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El Banco de Santader y el rey de marruecos se alían para rentabilizar las remesas de los emigrantes

Fuentes: Insurgente

El rey de Marruecos, Mohamed VI, está formando un conglomerado financiero que puede constituir en el futuro el primer banco del Magreb en el que su socio clave es el grupo Santander que preside Emilio Botín. El brazo financiero de Mohamed VI y la Familia Real es el grupo Omniun Nord Afrique (ONA). El Monarca […]

El rey de Marruecos, Mohamed VI, está formando un conglomerado financiero que puede constituir en el futuro el primer banco del Magreb en el que su socio clave es el grupo Santander que preside Emilio Botín.

El brazo financiero de Mohamed VI y la Familia Real es el grupo Omniun Nord Afrique (ONA). El Monarca cuenta con el control del 37% del capital -ningún otro accionista supera el 7%- a través de la Societé Nationale d’Investissement (SNI) y la empresa Siger (del latín regis, rey, al revés).

El grupo Santander cuenta con un 2% del capital, pero su influencia es mayor en la que se ha convertido en la filial clave de ONA, el Attijariwafa Bank, considerado ya el primer banco de Marruecos.

En esta entidad, la ONA cuenta con el 33% y el grupo que preside Botín es el segundo en importancia con un 14,53%. Caja Madrid (3,43%) y el italiano Unicrédito (2,06%) aparecen también en el accionariado del banco real.

Botín, socio clave

Pero el socio clave para el banco de la familia real es Botín, según indican los comunicados oficiales de Attijariwafa Bank. Esta entidad se ha presentado con éxito junto al grupo Santander a la privatización de la Banque du Sud, el banco estatal tunecino.

Su alianza se ha impuesto a Crédit Agricole y otros candidatos y se han adjudicado el 33,54% del capital por 40 millones de euros, lo que les asegurará el control, según la negociación que mantienen con el gobierno tunecino. El título del comunicado oficial del banco marroquí es : «Attijariwafa Bank y el grupo Santander se implantan en Túnez».

Un portavoz del grupo Santander aseguró ayer a este diario que su inversión en el Attijariwafa Bank «es estable y estamos muy contentos con su evolución». No obstante, las prioridades del banco español se centran en Europa y Latinoamérica.

Expansión en Argelia

El banco real marroquí vale 1.800 millones de euros en Bolsa y es fruto de la reciente fusión de BCM y Wafa Bank. En la primera mitad de este año alcanzaba ya un volumen de depósitos de 10.000 millones de euros y, tras la operación de Túnez, ahora también quiere jugar fuerte en Argelia.

Está intentando obtener una licencia, también con el grupo Santander como aliado, para operar en ese país, pese que el propio Mohamed VI y el presidente argelino Abdelaziz Buteflika mantienen cerrada su frontera terrestre por sus pésimas relaciones diplomáticas debido principalmente al conflicto del Sáhara. «La idea es presentarse juntos con el grupo Santander para darle una dimensión más empresarial y vencer precisamente el problema político que puede suponer para el Estado argelino autorizar a la familia real alauí a hacer negocios en su país», relata una fuente conocedora de la negociación.

La portavoz de Attijariwafa Bank, Wafaa Guessous, asegura que el banco está en expansión y que pretende «aprovechar toda oportunidad que se presente en el Africa francófona y en el Magreb». La entidad también ha creado una filial en Senegal.

Las remesas, en el punto de mira El gran reto bancario para ONA y el grupo Santander es copar el negocio creciente de los envíos de dinero que llegan a Marruecos procedentes de la inmigración. La Fundación Hasán II calcula que hay actualmente 2,5 millones de marroquíes en el exterior que remiten 3.000 millones de euros anuales a sus familias en el país. Este flujo se ha convertido en vital para la balanza de pagos de Marruecos y es un negocio floreciente para los bancos que lo canalicen.

La presencia del grupo Santander en el holding real es herencia del Banco Central de Alfonso Escámez. «En Marruecos hay mucha concentración de poder económico y lo mejor para hacer negocios es llegar a acuerdos con el grupo ONA», asegura un experto en Rabat. «La bendición de Palacio es necesaria para abrir las puertas a cualquier inversión medianamente importante. Los grandes intereses de la monarquía en el mundo de los negocios no ayudan a aumentar la transparencia del sistema. (…)A eso se añade la impresión ampliamente compartida de que las campañas oficiales de lucha contra la corrupción suelen detenerse antes de alcanzar a altos cargos y autoridades», afirmó en un estudio del Real Instituto Elcano publicado el pasado año el analista Haizam Amirah Fernández. «En este país se puede competir con ONA, donde la familia real marroquí sólo mantiene una participación minoritaria», discrepa Hassan Bernoussi, el influyente director de Inversiones de Marruecos, el hombre encargado de atraer empresas extranjeras al país. Bernoussi subraya que en todas las actividades de negocio en que opera la ONA afronta competencia, salvo el azúcar, donde mantiene en la práctica el monopolio.