El gobierno egipcio de Abdel Fattah El Sisi, en un enorme esfuerzo por tratar de sacar del estancamiento y la crisis al país, ha apostado por un viaducto de 72 kilómetros que se encuentra en parte a lo largo del Canal de Suez, el cual permitirá reducir […]
El gobierno egipcio de Abdel Fattah El Sisi, en un enorme esfuerzo por tratar de sacar del estancamiento y la crisis al país, ha apostado por un viaducto de 72 kilómetros que se encuentra en parte a lo largo del Canal de Suez, el cual permitirá reducir el tiempo de espera de los buques, ahorrar combustible y aumentar los ingresos por peaje.
La obra, bautizada como Canal de Suez Axis traza una parábola en dos puntos del canal original y aunque estaba programada para ser terminada en tres años, el plazo se redujo a solo uno, por petición expresa de El Sisi para tratar de incrementar los ingresos a la estancada economía motivada primero por la aplicación de amplias medidas neoliberales, y años de inestabilidad política desde que el presidente Hosni Mubarak fuera expulsado del poder en 2011 tras revueltas populares.
Para la nueva vía se construyó un canal de 37 kilómetros, y se profundizaron y alargaron 35 kilómetros del ya existente, con el fin de reducir la duración de los trayectos de los barcos, pues hasta el momento la travesía se realizaba en algunos lugares en una sola dirección lo cual alargaba las estancias de los buques en el recorrido.
Esta infraestructura forma parte de un amplio plan de desarrollo de la zona que circunda el canal, para hacer de ella una plataforma comercial e industrial, creando puertos y servicios para el transporte marítimo.
Los primeros buques que realizaron la reciente prueba, con matrículas de Liberia, Luxemburgo, Singapur, Bahrein y Hong Kong, atravesaron el pasado sábado 25 de julio el canal.
Los barcos que navegaban del sur al norte llevaban bandera de Singapur, Luxemburgo y Bahrein; mientras que los que iban en dirección contraria tenían pabellón de Liberia, Singapur y Hong Kong.
Para el venidero 6 de agosto está programada la inauguración oficial en una ceremonia a la que han sido invitados jefes de Estado de todo el mundo.
La flamante infraestructura se integra a un amplio plan de desarrollo de la zona que circunda el canal, con amplia plataforma comercial e industrial, que brindará en sus puertos todos los servicios al transporte marítimo.
Las autoridades egipcias recaudaron 7 900 millones de euros (9 000 millones de dólares) para la construcción de todo ese andamiaje mediante la venta de participaciones a inversores locales.
Cálculos oficiales estiman que una vez a plena actividad, duplicará los ingresos anuales que aporta Suez, al pasar de los 5 300 millones de dólares previstos para finales de 2015 a 13 200 millones de dólares en 2023.
El Canal de Suez
Es una vía artificial de navegación de 163 kilómetros de longitud que conecta el mar Mediterráneo con el mar Rojo a través del istmo de Suez, ubicado en la península del Sinaí, y posibilita que los barcos no tengan que bordear el continente Africano como lo hacían dos siglos atrás cuando deseaban ir de Europa a Asia.
Está localizado en una zona estratégica y es el canal más largo del mundo. Su recorrido se aproxima a una línea recta hasta el lago Timas; de allí un corte lleva hasta los Lagos Amargos y otro corte final conduce hasta el Golfo del Suez.
Cerca de 30 000 buques atraviesan sus aguas cada año, con cargas entre 300 y 400 millones de toneladas.
Este canal tiene también una gran importancia debido al petróleo que hay en la región del Golfo donde existen países que son grandes exportadores de crudo. El traslado del combustible hacia el este de Europa se hace a través del Canal de Suez. Debido a su estrechez, gran parte del recorrido tenía una sola dirección.
Esta vía marítima desempeña un papel esencial en el comercio mundial pues a través de él pasa el 15 % de los productos que mueven la economía del planeta, el 28 % del petróleo de importación y el 41 % del volumen total de mercancías que llegan a los puertos de Arabia.
Desde épocas faraónicas, aproximadamente en los siglos 20 y 19 antes de Nuestra Era, existió el deseo de crear una conexión entre el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo.
Fueron muchos los que a lo largo de estos años trataron de poner en ejecución su trayecto, hasta que se logró inaugurarlo en 1869.
Pero retornemos nuevamente al Egipto moderno cuando a partir de los años 90 del pasado siglo, después de una fuerte crisis financiera, el país árabe abrió completamente sus puertas a una economía de libre mercado y de privatizaciones que atrajo a las inversiones extranjeras y beneficiaron a varios sectores de la población.
Surgieron por sus ciudades modernos complejos comerciales y residenciales, expresión de las pujantes clases alta y media que incrementaban sus capitales. Pero esa exuberancia no llegaba al grueso de su población constituida por 84,5 millones de habitantes.
Según el FMI, Egipto es la cuarta economía del Medio Oriente con un PIB de 247 000 millones de dólares y sus sectores vitales son el turismo y los servicios que cobra por el paso de embarcaciones por el Canal, en su mayoría petroleras que transportan crudo hacia Europa.
El Cairo representaba para la propaganda occidental uno de los mejores ejemplos sobre las virtudes que conllevaban la aplicación de políticas neoliberales de libre comercio, con crecimientos entre el 5 y 6 % hasta el 2011.
Ahora, según datos del FMI, el 40 % de los egipcios (33 millones) viven por debajo de la línea de pobreza con menos de dos dólares diarios que no alcanza ni para una sola comida. Los subsidios que otorga el gobierno son ínfimos en comparación con los gastos para vivienda, electricidad, salud, educación, agua.
En 2009 empezaron grandes revueltas sociales que dieron al traste dos años después con el gobierno de Mubarak, lo cual ayudó al incremento de la crisis económica. En 2014, la deuda se ubicó en 249 680 millones de dólares, la inflación pasa el 12 % y la de los alimentos el 20 %, el desempleo afecta al 25 % de la población.
La utilización del Canal de Suez representó para El Cairo entradas millonarias en 2014, cifra que se duplicará en 2023. Esperemos que la llegada de tan abundante capital también pueda beneficiar a la mayoría de la necesitada población.
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