“Enhorabuena a @amazonlabor en Staten Island por su histórica victoria organizativa. Se han enfrentado a una de las grandes empresas más poderosas de los Estados Unidos y han demostrado que los trabajadores están hartos de ser explotados mientras se disparan los beneficios de las empresas», es lo que escribió Bernie Sanders en Twitter, en un mensaje que recalcaba la importancia histórica de las elecciones que tuvieron como resultado que los trabajadores optaran por crear el primer sindicato de Amazon por 2.654 votos a 2.131.
Este es el resultado que Jeff Bezos había intentado evitar gastándose 4,3 millones de dólares en consultores y en una implacable propaganda para impulsar el mensaje repetido de que en Amazon no necesitan que «los sindicatos se interpongan entre nosotros y nuestros trabajadores.» Esta noción ha sido rotundamente rechazada por los trabajadores de la empresa, que han roto las barreras que el megaminorista había tratado de imponer.
El «centro de cumplimiento» de Amazon en Staten Island se llama «JFK 8» y consta, en realidad, de tres enormes almacenes (junto al almacén adyacente de IKEA). En este complejo logístico, situado en el extremo occidental del barrio menos cosmopolita y más obrero de Nueva York, trabajan 7.000 empleados para el segundo mayor empleador de los Estados Unidos.