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El borrador de la ley de hidrocarburos abre a compañías locales y extranjeras la explotación del petróleo

EEUU mantiene sus pretensiones sobre el petróleo iraquí

Fuentes: Asia Times

Traducido para IraqSolidaridad, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens y Paloma Valverde

Washington en general, y el presidente George W Bush y el vicepresidente Dick Cheney en particular podrían aplicar todos y cada uno de los trucos posibles de contorsionista en la agenda geopolítica para salvar la piel en Iraq, y las razones no son enteramente políticas.

Además del informe recientemente dado a conocer por el Grupo de Estudio de Iraq (GEI), ningún otro informe de la cúpula de Washington (Pentágono, Departamento de Estado, o de los estrategas) considerado por la Casa Blanca se puede desviar mucho del GEI. No puede haber una fecha segura para la retirada completa de EEUU porque todo depende de la nueva ley iraquí aprobada sobre petróleo y de que las tropas estadounidenses sean capaces de defender la gran inversión en petróleo.

Otra vez se trata del petróleo. El tándem Bush-Chenney fue a Iraq para robar aquellas fabulosas reservas costara lo que costase. El único medio para una solución global a la tragedia iraquí sería que el gobierno de Bush renunciara al petróleo -sin precondiciones, convirtiendo a EEUU en un intermediario honrado. Los verdaderos políticos saben que esto no va a ocurrir.

Todo lo contrario, el GEI se muestra explícitamente a favor de la privatización de la industria petrolífera de Iraq -para beneficio del gran negocio anglo-estadounidense del petróleo- tras la entrada en vigor de la nueva ley sobre el petróleo, cuya aprobación estaba inicialmente prevista para este mes por el Parlamento iraquí.

La panacea de las panaceas

Para el negocio del petróleo, la nueva ley es la panacea de las panaceas: una vez con la explotación de los fabulosos recursos de Iraq en el bolsillo, «la seguridad» es sólo un detalle menor. Véanse las tan cacareadas disposiciones del GEI sobre la permanencia de las tropas estadounidenses hasta una fecha desconocida, no para proteger no a la población iraquí, sino los supremos intereses del negocio del petróleo. Esto es verdaderamente lo que el codirector del GEI, James Baker, quiere decir cuando dice «transición responsable».

Según la información disponible, el primer borrador de la posguerra de Iraq de la ley de hidrocarburos propone, por primera vez, permitir a las compañías locales y extranjeras llevar a cabo la explotación del petróleo en Iraq. Dow Jones Newswires avanza que el borrador de la ley estipula que el ministro del Petróleo «[…] deberá establecer un comité formado por expertos altamente cualificados para acelerar el proceso de emisión de ofertas y firma de contratos con compañías petroleras internacionales para desarrollar los campos de petróleo iraquíes no explotados».

La ley, que ha sido diseñada por un comité gubernamental, también señala que todas las cuestiones relativas a la explotación del petróleo y del gas, la producción y el transporte las debe gestionar el gobierno federal, algo a lo que los responsables kurdos en el norte de Iraq se resisten. Se ha citado a Nechirvan Barzani, el primer ministro de la región kurda, afirmando que las conversaciones que mantuvo con el gobierno de Bagdad no han logrado un acuerdo sobre sus exigencias para controlar los recursos petrolíferos en la región. «[…] Exigimos que la firma de contratos para explotar los campos de petróleo en Kurdistán se gestione en la región del Kurdistán», manifiesta.

Iraq necesita compañías internacionales para invertir unos 20 mil millones de dólares para aumentar la producción de crudo hasta tres millones de barriles al día por encima de los dos millones actuales.

Pepe Escobar es periodista y escritor estadounidense.

English: Texto original

Enlace a IraqSolidaridad:
http://www.iraqsolidaridad.org/2006/docs/econ_21-12-06.html

Paloma Valverde es miembro de IraqSolidaridad y Rebelión. Manuel Talens es miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente con fines no lucrativos, a condición de respetar su integridad y de mencionar a su autor, a los traductores y la fuente.