El próximo 3 de mayo se realizará en Quito una reunión de los ministros de Finanzas y Hacienda de los seis países que impulsan el Banco del Sur para debatir sobre las funciones que éste debe tener, anunció Ricardo Patiño, ministro de economía del Ecuador durante el seminario internacional «Ilegitimidad de la deuda externa» que […]
El próximo 3 de mayo se realizará en Quito una reunión de los ministros de Finanzas y Hacienda de los seis países que impulsan el Banco del Sur para debatir sobre las funciones que éste debe tener, anunció Ricardo Patiño, ministro de economía del Ecuador durante el seminario internacional «Ilegitimidad de la deuda externa» que se realiza en Quito del 25 al 27 de abril.
Compartieron la mesa con Patiño, Oscar Ugarteche, presidente de ALAI e integrante de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos, Perú, y Pablo Dávalos, miembro de la Asociación para una Tasa a las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana, ATTAC – Ecuador.
Patiño, quien es miembro de la campaña Jubileo Sur, se refirió a los justificativos y a los propósitos del Banco Sur, así como a las diferencias que existen entre los países que promueven esta iniciativa que son Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
«La idea fue surgiendo en los foros internacionales (de la sociedad civil) y fue madurando cuando los gobiernos progresistas de Argentina, Bolivia, Venezuela y Ecuador tomaron la decisión de pensar colectivamente cómo sería posible un Banco del Sur con depósitos fundamentalmente de la banca pública de los países del Sur y creando una estructura financiera», señaló Patiño. Agregó que estas conversaciones iniciales también concitaron la atención de los gobiernos de Paraguay y de Brasil que se mostraron interesados en la constitución del Banco del Sur, aunque algunos países quieren ir más rápido y otros más despacio.
Como demostración de la voluntad política de los 6 países para impulsar el proyecto del Banco del Sur, en el último mes se han realizado cuatro reuniones de los comités técnicos. La próxima reunión de los ministros de economía en Quito y la presencia en la misma del presidente Rafael Correa es un indicativo de la aspiración de concretar esta iniciativa lo más pronto posible. El Banco del Sur arrancaría con un capital inicial de 7.000 millones de dólares, de los cuales 600 serían aportados por Venezuela.
¿Para qué el Banco del Sur? El ministro Patiño señaló que una razón fundamental es de tipo financiero y económico. El conjunto de reservas internacionales que tienen los seis países mencionados suman 164.000 millones de dólares, dineros que están depositados en bancos de Estados Unidos y Europa. Pero se da la paradoja de que «nuestros países tienen todo ese dinero depositado ganando tasas de interés muy bajas, sin embargo, después están pidiendo al Banco Mundial (BM), al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Internacional de Desarrollo (BID) que les ayuden a solucionar sus problemas financieros cuando tenemos un caudal inmenso de ahorros de nuestros países que pudieran ser utilizados para estos mismos fines sin caer en las condicionalidades» que imponen estos organismos, agregó.
«Si nos referimos a los desembolsos (de los organismos financieros), en el 2005, el BID prestó a la región, 4898 millones de dólares; el Banco Mundial 5087 millones de dólares y la Corporación Andina de Fomento (CAF) 1337 millones, sumando todo, tenemos 11. 322 millones y nosotros tenemos represados 164.000 millones de dólares, 10 veces más de los créditos que recibimos con condicionalidades de todo tipo», dijo Patiño.
El funcionario ecuatoriano también señaló que los gobiernos de Chile, Colombia y Perú han manifestado su total desacuerdo con el Banco del Sur, argumentando que está muy contentos con la CAF, el BID y el Banco Mundial ya que «están siendo atendidos». Respecto a las diferencias conceptuales entre los países que impulsan el Banco del Sur, Patiño destacó que los puntos de divergencia giran en torno a cómo operaría el Banco del Sur (si el voto es por países o por acciones, pero en todo caso hay acuerdo de que ningún país tendría hegemonía), la relación y el papel que tendría el Banco del Sur con el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y la CAF, si se debe incluir solo a los países de la región o de otros continentes, si deben formar parte como accionistas los organismos financieros multilaterales aunque sin tener capacidad de voto, entre otros.
El economista peruano Oscar Ugarteche planteó que el Banco del Sur se ubica en una unidad geográfica que es América del Sur (y con la participación de Nicaragua) y que en este sentido debería ser la expresión financiera de la Unión Sudamericana (UNASUR). En el contexto mundial, este proceso de integración abre la posibilidad de negociar como bloque. Propuso que debería trabajarse en el proyecto de una moneda única para salir de la influencia del dólar y de las condicionalidades del Banco Mundial y del FMI. Lo que no debe repetir el Banco del Sur es la experiencia fracasada del Banco Mundial que actúa como partido político en función de los intereses de Estados Unidos.
El economista ecuatoriano Pablo Dávalos expresó que la creación del Banco del Sur no debe verse desde una visión financiera sino desde una visión geopolítica y epistémica, que implique: la reformulación de los contenidos del financiamiento para el desarrollo; las posibilidades de integración bajo criterios de complementariedad y subsidiariedad, y la generación de un pensamiento propio que se deslinde de manera definitiva de los marcos teóricos del neoliberalismo.
A criterio de Dávalos, el Banco del Sur no debe competir con el BID, el Banco Mundial o la CAF en el financiamiento de proyectos de desarrollo ni entrar a apoyar complementariamente proyectos como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) que beneficia al gran capital y privatiza el territorio. Este debe establecer nuevas propuestas para «proteger a los países de la globalización financiera y de la intromisión política que implican las condicionalidades del BID, de la CAF, del Banco Mundial y del FMI, sea en su forma implícita, como condicionalidad invisible, sea en su forma explícita de control a través del mecanismo de la no-objeción».
Señaló, por último, que el Banco del Sur puede abrir líneas de crédito para cubrir los saldos de los proyectos del BID y del Banco Mundial que están pendientes en la región, para la reactivación productiva, para investigación y desarrollo y para solucionar problemas de liquidez de los diferentes países.