales en EE UU. Y si ya no está Bush, vamos a tener las mismas relaciones que teníamos con el presidente Clinton.
-¿Eran mucho mejores?
-Con Clinton hubo muchas diferencias, pero nunca a él se le hubiera ocurrido enviar barcos a apoyar el golpe de estado en Venezuela como lo hizo el señor Bush, ni financiar a grupos extremistas de derecha en Venezuela, eso no lo hizo el señor Clinton…
-Chávez ha visitado muchas veces a Fidel Castro desde que se puso enfermo…
-Y seguirá visitándolo.
-¿Hablan del futuro de Cuba cuando falte Castro?
-No puedo hablar por otros… En Venezuela estamos agradecidos por el esfuerzo que Cuba hace para proveernos de elementos en materia de desarrollo social, en salud y educación. Si no hubiese sido por su ayuda, no hubiésemos salido de ese atolladero centenario….
-Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia… Hablan ustedes del «despertar» de Latinoamérica.
-Sin duda. El problema es que alguna prensa en Europa se muestra incapacitada para entender este proceso. Y no lo van a entender nunca. Para entender Latinoamérica hay que ir allá y vivir esa realidad de pobreza, de exclusión, de atropello, de abuso, de latifundio, de epidemias, de hambre, de indígenas tirados a un lado como si fueran seres virtuales… Esa realidad está cambiando.
-¿En qué se nota?
-Yo puedo hablar por Venezuela. Quien visite el país tiene que visitar nuestros indígenas, nuestros cerros, para darse cuenta de una realidad cambiante, que está allí y lanzando gritos que dicen que en Latinoamérica sí son posibles los cambios. Hay un proceso que no sólo está permitiendo que cada país resuelva sus problemas. Lo más importante es que los pueblos, sobre todo las mayorías más desfavorecidas, adquieren conciencia de que ellos son promotores de su propio espacio de vida, diseñadores de su propio proyecto de convivencia social. Y esto es indetenible: cuando los pueblos se permiten por primera vez salir a la luz y darse cuenta del potencial que tienen de cambio, eso es irreversible y no lo detiene nadie.
-Pero el desarrollo económico parece complicado cuando se plantea en oposición a potencias como Estados Unidos…
-Los Estados Unidos tendrán que aprender y aprehender que hay cambios en Latinoamérica sorpresivos, inesperados e inmanejables por ellos. Ver esa escena amaneciendo el 13 de abril de 2002 en Venezuela, con un pueblo cargando a hombros a Hugo Chávez, regresándole al poder, fue un mensaje muy claro para los Estados Unidos. Marcó un hito histórico, nunca ocurrió nada semejante…. Vamos a estar claros: todos los golpes militares en Latinoamérica desde los años cincuenta -perdón, en Venezuela, desde la aparición del petróleo- han sido promovidos por el departamento de Estado.
-¿De Estados Unidos?
-Sí. Todos sin excepción. Eso está cambiando. Los Estados Unidos, tras el glorioso amanecer del 13 de abril, han entendido que, al menos en el caso de Chávez -no le voy a hablar de otros sitios-, tendrán que matarlo para sacarlo. No tenemos duda de que el departamento de Estado, el comando Sur y la misma Casa Blanca están promoviendo el magnicidio contra el presidente Chávez.
-Está claro que sus relaciones con Norteamérica no van a mejorar en un futuro próximo.
-Tienen que aprender. Este proceso es irreversible y creo que lo mejor que pueden hacer es ponerse a estudiar Latinoamérica, a interpretar los nuevos tiempos y vamos a asociarnos en buenos negocios. El mejor negocio que los Estados Unidos pueden hacer a partir del 13 de abril en Venezuela es respetar. Claro que exigirle respeto al imperio es como pedirle, como dice el candidato de la oposición venezolana, «peras al horno». Pero nosotros estamos exigiendo soberanía, respeto, igualdad de condiciones y de ahí no nos van a sacar.
-A Cuba se le reconocen sus avances sociales en educación y sanidad pública, pero no hay libertades. Es una dictadura.
-El sistema político cubano no tiene que ver con el nuestro. Si tuviésemos que reclamarle a Cuba que nos respetara, lo haríamos, pero somos preservadores sagrados del principio que asiste a todo pueblo a darse el Gobierno que más le convenga. Así que no tenemos ninguna crítica. A nosotros para nada nos gusta el sistema norteamericano, es excluyente y hambreador. No nos gusta el sistema norteamericano, con 40 millones de pobres, con pobreza extrema como no la hay en Venezuela en este momento.
-Le pregunto por Cuba y vuelve a Estados Unidos…
-Hablar de Cuba sin hablar de los Estados Unidos es imposible.
-¿Temen Venezuela o Bolivia un bloqueo norteamericano?
-El bloqueo y el veto fíjese lo ilegal y lo atroz que está siendo en estos momentos con nuestra candidatura al Consejo de Seguridad… Y nos han bloqueado la adquisición de aviones y barcos…
-Han anulado un pedido de aviones hecho a España. ¿Cuál es el motivo, que no apoyara la candidatura de Venezuela en el Consejo de Seguridad?
-No, no tiene nada que ver.
-¿Las relaciones con España son buenas?
-Buenas y tendentes a mejores.
-¿Desde que está Zapatero?
-Al inicio de nuestro Gobierno, con Aznar había una buena relación. De repente, transformó su discurso y su mensaje, invitando al presidente Chávez a que se olvidara de los países pobres de Latinoamérica y se uniera a los grandes. Por poco quería llevárselo a las Azores….