La VI Cumbre de los países integrantes de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) efectuada en Caracas el pasado 17 de enero, dio continuidad a la V Cumbre de esa organización realizada en abril de 2007 donde se manifestó: «Ante nosotros se abren nuevas perspectivas de integración y fusión que forman […]
La VI Cumbre de los países integrantes de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) efectuada en Caracas el pasado 17 de enero, dio continuidad a la V Cumbre de esa organización realizada en abril de 2007 donde se manifestó: «Ante nosotros se abren nuevas perspectivas de integración y fusión que forman parte del salto cualitativo que están promoviendo los profundos vínculos de cooperación establecidos en estos años».
La declaración final de la V Cumbre expresaba: «estamos comprometidos a llevar adelante la construcción de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a nuestros pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de nuestros países, para lo cual se requiere avanzar en la conformación de empresas Grannacionales…en materias como educación, salud, energía, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, entre otros».
Los gobiernos integrantes del ALBA comprenden que ante los años de políticas neoliberales y de libre comercio impuestas en la región por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales y las constantes amenazas de desestabilización a que están expuestas esas nuevas políticas económicas desde Washington y las oligarquías nacionales, resulta indispensable obtener impulsos económicos y sociales profundos en beneficio de sus pueblos.
Muchos pensaron que este organismo, surgido en diciembre de 2004, cuando se reunieron en la Habana, los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez, sería solo una simple declaración de colaboración bilateral y no un mecanismo efectivo para la necesaria e independiente integración latinoamericana.
El conjunto del ALBA se ha ido fortaleciendo pues tras su fundación por Venezuela y Cuba, Bolivia se adhirió en abril de 2006, Nicaragua en abril de 2007 y Dominica (pequeña isla de habla inglesa en el Caribe) en la pasada VI Cumbre. Varias naciones participan en sus eventos como invitadas y se estima que en el futuro otros gobiernos de sumarán.
En solo tres años, sus miembros han firmado más de un centenar de acuerdos económicos y sociales cuyos primeros resultados superan con creces cualquier pronóstico previo.
Empresas mixtas se han establecido en los más diversos campos de las esferas económicas, sociales, culturales y deportivas, en las que están envueltos millones de sus ciudadanos y representan a la vez nuevas fuentes de empleo.
Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela avanzaron en los últimos meses en la creación de proyectos grannacionales entre los que se destacan una empresa distribuidora y comercializadora de productos farmacéuticos, un Centro de Vigilancia Epidemiológica, empresas de manejo integral de aguas, programas de alfabetización general y la Universidad del ALBA.
Excelentes pueden calificarse los resultados de la VI Cumbre al firmarse convenios entre Cuba y Venezuela para ampliar el cable de comunicación submarino que unirá a los dos países y que posteriormente se llevará a Nicaragua y el Caribe.
Se ratificó el plan estratégico ALBA Cultural para el impulso de editoriales, libros, folletos, publicaciones en general y casas de cultural para el disfrute y la ampliación del conocimiento de las grandes masas poblacionales.
Un tratado de seguridad y soberanía alimentaria también se rubricó entre sus miembros y quedó formalizada una empresa grannacional de energía del ALBA que abarcará la exploración, explotación de petróleo y refinación de crudo.
Con Nicaragua, entre otros programas, se trabajará para sacar de las calles, anualmente, a 5 000 niños (existen 47 000), que incluirá rehabilitar ocho centros de desarrollo infantil en Managua, así como asuntos de seguridad comunitaria, prevención de la violencia intrafamiliar y atención a las familias en situación de riesgo.
Como todas estas concepciones y convenios rubricados necesitan de financiamientos efectivos, sin condicionamientos como los otorgados por el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, en la VI Cumbre nació el Banco del ALBA para avanzar en la efectiva integración regional.
Al comentar el surgimiento de la Institución, el presidente venezolana Hugo Chávez expresó que «rompe con conceptos capitalistas, pues es un instrumento político para el desarrollo social y económico».
El documento de constitución señala que el Banco del ALBA debe dar respuesta a las altísimas necesidades de los países miembros en contraposición con las instituciones financieras del acuerdo de Bretton Woods que rigen las finanzas mundiales. La entidad se diferenciará de las instituciones financieras capitalistas y funcionará por consenso entre todas las partes. El convenio establece un mecanismo democrático de toma de decisiones, con dos niveles de dirección: un Consejo Ministerial y un Directorio Ejecutivo con presidencia rotatoria entre los países miembros.
Nace con un capital de 1 000 millones de dólares y los aportes de cada país corresponderán al análisis de sus miembros sobre la base de sus capacidades y posibilidades.
El ALBA, con solo tres años de creado, ya une a países de América del Sur (Venezuela y Bolivia), del Caribe de habla castellana e inglesa (Cuba y Dominica) y de Centroamérica (Nicaragua). Sus beneficios e independencia económica soberana auguran que en este 2008 otros países tocarán a sus puertas.