En el segundo trimestre de 2005, el 47% de los puestos de trabajo que se generaron en Argentina correspondió a la economía sumergida. El porcentaje se ha reducido algo respecto al de los tres primeros meses del año (47,5%), pero sigue siendo muy elevado. Ese nutrido grupo de personas no registrado en las oficinas de […]
En el segundo trimestre de 2005, el 47% de los puestos de trabajo que se generaron en Argentina correspondió a la economía sumergida. El porcentaje se ha reducido algo respecto al de los tres primeros meses del año (47,5%), pero sigue siendo muy elevado. Ese nutrido grupo de personas no registrado en las oficinas de empleo es el que formará parte del núcleo de clientes potenciales de las futuras cajas de ahorros. Según datos facilitados por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Indec), ese porcentaje del 47% representa un aumento de los asalariados no registrados de 50.000 personas en lo que va de año. En total, son 4,8 millones de argentinos los que trabajan en el mercado negro sin que sus patrones les den de alta en la Seguridad Social. De esa cantidad, el 75% son trabajadores con bajos recursos. Se trata de un núcleo de población muy elevado que tiene, entre otras cosas, pocas oportunidades de ser bien recibido en una oficina bancaria tradicional. Para ellos, y para los argentinos que se encuentran en zonas no bancarizadas, se ha pensado en crear las cajas de ahorro. El acceso al crédito. Estas nuevas entidades exigirán menos requisitos para acceder a un préstamo. Por ejemplo, podrán conceder un crédito con tan solo la presentación del Documento Nacional de Identidad (DNI). La ley está preparada hace casi un año, pero nadie ha mostrado ningún interés en abrir una entidad financiera de este tipo. Por eso el Banco Central de la República Argentina (BCRA) acaba de emitir un comunicado (nº 48366) en el que flexibiliza las normas para crear una caja con el objetivo de estimular su nacimiento y ofrecer incentivos para que las cooperativas y las entidades mutuales presten servicios financieros distintos a los que ofrecen los bancos tradicionales. Entre otras modificaciones, ya no será obligatorio que los asociados de las cajas integren el capital en el mismo momento en que lo suscriben salvo en el caso de las cooperativas. El objetivo es facilitar la captación de asociados. Además, en materia de préstamos se aumenta el margen con el que cuentan las cajas de crédito para otorgar financiaciones de pago íntegro o en cuotas no periódicas con el fin de que las cajas puedan otorgar créditos a clientes que no estén en condiciones de cancelar los préstamos con un esquema de cuotas recurrentes. Sí a los cajeros automáticos. Otro cambio importante es la eliminación de la prohibición de instalar cajeros automáticos y se flexibilizan los requisitos de experiencia que deben cumplir los miembros del Comité de Dirección, «lo que constituye un punto sensible en zonas en las que no se disponga de suficientes recursos humanos con experiencia en la actividad financiera», según asegura el comunicado. Todas estas modificaciones tienen como fin último reducir los costos e impulsar la creación y desarrollo de estas entidades en todo el territorio nacional. El creador y promotor de la Ley de Cajas, el diputado socialista Héctor Polino, asegura a Americaeconomica.com que se trata de un avance puesto que flexibiliza las exigencias contenidas en la circular anterior. |